Final de la prueba

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El príncipe de la Tierra, había ganado la primera parte de la prueba, ya confiaba en sus capacidades y manejaba el poder del cristal dorado que habitaba en su interior, se sentía más poderoso, más capaz de lograr todo lo que se propusiera, de todo menos salir del lugar en el que se encontraba

– ¿Cómo rayos salgo de acá? – le pregunto al reflejo con el que había estado batallando anteriormente

–No puedo decirle eso, así como encontró el camino para ganarme en esa batalla debe buscar la forma en volver a ella

– ¡Mientes! debes conocer el camino

– Aunque no lo crea, no soy su enemigo

– Casi me matas en batalla, mientras me mostraba como sufría el amor de mi vida

– Solo lo ayude a despertar su verdadero poder

– ¿Eres aliado de Marianne? ¿Ella es una enemiga?

– Le sorprendería el concepto de enemiga – Endymion se asombró al escuchar esas palabras, fueron las mismas que dijo esa mujer cuando se presentó ante ellos, iba a volver a preguntarle al ente, pero para su sorpresa este desapareció lentamente frente a sus ojos

– ¡Rayos! No, espera debes decirme como salir de acá – fue lo que alcanzo a decir pero no sirvió de nada, el reflejo se había ido y se encontraba solo en el que era su antiguo reino.

Endymion caminó por un rato sentía que el tiempo pasaba y el seguía atrapado, continuó andando y pensando en los sucesos anteriores, si Marianne era una enemiga ¿por qué había ido a su casa? ¿Por qué le dio esos consejos? Parecía que esa mujer adoraba a Serena, pero le había declarado una guerra

– Nada que puedes irte a casa – dijo la primera persona a quien había visto en ese lugar

– Sé que no eres mi amigo Andrew, pero te pareces mucho ¿quién eres?

– Solo soy tu guía en esta dimensión, pensaron que querrías ver un rostro amigo en tu viaje

– ¿Pensaron? – preguntó Endymion

– Todas las preguntas que tienes en tu mente se contestarán si puedes salir de acá y llegar a tiempo a tu princesa

– Quiero salir de acá pero, no sé cómo hacerlo

– Si lo sabes, solo que no te has detenido a pensar

– Lo trato pero tengo la mente nublada – dijo el príncipe desesperado

– ¿En dónde estamos? – preguntó su acompañante

– En el antiguo reino de la Tierra, donde yo iba a ser el próximo heredero – contestó con melancolía – no pude salvar mi legado esa vez, Metalia arrasó con todo y tampoco pude llegar a tiempo a mi princesa – se enderezó un poco y vio hacia la Luna que se enaltecía sobre ellos, podía verse tan hermosa aun a la luz de día – creo que acá comenzaron mis inseguridades ¿sabes? Era el heredero al reino pero no pude salvarla a ella, si tan solo hubiese confiado más en mí, tal vez habría desarrollado a tiempo el poder del cristal dorado y la destrucción de nuestros mundos jamás hubiese ocurrido

– El tal vez no existe príncipe

– Lo sé, pero si tan solo...

– No puede cambiar el pasado – contestó el acompañante del príncipe, y fue esa declaración la que hizo que Endymion por fin cayera en cuenta de todo lo que se le estaba diciendo

– Acá comenzaron mis inseguridades, en este lugar prácticamente sellé el poder del cristal dorado, mi reino siempre ha estado dentro de mí, no he confiado lo suficiente para traerlo de vuelta – sonrió para sí mismo – Serena necesita un rey de vuelta y yo lo seré a su lado – miró directamente a los ojos a quién había sido su compañía – puedo sentir el llamado de mi princesa, ya me está guiando el camino a casa, gracias por estar acá quien quiera que seas – fue lo último que dijo el príncipe antes de desaparecer en medio de una luz dorada. El hombre que había tomado el cuerpo de Andrew poco a poco cambió su forma, mostrando a un jovencito de cabellos plateados, Elliot tenía una gran sonrisa en su rostro

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