Lena & Supergirl. Una historia pokémon.

10. La irá roja.

Kara estaba por fin tranquila de haber eliminado el peligro que era el esposo de su tía Astra. Estaba alegre que había podido solucionar el problema, los humanos como los seres que vivían en el planeta tierra ahora estaban a salvo.

Estaba sobrevolando la ciudad, dando su patrulla al atardecer, antes de volver al apartamento que compartía con Lena. Escucho la voz de la pelinegra en su comunicador -Kara, hay un incendio en la calle que estas sobrevolando, los bomberos necesitan de tu ayuda-

-Voy para allá- respondió viendo el humo que se alzaba por uno de los edificios de apartamentos.

Llego justo a tiempo por la azotea, bajo a los bomberos que estaban atrapados en el edificio, luego volvió y con su aliento congelado apago el incendio. De pronto sintió débil, cómo si cerca hubiera Kryptonita, pero luego el efecto paso.

Regreso a casa sonriendo, a pesar del hollín que tenía en la cara. Argo igual venía lleno de aquello. Suspiro Kara viendo a su alrededor, Lena estaba tomando una copa de vino en su sillón.

-Buenas noches- saludo la rubia, Lena sólo saludo con su cabeza.

Últimamente la pelinegra parecía apartada de la superheroína, sobre todo desde que la encontró besándose con Lucy, claro que la ojiverde ya sabía de la relación naciente que estaba involucrada Kara con su abogada.

-¿Estas molesta por algo?- preguntó la rubia sin saber que hacer, si Lena no quería ser su amiga.

-No, tranquila Danvers- respondió fríamente, Kara sintió una punzada en su corazón, suspiro audiblemente.

-Escucha. A ti te pasa algo desde que me encontraste con Lucy- la rubia se sentó junto a Lena, sin importarle si ensuciaba a la pelinegra y al sillón.

-Respecto a eso. Deben pasar a recursos humanos a informar sobre su relación. No quiero problemas en mi empresa por eso- señaló, al parecer estaba un poco ebria. Algo que no había detectado Kara cuando la escucho en el intercomunicador.

-No se preocupe señorita Luthor, no se me olvidará pasar a recursos humanos y vere la manera de recuperar mi apartamento para no molestarla- se levantó enojada, aunque no dejaría que su furia la dominara, ya que podría decir algo que no deseaba.

Se fue enojada al cuarto donde se quedaba, cerró la puerta de un portazo fuerte, claro sin llegar a romper la puerta o el marco. Argo observo curioso a Lena que miraba amargamente la puerta cerrada.

-Yo nunca le dije que se fuera- comentó a Oísin que había recargado su cabeza en la pierna de Lena para darle ánimos.

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El despertador sonó, realmente era molesto escuchar ese sonido, lo aplasto con su mano. La rubia sonrió levantándose, con su super velocidad escogió la ropa que usaría hoy para ir a entregar su nuevo artículo a la señorita Cat, luego regresaría a su apartamento.

Sí Lena no la quería más con ella era su perdida. Salió de su cuarto encontrándose con la pelinegra tomando su café cargado. Parecía triste, la rubia quería ir a abrazarla y animarla. Pero a su mente le vino lo que le dijo la ojiverde, que no podrían ser más que compañeras de trabajo.

Sintió nuevamente la furia la dominaba, gruño un poco, pero tal vez si les demostraba a los humanos que sin ella no serían nada. Lena vería que es afortunada por que la quería dentro de su círculo cercano.