Un día mas

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El cansancio había vuelto al cuerpo de la princesa, salir de la cama ese mañana fue imposible, agradecía no tener los dolores de cabeza que la atormentaban pero la energía de su cuerpo parecía que se desvanecía poco a poco y así ella lo deseara moverse era complicado. Serena ansiaba con todo su corazón ver a Darien, era conciente que ella le había pedido espacio en esa velada, pero lo necesitaba estaba muy molesta por el beso robado y necesitaba ese espacio y tiempo para entender que su príncipe era demasiado caballeroso e ingenuo para darse cuenta de las intenciones de Saori, ahora que se encontraba más calmada quería refugiarse en los brazos del hombre que amaba con locura, sentirse protegida, querida, hablar y dejar a un lado ese incidente; ver a Mina también se había convertido en algo primordial, era totalmente insensato que estuvieran alejadas por una tonta discusión, además Serena sentía que su amiga la necesitaba, en épocas anteriores ya habría recurrido hablarle pero ahora, todo se volvió confuso en un solo día o más bien en unas horas, en la noche antes de la discusión la apoyaba y bromeaba por el beso con Michiru y luego estaba enojada por su amistad con Yaten, peor aún la estaba evadiendo

<<¿Qué sucede contigo Mina>> pensó en silencio en su habitación y perdida en sus ideas duró un momento, hasta que escuchó el sonido de la puerta

– Serena ¿puedo pasar? – dijo Marianne

– Claro pasa, que alegría verte ¿me llamaste Serena?

– Si – contestó con una suave risa – tus padres estaban cerca cuando entré y no quería decirte Rena ni ratona ¿cómo te sientes? Me dijeron que has estado exhausta

– Si, no me he sentido bien, en unos días tengo que volver con el Dr Sato – habló la rubia en medio de un suspiro lleno de melancolía – me da miedo no estar lúcida en la prueba – Marianne le dió una mirada maternal y acarició sus cabellos

– No dudas en las capacidades de ellos, dudas de no poder verlos ganar, eres una gran líder ratona

– Han estado siempre conmigo conozco todo lo que pueden hacer, confío en todos mis guardianes – dijo mirándola a los ojos – en todos

– Sé que también confías en mi y lo agradezco ratona

– Me encanta que por fin solo me digas ratona y dejaras esa formalidad de princesa Serenity

– Bueno eres persistente, no puedo negarme, haré todo lo que esté en mi alcance para protegerte y hacerte feliz, ahora duerme un poco, te prometo que cuando despiertes te sentirás mejor

– ¿Me cantarías como cuando era una bebé? – preguntó haciendo un puchero, algo que hizo sonreir a su guardiana, Serena se tumbó en la cama y escuchó atentamente a Marianne

– ♫♫En mis sueños
Nos encontrábamos
Tú y yo
Las estrellas mil
Protegían mi amor

Los mejores amigos
Siempre somos tú y yo
Nunca nada nos separa
Ni preocupara

Hay momento llenos de magia
Magia en el corazón de los dos
Solo tú me interesas
No puedo ver a nadie más

Algo cambia...
Cuando el amor
Llega hasta mí
Y mi sueño al fin
Se hace realidad

De la mano...
Caminaremos
Tú y yo
Las estrellas mil
Protegían mi amor ♫♫

La princesa cayó en un sueño profundo mientras Marianne le cantaba, la guardiana la vió descansar tan tranquila que se quedó un rato más, valía la pena observar el regalo de Selene

– Viniste, aún sabiendo que no puedes estar cerca de ella ¿por qué hermana? – dijo Luna que hace poco había llegado por la ventana

– Es solo un poco de energía Luna, merece estar tranquila antes de la prueba le di un día a Endymion para que puedan hablar

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