Sí, esto es amor - IX

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–No quisiera que te vayas.– Calle dijo. –Yo...– mi móvil comenzó a sonar haciéndonos saber que ya faltaba un minuto para que los cinco minutos se cumplieran, me molesté un poco, así que lo apagué antes de volverla a mirar.

–¿Tú...?– dije, sintiendo mi corazón correr con prisa.

–Nada. Haz la pregunta.– dijo antes de separarse, dejando que mis dedos se sintieran extraños, extrañaba su contacto físico.

–Yo... ¿soy la persona que te gusta?– aquello salió de la nada, porque entre todas las opciones que los chicos me habían dado, esa no estaba ahí. –Es broma...– reí un poco cuando miré su rostro lleno de confusión. –Haré la pregunta de Crim.– volví a hablar cuando sólo obtuve su silencio como respuesta. –¿Has besado al menos a una persona en este año?

–Verdad y mentira.– su respuesta me confundió y se lo hice saber cuándo levanté una ceja.

–Pero...

–No puedes hacer otra pregunta.– dijo antes de que la alarma volviera a sonar. –Vamos.– tomó mi mano antes de intentar arrastrarme nuevamente al grupo.

–No.– dije deshaciéndome de su agarré en mi mano. –¿Cómo es eso que "verdad y mentira"?

–Ya. Poché, fue una broma. La respuesta a mi pregunta es mentira.

–No me refiero a eso.– murmuré. Ella me miró levantando una ceja. –Es que siempre haces todo tan complicado, Calle.– me quejé.

–¿Qué di...– no la dejé seguir.

Mi boca se estampó con la suya, el movimiento fue torpe así que nuestros dientes chocaron. Mis manos tomaron su rostro con fuerza para mantenerla cerca, sus manos fueron a mis antebrazos y los apretó cuando comencé a mover mis labios.

Pero no correspondió.

En cambio, mis dedos se humedecieron. Abrí mis ojos y la realidad me golpeó en la mejilla con frialdad, además de la mano de Juli, quién se había aparecido de la nada.

–Pero, ¿qué haces?– Juliana tomó la mano de Daniela antes de alejarla de mí. Abi apareció detrás.

–Yo... Lo siento.– dije, a nadie en específico. –Me voy a casa, mañana tengo cosas que hacer desde temprano.

Miré por última vez a Calle, quién seguía llorando, ahora en brazos de Abisambra. Miré a Juli y ella asintió, la escuché decir un "en un momento vuelvo" antes de que yo cruzara la cerca para entrar a mi jardín.

–¿Qué ha pasado?– Juli tomó mi brazo para hacerme encararla. –¿Quieres decirme que...– y comencé a llorar.

Durante todos los años siendo amiga de Daniela Calle había sentido una conexión diferente en comparación a como me sentía con cualquier otra persona; y nunca fui una persona de etiquetarse, de dudar de su sentir o de, al menos, minimizar sus emociones. Pero en esta ocasión, cuando me di cuenta que estaba enamorada de Daniela Calle sabía que las cosas serían diferentes, totalmente.

Comencé a acercarme a ella de una forma sutil, siguiendo los consejos que leía en internet, hablaba con su madre acerca de mis sentimientos hacia "una persona que quizás es prohibida" y ella se limitaban a decir que el amor es algo difícil de digerir cuando se siente por primera vez, que a veces el amor se confunde con admiración o un sentimiento de "amar" distinto al romántico; pero Mafe nunca minimizó lo que yo sentía por su hija.

Hace un par de meses, una tarde en que Calle dormía y yo la observaba. Su madre entró y miró aquello, con una seña me hizo salir de la habitación; y mientras yo temblaba del miedo ella me abrazó y dijo:

¿Esto es amor? (Calle y Poché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora