Preguntas sin respuestas

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Darien sentía que su corazón se despedazaba poco a poco ¿no había llegado a tiempo para salvara a su princesa? Eso era era imposible, había puesto todo su empeño, corazón y fuerza para volver a ella, luchó contra el mismo, aclaró dudas de su vida pasada, y lo más importante había despertado el poder del cristal dorado, se sentía preparado para luchar por Serena, no habría nada que se lo impidiera, excepto verla atrapada sin energía en esa fortaleza, se dirigió a toda la velocidad que le dió su cuerpo al lugar donde se encontraba cautiva

– Amor por favor reacciona, ya estoy acá – imploró ante el campo de fuerza – Por favor Serena esto no es nada comparado con lo que tu has luchado, no puedes desfallecer en este momento – seguía hablando con desesperación, pero la princesa no daba indicio de despertar, fue ahí cuando el príncipe sacó su espada, la dirigió hacia el campo que tenía presa a su amor y llamó todo el poder del cristal dorado que tenía en su interior, mientras tanto las sailors veían con asombro la nueva habilidad y fuerza del príncipe, lamentaban verlo tan desesperado, haberles fallado a ambos – por favor cristal dorado, ayúdame a liberarla, cuento contigo – la espada se iluminó con un tenue rayo dorado que comenzó a rodearla, luego alumbró todo el cuerpo del hombre, era notorio que su poder era más grande ahora, las chicas lo compararon con el que Serena había mostrado en sus batallas, era un rayo de esperanza en la oscuridad. Cuando Darien estuvo preparado lanzó su poder hacia el campo de fuerza, este ataque generó una gran explosión que cegó por un momento a todos lo que se encontraban en el lugar, todos se emocionaron era segura la destrucción de la cárcel de Serena, tenían que estar atentos al siguiente paso, derrotar a Marianne y hacer despertar a su amiga, las sailors se pusieron en guardia, a pesar de haber perdido su poder estaban listas para lo que viniera pero todo su ánimo se vino abajo cuando vieron la fortaleza intacta, ni siquiera una fisura había sufrido

– Noo, esto es imposible – gimió exhausto el hombre – pero no me voy a detener – siguió lanzando su poder al campo de fuerza pero todo seguía con el mismo resultado, nada despertaba a Serena y mucho menos destruía la cárcel en la que se encontraba, era una pelea perdida, las chicas veían al príncipe batallar y batallar contra una pared que no cedía, el no parecía querer rendirse, seguiría así hasta que su cuerpo se agotara

– Tienes que detenerte – habló Marianne – no lograrás sacarla de ese lugar con tu poder – Darien no se detuvo, prefirió atacar solo con la espada ese campo que lo alejaba de su princesa – vas agotar tu energía y así será más difícil rescatarla – Darien cambió la direcciín de su espada y en un abrir y cerrar de ojos estaba en frente de Marianne con su espada en el cuello de la mujer

– Libera a mi princesa, en este momento o te juro que cortaré el cuello – dijo enojado, Marianne no mostró ninguna expresión en su rostro, ni siquiera intentó defenderse, solo veía al hombre que la atacaba, Darien presionó un poco más la espada en el cuerpo de la mujer –estoy hablando en serio, quiero que la liberes

– Así me mates, así mi sangre corra por tu espada ella no saldrá de ese campo de fuerza, no soy yo la que la encerró – contestó tranquila, las chicas llegaron hasta el lugar y rodearon a ambos

– Claro que fuiste tu, eres nuestra enemiga lo has sido desde que llegaste a nuestras vidas – dijo Michiru, Marianne seguía viendo directamente a los ojos al príncipe

– Sabes muy bien que no soy la enemiga Endymion, baja la espada y tendrás la explicación que tanto deseas – el hombre seguía muy agitado, parecía que había fuego en sus ojos, el enojo y desesperación se habían apoderado de su corazón, pero tenía que calmarse, esa mujer era la única que sabía lo que sucedía con su princesa por más que quisiera pelear y gritar tenía que respirar, dejó de oprimir la espada en el cuello de Marianne y poco a poco la alejó de ella

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