Mejor amiga, en el mundo no hay otra igual de entrometida y única como tú.
Ha pasado días y el mensaje que le dejé al número desconocido no ha sido respondido, no he salido mucho de casa más que a la universidad y a la tienda, por ende no he vuelto a experimentar esa sensación de acoso.Me encuentro en mi habitación sin mucho que hacer, estos son de esos días largos y aburridos donde sientes que ya hiciste todo, literalmente ya no tengo nada que hacer.
Quedarme en casa no se me antoja, quiero salir un poco a despejar la mente, marco el número de Violeta siendo atendida al tercer toque.
—Hola, Vilu.
—Hola —escucho como la respiración se le corta al hablar.
—¿Te encuentras bien?
—Sí, solo estoy haciendo ejercicio.
—Bien. Te quería preguntar si quieres ir conmigo al centro comercial, tengo la tarde libre.
—Me parece excelente, he tenido una pésima semana y quiero pasar algo de tiempo con mi amiga.
—Cuidado si lloras, dulzura —le digo esbozando una sonrisa.
—¿Cómo me crees capaz de algo así? —La escucho reír –hace mucho que ya no tengo sentimientos.
—¿Segura? Porque te recuerdo que lloraste con un video de perritos.
—Habían sido abandonados y eran cachorros ¿Ok?
—No te preocupes, no te delataré.
—Realmente quiero pasar tiempo contigo —se queda en silencio por unos segundos —desde aquella noche en la fiesta mi mente ha sido todo un caos —ríe sin ganas —creo que no me caigo bien a mi misma ya que ni mi mete me deja estar tranquila.
Trago grueso, una de las cosas que Violeta y yo tenemos en común es la forma de afrontar nuestras heridas. Lo que nos hace sentir vulnerables.
Aunque ella es más abierta que yo, se deja ver vulnerable sin tener miedo a recibir ayuda, en cambio, yo soy algo más cerrada. Sigo sintiendo miedo y terror a que otros me vean vulnerable y puedan llegar a usar eso en mi contra.
A pesar de todo compartimos una extrema confianza entre nosotras, con ella no tengo miedo a decirle lo que me molesta o me pone triste. Nos apoyamos mutuamente, siempre ha sido así.
—Dentro de veinte minutos en el centro —cierro la llamada dirigiéndome a vestirme.
Ya han pasado treinta minutos, me encuentro en el estacionamiento bajando de mi auto, por supuesto sin dejar a mis queridos amigos, podría imaginar que les molesta mas seguir a una chica de lo que me molesta a mi ser seguida, la diferencia es que a ellos les pagan.
ESTÁS LEYENDO
Sombras del Pasado
Mystery / ThrillerBlair Hill posee una condena de por vida. La traición la acecha y la esperanza se quiebra bajo sus fuertes intentos de mantenerse a flote y proteger a sus seres queridos. En un pueblo donde dos familias ocultan cientos de secretos, ella debe arma...