Lena & Supergirl. Una historia pokémon.

4. Reign despierta.

Kara llegó al bar alienígena donde Alex la había citado para hablar.

-Hola- saludó la rubia sonriente a su hermana, pero notó que algo iba mal con ella -¿Todo bien?- preguntó preocupada.

Alex soltó un largo suspiró, tomó un trago de su cerveza.

-Deje a Maggie... Ella le dijo cosas horribles a Ruby. Tuve que dejarla. Cometí un error al creer que podía cambiar a Sam por ella- explicó está un poco ebria la pelirroja.

-No creo que te vuelva a dar una oportunidad. Los papeles de divorcio ya están hechos y entregados- Kara comentó dándole palmadas a su hermana tratando de no mostrarse divertida por la situación.

-Te llame para que me apoyaras. Kara lucharé por mi esposa- señaló con su dedo el pecho de la rubia.

-Alex, creo que a Sam le gusta otra persona- Kara soltó sin más no queriendo decirle en la cara que es estúpido que piense aquello después de lastimar a Sam como lo hizo.

La rubia había notado pequeñas cosas. Cómo que Daenerys seguía viviendo con Sam y Ruby. Cuando iba a desayunar notaba salir a la platinada del cuarto de la morena.

Y bueno, lo más obvió, los ojos de enamoramiento de la CFO hacia Dany y viceversa.

-¡Eso no importa! Debemos hacer lo mejor para nuestra hija y eso es que estemos juntas. La volveré a enamorar, estoy segura de que podre- sonrió orgullosa la pelirroja.

-No sé Alex, creo que deberían hacer cada una su propia vida- dijo levantándose de su lugar.

-Claro. Cómo tú ya estás en una relación con Luthor, no te importa que tu hermana sea feliz. Malagradecida- atacó la pelirroja.

-Sí, a ti no te importa mi felicidad, a mí no me debería importar la tuya. Deberías regresar a tu apartamento Alex- Kara se defendió antes de dejarla sola en aquel bar.

...

Daenerys estaba en medio de la gran ciudad, donde todo parecía brillar. Sintió un temblor por debajo de sus pies. Fue cuando vio algunos Pokémon gigantes atacando al que se atravesará.

La ciudad quedó en penumbras, observó un hombre con capa roja volar velozmente por aquella ciudad, seguramente Superman. Detrás de él iba su amiga Kara.

Dany corrió para ponerse a salvó de aquel peligro. Corrió hasta llegar a un enorme edificio, pero todo cambio a una estructura de roca, parecida a la de cristales de la fortaleza de la soledad.

A pesar de que era de roca, era fría, oscura. Podía sentir algo o alguien que la estaba asechando, algo que podría matarla. A su lado estaba el Lycanroc de forma diurna. Era Fantasma, el Pokémon que su marido Jon le había dejado.

Siguió caminando por el oscuro pasillo del lugar. Encontró un símbolo Kryptoniano, detrás de él había un trono, hecho de vidriadragon, u obsidiana cómo dirían los humanos.

Una mujer estaba sentada ahí, traje negro, ojos rojos, aquel símbolo. Ella sonrió de manera macabra. Fantasma gruño.

-Por fin llegaste. Pronto reinaremos juntas- comentó aquel ser de figura femenina y poderosa.

Dany sintió miedo, sabía que esa mujer podría matarla. En cuanto se acercó la reconoció, era Sam o se parecía a ella.

-Pronto no reuniremos princesa y entenderás que es mejor estar de mi lado- dijo tomando la mandíbula de la platinada con suavidad a pesar de su aterradora mirada aun podía notar el calor y cariño de Sam dirigido hacia ella.