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187. El rincón más oscuro del universo

Desde el sofá, Taehyung alcanzó a escuchar cómo Yoongi llamaba a su hermano entre lágrimas. Se despertó con el corazón agitado, y con el pensamiento de que, por fin, Jungkook había despertado.

Se levantó del sofá como pudo, ignorando el dolor que atravesaba su cuerpo, y fue hasta la habitación sin saber qué sentir. Yoongi lloraba y llamaba a Jungkook a partes iguales, y se negaba a pensar que pudiera ser por otra razón. Tenía que haber despertado de una vez, ¿no...?

Sus propios ojos se llenaron de lágrimas y sus manos temblaron al abrir la puerta. Pero nada de eso le importó cuando encontró al mayor llorando sobre el cuerpo del más pequeño. Porque eso significaba que Jungkook no había despertado, pero, sobretodo, significaba que algo más había pasado. Y sabía que no podría soportar si algo malo le hubiera ocurrido.

—¿J-Jungkook...? —murmuró el castaño, sin saber por qué.

—O-oh... Taehyung... L-lo siento... —Yoongi se enderezó y se alejó ligeramente de su hermano menor, aunque no apartó su mano de la suya.— Y-yo... Ahm... ¿Te he despertado...?

La respuesta a esa pregunta era obvia, pero, aún así, Taehyung asintió y Yoongi miró al suelo.

—Lo siento...

—No pasa nada, hyung... —Silencio de nuevo.— ¿Ha... ha d-des...?

—No ha despertado —le confirmó el mayor, y Taehyung sintió un pinchazo en el pecho—, p-pero... ha... ha hecho... como... un sonido... y-yo... pensé... pensé que me estaba hablando...

—Hyung...

—T-te lo juro... Yo sí que estaba hablando... y él... justo entonces... él...

—Yoongi...

El aludido se calló y se limitó a llorar. Sabía que Taehyung no se aferraría a su teoría igual que él lo estaba haciendo, y, en parte, consideraba que eso sería lo mejor para él, pero, al mismo tiempo, necesitaba compartir esa esperanza con alguien. A ambos les estaba costando mucho mantenerse optimistas, confiando en la fuerza del menor, pero lo estaban consiguiendo. Aunque eso no significaba que fuesen a agarrarse a cualquier pequeña coincidencia.

Pero es que, para Yoongi, aquello no había sido una simple coincidencia. Su hermano había acabado sumido en una especie de coma, pero parecía que por fin había reaccionado a algo. Y, en caso de que simplemente hubiese emitido un sonido cualquiera de manera arbitraria, tampoco hubiera sido una mala noticia, porque, incluso si no había intentado responderle, al menos se habría acercado un poco más a la consciencia.

—C-creía... que iba a despertar... por fin...

Los ojos del castaño se deshicieron en lágrimas y Yoongi por fin soltó la mano de su hermano. Se acercó a abrazarse a Taehyung y este le devolvió el abrazo con fuerza, pues estaba tan desesperado como él. Seguían teniendo varias opciones en el aire, como la de la transfusión o la de llevarlo al hospital, pero ambos sabían que la decisión había estado tomada desde el principio.

Jungkook despertaría o perecería allí mismo. Y necesitaban que ocurriese la primera opción, o, de lo contrario, ninguno de los dos sabría cómo hacerle frente a aquella situación. Perder a Jungkook, seguir cautivos... perder la vida pero seguir respirando. Un escenario en el que ninguno de ellos podría mantener la cordura.

—Y-yo también... —confesó el menor, mientras lloraban— cuando he despertado... p-pensaba... que ya...

El llanto de ambos se incrementó y se dejaron caer al suelo de rodillas, sin parar de aferrarse el uno al otro. Quizá Yoongi tenía razón y Jungkook estaba empezando a encontrar el camino de vuelta, pero quizá no era el caso, y no había escuchado nada verdaderamente relevante. Quizá hasta se lo había imaginado. Quizá Jungkook no iba a volver. Aunque eso no estaban dispuestos a aceptarlo.

Red Velvet | Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora