¿Esto es amor? - IV

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La forma de amar de cada persona varía, o por lo menos eso es lo que mi madre profesa.

Crecer siguiendo doctrinas católicas me hizo entender que, quizás, el amor es la forma más pura de hacerle saber a alguien que te importa. En la actualidad, quizás las formas de amar se han transformado, han evolucionado, y en algunas ocasiones, se han visto dañadas, infectadas.

Los celos es un ejemplo de eso, ya que para algunas personas aquello es parte de "amar". Pero quién sabe, mi padre siempre dice que no debo de juzgar.

Aún así, me parecía absurdo, hasta que lo viví en carne propia.
La primera vez fue en septiembre del año pasado, mientras Poché hablaba con alguna chica en la cafetería; yo estaba a su lado, pero no me prestaba nada de atención, al parecer hablar con ella era más interesante que hablar conmigo.

Y nuevamente estaba sucediendo, con la misma chica.

Habían pasado dos semanas desde la "semana del arte", todo había salido de maravilla y, desgraciadamente habíamos vuelto a la espantosa rutina estudiantil. Así que sí, aquí estábamos, paradas en medio de la cafetería, Poché hablaba con una chica pelirosa, estaba muy perdida en esa plática que decidí mejor intentar alejarme. Ajusté mi mochila y observé la cafetería, en una de las mesas del fondo estaban los chicos.

-Poché...- la llamé, pero no volteó a verme. ¿Por qué le pone más atención a ella que a mí? Me tenía de la mano, así que me solté y comencé a caminar fuera de la cafetería.

La sensación en mi pecho era diferente, era fuerte y dolía un poco.

No hice mucho, sólo salí del lugar y caminé al lugar más alejado de todos; cerca de las canchas de soccer, debajo de un árbol que regalaba una linda sombra. La sensación de extrañeza en mi pecho había aumentado conforme los días pasaran, fue luego de la misa de matrimonio a la que había asistido con mis padres; el hombre que ofició aquella ceremonia dijo unas palabras que quedaron rondando en mi cabeza: ... Y es que en la actualidad son pocos los jóvenes que desean unir sus vidas ante Dios, quizás es por miedo o solamente porque creen que no están listos. Y ustedes, queridos hijos, son un ejemplo de que el amor sigue presente en la sociedad, no hay nada mejor que unir tu vida con aquella persona que te hace bien, con aquella persona que te apoya en todo y te hace feliz... No hay nada como casarte con tu mejor amigo, tu compañero fiel, tu confidente. Y quizás en aquel momento no me dí cuenta de lo que estaba pensando, o más bien en quién estaba pensando.

Esa misma noche, lloré en mi habitación, sintiéndome detestable. ¿Qué dirían mis padres? ¿Qué dirían las personas que me rodean? Esa misma noche, me senté frente al computador y busqué en internet algunos artículos que hablaban de los sentimientos hacia personas del mismo sexo; había visto series y películas donde el adolescente se preguntaba una y otra vez eso, pero el estar en ese lugar, siendo el protagonista dolía. Dolía demasiado.

Suspiré y cerré los ojos, necesitaba aclarar lo que sentía, necesitaba desechar esos pensamientos. Pero, ¿con quién lo hablaría?

Si tan sólo Dios pusiera a alguien en mi camino, quizás así todo sería más fácil.

-Veo que encontraste mi lugar para pensar... Daniela, ¿cierto?- una chica pelirroja se sentó a un lado de mí, Camila, estaba en la misma clase que ella. Asentí. -Este es mi lugar favorito.- agregó la chica.

-¿Por qué?

-De aquí puedo ver todo el lugar, tengo una perspectiva de la vida superficial de todos. Me gusta, así tengo más ideas para escribir.

-¿Escribes?- la chica asintió. -¿Qué escribes?

-Oh, poemas. O algo así.- la chica rió, -quizás cuando tenga 20 años publique el poemario.

¿Esto es amor? (Calle y Poché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora