7.- AMIGO FIEL

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BAM recorría los sembríos detrás del castillo en su paseo nocturno antes de irse a dormir. El silencio de la noche y la oscuridad eran buenos compañeros de los recuerdos de su hogar perdido, aún cuando el pequeño cachorro lo cobijaba con cariño y poco a poco sentía más apego hacia él.

Se sentó al borde de un riachuelo cercano en los límites del bosque mientras veía a los pequeños insectos luminosos los cuales eran divertidos de perseguir. Aunque su sabor era bastante horrible, puaj.

Mientras disfrutaba de su paseo nocturno, vió a lo lejos las luces que poco a poco se apagaban en el castillo, ya era tarde y su estómago gruñía.

Pero eso no era de importancia desde que el pequeño cachorro llevaba las más sabrosas sobras solo para él. Algo que ni siquiera compartiría con el gato feo de un solo ojo que se empecinaba en dormir enrollado cerca de su espalda cuando creía que estaba dormido, aunque era calentito y esponjoso como un cojín.

Oh, el olor de las sabrosas sobras ya llegaba a sus narices cuando caminaba lentamente de regreso por el camino de tierra, ojalá haya bastante para él y el cachorro. Ya que desde algun tiempo ambos cenaban juntos de sus sobras. Ese cachorro flacuchento necesitaba subir de peso. Él si podia comer de sus sobras. Él sí.

Cuando estaba bastante cerca un olor diferente lo paralizó por un segundo. Conocía el olor del cachorro humano, pero este olor era rancio, fuerte pero desagradable. Desconocido.

Y entonces sintió el olor fuerte del cachorro, olía a miedo...

Su cuerpo se erizó y empezó a gruñir involuntariamente. Los colmillos se dejaron ver mientras corría hacia el establo con rapidez.
El hoyo que fungía de ventana estaba alto, pero el tenía un camino sobre las pacas de heno que lo acercaba, un pequeño salto y estaba adentro. Justo en el altillo donde el cachorro dormía junto a él.

No notó siquiera que la puerta había sido asegurada por dentro. Que había un revuelo de las gallinas y que las ovejas estaban empujandose unas a las otras tratando de alejarse de la amenaza que él podía sentir.

Solo vio a su cachorro humano cuando era arrojado violentamente al suelo, lo vio temblar un rato y luego silencio.

Algo en él muy primitivo despertó.

Saltó desde el altillo sobre la cama de heno de las ovejas, y se acercó en silencio. No hubo ladridos, sus gruñidos eran casi imperceptibles. Mientras el asqueroso humano se inclinaba para ver al cachorro, eso le dio tiempo de acercarse bastante a ellos, casi uno o dos metros de distancia. Y entonces rugió..

De un poderoso salto se paró delante del cachorro débil, mientras enterraba sus colmillos hasta el fondo en ese brazo sucio y maloliente con firmeza. Sacudió su cabeza con rabia mientras escuchaba los aullidos de dolor del humano mayor.

Todo fue cuestión de segundos, lo que hizo a Yunga incapaz de reaccionar, el dolor era espantoso.

Bam lo vio caer hacia atrás de espaldas por el golpe de su mordida, mientras él se posicionaba firme en sus cuatro patas sobre él. No lo soltaría hasta que decidiera largarse de su territorio. Nadie tocaba a su cachorro humano.

Abrió el hocico por unos segundos, solo para morder nuevamente más cerca de la cara, el humano puso sus manos en protección y eso evitó que llegara a su cuello, que éra su principal objetivo.

Algo le decía que no debía dejar a ese humano vivo...

Yunga luchó con todas sus fuerzas contra el perrazo que saltó de la nada y estaba casi aniquilandolo, tenía que escapar de allí como diera lugar.

Mientras luchaba con las fauces babeantes vio a su costado la piedra con la que quiso ser atacado por el niño. En un último y doloroso esfuerzo empujó su brazo dentro del hocico para asegurar al can y con la otra agarró la piedra, golpeando su morro con ella, lo que dejó al can adolorido soltando su brazo por unos segundos.

Pero rápidamente lo vio recomponerse, así que se levantó de un salto y corrió despavorido hacia la puerta, mientras sentía al gran perro correr tras él. Las maldiciones no se demoraron en ser escuchadas mientras se perdía por el camino de tierra hacia el pozo alejado donde se encontraban reunidos los soldados.

Bam se tambaleó hacia el pequeño humano y se echó a su lado protectoramente, dándole calor corporal mientras esperaba que despertara. Suaves lenguetazos limpiaban su carita llena de hollín mientras observaba sus ojos cerrados. Iba a ser una larga noche para ambos...



REY PROMETIDO   (KOOKV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora