Nyctophilia: Amor o predilección por la oscuridad.
Pantano de Manchac, 1:30 a.m.
El silencio de la madrugada amenazaba con destrozar los nervios de Emma mientras aguardaba escondida entre las ramas de unos manglares.
Todo estaba en calma, cuando había llegado – algo más tarde que ellos para no levantar sospechas y también porque había tenido que esperar a que Paul llegara con la moto para recogerla – había visto los coches en los que había llegado la secta; todoterrenos con las ventanillas tintadas, pero ni rastro de ellos.
No sabía si estaba loca por haber ido hasta allí sola con Paul en plena madrugada o si tenía instintos suicidas, pero sí tenía claro que no iba a quedarse en casa de brazos cruzados cuando de ella dependía hacer algo para aportar pruebas al caso y que atraparan a aquellos locos.
Además, Francis y Nadia sabían que estaba allí y de verse en apuros les pediría ayuda.
También pensó en los Blood y una punzada de dolor le recorrió el pecho. Paul había sido el único que la había perdonado, mostrándole incluso su apoyo. Los demás la odiaban y ella no podía culparlos. Demasiado era que hubieran accedido a ayudar en lo que estuviera a su alcance.
Su presencia silenciosa pero reconfortante a su lado le dio fuerzas. Contribuiría ayudando a que encerraran a los responsables y quizá así podría limpiar un poco su conciencia.
Crac.
El crujido de una rama al ser partida por lo que parecían unas botas pesadas, a tan solo unos metros de su escondite, encendió todas las alertas en Emma.
Un silbido agudo y melódico resonó. Más pisadas. Voces.
Eran ellos.
Los miembros de la Societatem tenebris acababan de llegar al punto de encuentro. Y ellos estaban allí para ser testigo de sus demenciales actividades.
Siguiendo las recomendaciones de Paul, no se atrevió a asomarse todavía. Si dejaba que la descubrieran estaría perdida. Así que esperó.
Hasta que un grupo de al menos veinte enmascarados que portaban tétricas máscaras de conejo asesino se reunieron en torno a un círculo perfecto. Las antorchas que llevaban eran la única fuente de luz en un lugar gobernado por las tinieblas, pero que ni siquiera así dejaba de ser inquietantemente sórdido y espeluznante.
— Buenas noches a todos. Gracias por venir — saludó con tono solemne la que supuso que era Jacqueline, porque estaba en el centro junto con un chico que a fuerza debía ser su hermano.
Emma contó por lo menos un total de dieciocho voces que respondieron. Rhett todavía no había pronunciado una palabra y admitía que él era quien más la inquietaba.
— ¿Puedo preguntar por qué nos habéis citado tan tarde, Rhett? — inquirió una voz de chico. Se dirigió a él, no a ella...así que eso le dijo mucho a Emma acerca de lo que ya sospechaba: era el líder.
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La ciudad que se tiñó de escarlata © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO #2 saga diabolus]
Misteri / ThrillerSEGUNDA PARTE DE "LA CARA OSCURA DE NUEVA ORLEANS"