Si mis llamas apagaste fue por culpa de un destino cruel que yo mismo engendre contigo.
Viento helado congeló nuestro paraíso,
La nieve de tu partida quemó el césped y las flores de nuestros recuerdos,
y no volverán a crecer semillas de nuestros corazones juntos,
las cuales rotas están y no hay más de ti para crear nuevas,
mas sonrisas tuyas que creaban 15, más besos en los labios que creaban 50 y germinaban en mi mente; haciendo que a un jardín de la realeza inglesa se pareciese.Pisadas que dejas en la arena de nuestra playa,
donde veíamos espejismos bajo el ocaso de futuros juntos,
de vidas hechas mientras nos abrasabamos,
se han borrado por las olas del más allá que te llevaron,
en su vaivén que ahora me resulta trágicamente hermoso.Un ángel que bajo y te llevo por los cielos se convirtió en mi tormentoso demonio,
¿acaso se le olvidó que tú y yo prometimos a la luna que estaríamos por siempre unidos como uno?.Deja que el tiempo sane mi herida o la haga más profunda,
lo que pase primero,
tal vez sucedan ambas o ninguna,
tal vez me quedé callendo para siempre en este oscuro pozo sin fin, levitando en donde la mente no existe y es remplazada por un vacío,
que me recuerda al espacio oscuro e infinito que veía desde la alcoba de mi soledad.Me enseñaste a ver las estrellas en una taza de café,
me enseñaste a ver la luz en los ojos de aquellas personas a las que nunca pude apreciar por mi mismo,
Me enseñaste la constelación de tu corazón en aquella noche donde nos besamos,
y el nombre de cada una de tus estrellas,
me enseñaste que una caricia de la persona correcta puede sanarte como un ungüento,
que el lenguaje del amor es como el número de figonachi,
siempre presente pero nunca recordado.Si tan solo mis manos pudieran sentir el calor que emanabas de tu cuerpo una vez más, todo mi ser se estremeceria de placer y una tormenta emergeria de mi alma.
por eso cuelgo mi cuerpo en mi soledad,
mientras me elevó hacía las nubes naranjas de nuestro último atardecer, para poderte ver una última vez.Personas con las que me pueda sentar a soñar y compartir nuestra hermosa playa ya no hay por acá.
Me sumergí en las mismas olas que te llevaron y me convierto en su espuma para fundirme con tu arena.
Déjame girar para siempre en espiral por tu alma, justo como el número de figonachi y sus fractales,
déjame girar en tus pétalos suaves, girar por tu ADN y hospedarme en tus células etéreas, girar por tus mejillas y tu pecho y besar tus labios con lágrimas por última vez para que me sanes con tu amor está vez,
abrazare y amare tu alma como el número de figonachi abraza y ama la naturaleza;
bella y eternamente expresado en aquella playa,
aquella playa que fue nuestro único edén en el infierno que vivíamos.Ecos de nuestras risas y llantos vuelven a mí y sonrió,
sonrió mientras me derrito de tristeza y mis atomos se unen lentamente con los tuyos en una flama cálida y rosa que nos baña.bailando así al ritmo del mar azul y el hermoso caos de la naturaleza, nuestro eco de amor bañado con mi lluvia sonara levemente en el viento de mi cielo,
en la marea de nuestros corazones y en la brisa de una nueva vida junto a ti... hasta que esté universo llegue a su fin.
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voces de un alma perdida
Poesíaesta recopilación de poemas y textos son emociones que salieron de un corazón, esperando que todos aquellos que se sientan solos, heridos o sin motivación, sepan que no es tan así, y que estás emociones no se sienten para siempre aunque así lo parez...