Tu puedes.

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Apreté las manos en puños al ver a T/n tan tensa. Por tercera vez en menos de 20 minutos, había roto un lápiz.

<<Esta muy nerviosa.>>

¡No me digas!

Traté de levantarme e ir con ella, pero el oficial me detuvo, como los otros 5 minutos anteriores.

-Necesito decirle algo. -dije de mal humor.

-Lo siento Señor, no puede pasar.

Giré los ojos. Las puertas del juzgado se abrieron haciendo que todos nos giráramos. Bufé al ver a mi gemelo entrar con una sonrisa ególatra.

-Creí que te pondría feliz al ver a tu hermano favorito. -extendió los brazos.

-Eres el único, tonto.

Ryan miró a T/n que no paraba de leer los documentos en la mesa.

-Está nerviosa ¿No? -asentí con pesadez. -Esa no es la T/n Specter que conozco.

-Es complicado. -inflé una mejilla. -Es la primera vez que lo hace sola.

Ryan me entendió a la perfección. Enchuecó el gesto.  Se acercó al oficial, y justo antes de que lo detuviera, gritó:

-¡Polsen...!

Aquella palabra surtió efecto en ella. Pude ver como su cuerpo se relajó al instante, se giró en nuestra dirección.

-No es nada del otro mundo. Ve y patea traseros como siempre. -la alentó.

T/n se acercó y se inclinó sobre el borde que nos separaba.

-Si sigues gritando te van a sacar. -susurro con cierta diversión.

-Que hagan lo que quieran. ¿Quieres que valla por mis pompones? Los traigo en la cajuela. -señaló la puerta.

T/n y yo reímos bajo. Pero su sonrisa no duró mucho. Se tensó cuando la puerta de nuevo se abrió, y el juez subió al estrado.

-Hey... -sujeté su mano inclinándome más de lo que él guardia me había permitido -Estarás bien.

-Aja... -asintió una vez.

Ryan y yo fuimos obligados a irnos a nuestros lugares y suspiré con pesar.

-Lo hará bien. Es muy competitiva.

-Lo se.

Lo que me preocupaba era lo que rondaba ahora por su cabeza. Su concentración no estaba al cien este día.

El chico al que se enfrentaría le dijo algo que la hizo tensarse. La sonrisa de egocéntrismo en su cara me dio ganas de levantarme y golpearlo.

-Y dices que yo soy el agresivo. -susurró mi hermano.

-¿Ah? -señaló mi mano hecha puño.

T/n se levantó acomodando su saco.

-Si le complace a la corte...

-Si le complace a la corte, el juez decide quién habla y quien no. -dijo el hombre del otro lado del estrado.

T/n parpadeó varias veces.

-Disculpe. -se sentó de nuevo.

-Hablamos de más de cuatro mil dólares de renta atrasada. -dijo el juez.

-Si señoría. -dijo T/n levantándose de nuevo -Pero tenemos recibos de reparaciones, tintorería, bricolaje, ropa perdida...

-Más de cuatro mil dólares de renta atrasados. -interrumpió el otro abogado.

Cuando seas mía. Tomar una decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora