Llegada, noche y un nuevo comienzo.

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Atem había vuelto con Yugi y los hermanos Ishtar, estos los llevaron a casa, a la tienda de juegos, dejándolos en la puerta y, tras despedirse de ellos con una sonrisa, se marcharon en el coche.

-¿Entramos?-preguntó Yami felizmente mirando a su Aibou. Este no fue capaz de mirarla y miraba al suelo tristemente sin responder-¿Yugi?-Yami se preocupó al verle en ese estado, no sabía que estaba pasando por la cabeza del pequeño-Yugi sino quieres que me quede...-empezó a decir, cuando el pequeño se abrazó fuertemente a ella poniéndose de puntillas para llegar a refugiar su rostro por encima de su pecho. La tricolor lo notó deshacerse en llanto y se preocupó aun más-Yugi ¿Qué ocurre?-este negó con la cabeza, no podía parar de llorar. Permanecieron así por un rato hasta que el pequeño sacó valor para ir con Yami hasta la puerta de la tienda. Sacó la llave del bolsillo y la abrió con gesto sombrío sin decir nada, mirando constantemente al suelo.

Cuando la puerta estuvo abierta Yami vio que solo había oscuridad y silencio en el interior de la casa. Entró y prendió la luz de la tienda para encontrarse, con toda sorpresa, las estanterías vacías.

-Yugi ¿Qué a ocurrido con la tienda?-preguntó Yami girándose a ver al menor, a lo que este no supo como encontrar las palabras. Yami entonces casi comprendió lo ocurrido y temió preguntar pero debía hacerlo-Yugi...-su voz tembló ligeramente-¿donde está Solomon?-Ante aquella pregunta los ojos de Yugi se abrieron por la sorpresa y rápidamente se llenaron de lágrimas de nuevo

-Ya no está...-logró a decir casi en un hilo de voz que Yami logró escuchar, logrando abrazar a su Aibou antes de que este se cayese de rodillas entre lágrimas.

-Lo siento Yugi...lo siento tanto...-abrazó a su Aibou durante largo rato mientras este se aferraba a Yami como a un salvavidas, no quería soltarla, no ahora-¿cuando fue?-preguntó con suavidad, no quería hacerle mas daño al pequeño pero necesitaba saber

-En dos días hará un mes-dijo entre lágrimas el menor. Yami solo permaneció allí, abrazando al pequeño acariciando su cabello, esforzándose por no llorar, no podía ni imaginar lo que debía haber pasado el solo

-No te preocupes Yugi, ya no estarás solo, yo estoy aquí. Te lo prometo...



La noche transcurrió pesadamente, Yami intentó que Yugi cenara algo y a regaña dientes logró que comiese un poco. Sin embargo, esta vio que en la casa no había mucha comida y supuso que Yugi no tendría un trabajo y sin Solomon y sin la tienda no tendría dinero... Yami negó con la cabeza. No, no iba a pasar nada, la situación se arreglaría. Mañana mismo saldría a buscar un trabajo, no iba a dejar que nada malo le pasara a Yugi, estaba aquí, de vuelta, e iba a cuidarle, como el la cuidó años atrás.

Yugi logró dormir un poco pegado a Atem, pues compartieron cama para que Yugi no se sintiese solo. La tricolor durmió menos aun que el pequeño ya que constantemente se despertaba preocupada por él cuando lo notaba llorar o moverse, ambos durmieron en su cama abrazados, pues fue la única forma de que Yugi dejase de llorar.

Cuando se hubo levantado , con cuidado de no despertar al pequeño, Yami estuvo pensando en como hacer para ayudar a Yugi, no sabía demasiado de la realidad mas allá de los duelos, pero ahora estaba aquí e iba a cuidar de este costara lo que costara, así que saldría al mundo a tratar de averiguar como encontrar un trabajo para cuidar de su Aibou.

Con ese pensamiento se levantó, busco algo de ropa, entre las pertenencias de Yugi, que le quedase medianamente bien con su cuerpo y, aun que todo le quedaba muy ajustado, se las apañaría de momento. Acto seguido se dirigió a la cocina. Intentaría que Yugi comiese algo y después saldría a la calle a averiguar como buscar trabajo, pues no tenia ni idea de como funcionaba la vida en el presente, pero ya lo averiguaría, por Yugi haría lo que fuera necesario.

Regreso a una Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora