5. AMISTAD

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Tete continuó con su tarea de recuperar a Bam, poniendo especial énfasis en su alimentación, así como en acercarse cada vez más al perro gigante con la esperanza de que algún día confiara en él lo suficiente para dejar ser tocado.

Pero Bam solo seguía con los ojos al pequeño humano, mientras este cumplía sus tareas de la mañana con premura , lo veía alimentar a las gallinas, a los gansos, cambiarles la cama de heno a las ovejas y llevar pesados baldes de agua para calmar la sed de los cerdos y perros.

Lo veía acariciarlos y hablarles con dulzura, les contaba historias de lo que hacía en el día en la cocina, de los manjares que soñaba con comer y de lo poco que veía, encerrado allí, ya que su trabajo terminaba tarde y su cansancio era grande.

Al llegar la noche caía rendido sobre el heno, no sin antes llevar la comida para Bam y mirarlo con dulzura. A veces le cantaba, usaba su melodiosa voz para arrullarlo bajito mientras abrazaba un gato mimoso que aparecía por allí.

A veces le hablaba, imaginando historias en las que Bam era un dragón, y Tete un oso que eran amigos y tenían aventuras.

Tete era especial, ese pequeño humano de cuerpo enclenque tenía mucho amor para dar.
Aun cuando casi no tenía a nadie ni nada material.

El pequeño humano a veces le recordaba a Jungkook, su mejor amigo. Y eso mitigaba su dolor.

Bam bufaba somnoliento mientras lo veía enrollarse como oruga y dormir. Eran dos almas abandonadas en esta vida, pero juntas , de algún modo la pena era menor, si, se sentía menor.

Pasaron los dias, y aun cuando Bam actuaba como si siguiera en depresión, ya que no salía del establo más que para hacer sus necesidades y tomar agua, Tete notaba que su cuerpo había engordado y su mirada era más viva.

Incluso lo veía dar pequeños paseos dentro del establo observando a las ovejas y a las cabras con intriga, esos animales nunca los había visto en palacio , allá en Reino de Fuego, donde debido a que hacía mucho calor , los animales de mucho pelo no eran animales de la zona.

Tete se reía , con su voz cantarina, le presentaba al Sr. Gato, un gato viejo de un solo ojo que miraba con extrema desconfianza al enorme perro que ahora compartía aposentos con Tete y su manada de animales multicolor. Luego a los patitos que acababan de nacer, y al pequeño chivo que vivía con los caballos, para cuidarlos del mal de ojo.

Todo era paz y risas en el establo, el sol caia y era hora de descansar. Tae acababa de regresar de la cocina y se disponía a guardarse en su refugio, después de llevar la comida de Bam  y acomodar su cama de heno.

Comenzó a cerrar la puerta de madera con fuerza cuando una mano grande se interpuso evitando que Tete cierre el establo.



REY PROMETIDO   (KOOKV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora