Duelo de hermanos

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**Nota de la autora: hola :D este capítulo será, como dice el título, un duelo, espero que os guste, estoy algo desentrenada pero espero que sea una buena lectura. Gracias por leer ^^ agradezco mucho que esteis ahí. Por cierto, como mañana, si todo va bien tengo torneo de duelo de monstruos hoy os traigo capítulo doble :3 disfrutad!**


Un par de coches de Kaiba recogieron a todos los amigos que se dirigían para el parque de duelos de Kaibalandia.

Yugi, Tristan, Duke, Bakura y Joey iban en uno de los coches mientras que, Atem, Marik y los hermanos Kaiba iban en otro.

En la limusina de Atem reinaba el silencio, Kaiba iba sentado junto a ella fingiendo que miraba por la ventana mientras que la miraba en el reflejo del cristal. Mokuba y Marik estaban mirando en el teléfono móvil de Mokuba la instalación para el duelo de los dos tricolores y Atem se encontraba revisando su baraja. Sus manos temblaban ligeramente, normalmente acudía a todos los duelos segura de sí misma, de su baraja y confiando en el corazón de las cartas, sabía que fuese lo que fuese a pasar debía ocurrir, sin embargo, allí estaba, revisando su nueva baraja y pensando en la estrategia.

Aprovechando el haber vuelto y ya no compartir el cuerpo con Yugi le permitió hacerse un deck totalmente propio con cartas que logró reunir con ayuda de Duke y Marik, algunas aquella misma noche. Barajó el mazo, dándose por vencida, y cortó este mirando la carta que había salido la primera en el corte, allí estaba, como siempre, su mago oscuro. Quizás nada había cambiado del todo realmente, pensó.

Llegaron a Kaibalandia y se reunieron todos en la puerta del campo principal, campo usado por Kaiba para el torneo del puzle milenario.

-Aquí estamos-dijo Joey al llegar junto al grupo de Atem que había llegado primero-este es el campo del último torneo.

-Vamos-dijo Kaiba tomando la iniciativa. Seguido de todos atravesaron las puertas del gran campo de duelos, era mucho mas moderno que cualquier campo que Atem hubiese visto nunca, recordó ligeramente el instante en el que regresó para salvar a sus amigos y reconoció un poco el lugar. Al llegar al campo, todas las luces se hallaban encendidas y una pantalla gigante coronaba la parte superior. Atem suspiró, ¿estaba nerviosa después de todo lo pasado?

Yugi subió al campo de duelo en primer lugar, Kaiba lo siguió, Atem por su parte seguía en la parte inferior del campo. ¿Realmente quería hacer esto? Sabía que la respuesta a aquella pregunta era una negativa, no obstante, ella quería hacer todo por Yugi y este se lo había pedido, aunque eso no la hacía dudar menos.

-Mi faraón-llamó Marik en egipcio a Atem, la cual se volteó para mirarle y, respondiéndole también en egipcio antiguo habló.

-Ya no soy el faraón Marik, deja de llamarme así.

-Lo se pero... antes de hacerlo tengo que darte algo, una última cosa que es tuya-esta lo miró intrigada.

-¿Qué es?-preguntó. A lo que el rubio extendió su mano con una carta boca abajo en ella.

-Tómala. Pegasus me la hizo llegar para ti el día de nuestra llegada.

-¿Cómo sabía Pegasus...?-este se encogió de hombros

-Solo me dijo que te dijera que aunque se pierda un objeto milenario siempre permanecen cosas contigo. Que esto era un favor a alguien que se lo pidió en un sueño. No sabía si lo necesitarías pero visto lo visto...-dijo con una media sonrisa encogiéndose de hombros. Atem alargó la mano y tomó la carta que este lo ofrecía, quedando totalmente perpleja ante ella. Volteó la carta y con cierta duda la introdujo en su baraja.

-Está bien...vamos allá. Y Marik-dijo parándose a su lado-no volvamos a hablar de esta forma-dijo volviendo a hablar en el idioma local. A lo que el rubio asintió con una leve sonrisa.

Regreso a una Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora