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8. No es el final 🙄

El metro había llegado a mi parada, al bajar observo en la salida el aguacero que está cayendo, el frío es espantoso pero nada me importa, sólo tengo un objetivo: encontrar a Loki.

Salgo a la calle, mi pelo está chorreando así como toda mi ropa, mi empapado abrigo pesa demasiado haciéndome cansar de más, desacelero no puedo gastar fuerzas, aunque queda poco para llegar a casa mi corazón está bastante alterado por los acontecimientos, no quiero que me pase nada malo.

Voy tapándome como puedo, la lluvia es cada vez más intensa, llego al portal de casa y me pongo a buscar las llaves.

-Dios Santo... debo ser la única loca que está en la calle con la que está cayendo.- al fín encuentro las llaves y me dispongo a abrir el portón.

-No eres la única.- doy un salto por el susto, me giro y apoyado en la pared del edificio está Loki, completamente mojado, su pelo estirado por el peso del agua, la tristeza de sus ojos me destroza en ese momento.

-¡Loki!- corro hacia él, cuando estoy frente a él observo su hombro.- ¿Cómo te encuentras? ¿Es grave?- el impacto con el escudo de Steve ha sido fuerte y el corte bastante profundo.

-Tranquila, está controlado, no hay nada que con un poco de magia no solucione.- sonríe triste.

-¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en casa?- pregunto mientras la lluvia nos empapa.

-Le prometí a nuestra hija que le haría sentir orgullosa de ser una Laufeyson, el plan incluía entrar en casa contigo en brazos, pero... no ha salido como yo esperaba y... estaba pensando cómo explicarle que será el soldado quien te traiga en brazos.- Su seriedad aplastaba mi pecho.

-¿Qué te hace pensar eso?

-Te quedaste con él, me mandaste a casa.- con una de mis manos tomo su mejilla empapada, cierra sus ojos y se aferra con su rostro a mi mano.

-Lo hice para protegerte, corrías peligro, tenía miedo de que te pasara algo.- abrió sus ojos, su verde estaba apagado, no podía verlo así.

-¿Entonces me has apartado de tí por miedo a perderme?- me lo hubiera comido a besos.

-Así es Loki, igual que hiciste tú conmigo, sólo que el tiempo se te fué de las manos.- guiño un ojo.- pasaron muchas cosas en tu ausencia y te perdiste seis años de la vida de tus hijos. Si tan sólo hubiera tenido algún tipo de señal para saber que estabas con nosotros... yo lo hubiera llevado mejor, te habría esperado otros seis más si hubiera hecho falta.- No pude evitar emocionarme, era un tema que me dolía profundamente.

-¿Aún estoy a tiempo?- si seguía mirándome así moriría de amor.

-¿Crees que estoy aquí mojándome para nada Sr. Laufeyson?- acomodé un mechón de su mojada melena tras su oreja.

-Anne... no juegues conmigo por favor.- creo que está desorientado, no está bien, es hora de ir a casa.

-Loki... mi corazón no está para juegos ni mentiras, hazme un favor, estoy agotada.- estiro mi mano para que la tome.- Vamos a casa, Frigga no dormirá hasta que no nos vea llegar.

Cuando nos dimos la mano, aquella corriente que sólo sentía con él se hizo presente, ambos nos miramos y sonreímos. Entramos en silencio, tomados de la mano esperando al ascensor, me giro poniéndome frente a él, acaricio su pelo, su cara, su nariz, sus labios...

-Nuestra hija puede estar orgullosa de ser una Laufeyson.- juntamos nuestras frentes y sin poder esperar más unimos nuestros labios para convertirnos en uno, mis manos se escabullen tras su nuca y las suyas se posan en la parte baja de mi espalda. El sabor de su boca siempre fue perfecto, ser un Dios lo hacía perfecto en todos los sentidos.