Capítulo 5

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Dedicado a Kimmy-chaaan

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¡¿Cómo era que sabía mi nombre?! ¿Acaso nos conocíamos de algún lado?... No, lo dudaba mucho. Tal vez, él escuchó mi nombre de algún lado, sin embargo era poco creíble. Pero sea como sea que se haya enterado de mi nombre, lo importante aquí, era saber si era amigo o enemigo. Debía de calmarme si era que quería pensar con claridad. Aunque el haber tenido tan cerca su rostro hacía unos momentos, realmente no ayudaba. Así que tuve que utilizar mi arma secreta; escapar.

Me alejé lo más rápido que pude de ¿Gael? —creo que ese era su nombre—, y me senté en la mesa compartida.

Ahora que me ponía a admirar el salón, era bastante espacioso. Poseía grandes ventanas de cristal en el lado oeste, una pizarra de un fuerte color verde junto a la mesa del profesor, ambos al norte. Por otro lado las demás decoraciones eran irrelevantes, lo único a destacar era que a pesar de poseer grandes dimensiones, solo había un total de quince mesas con sus respectivos asientos, divididos los mismos en tres hileras de cinco.

Regresando a la realidad. Observé con bastante interés como nuestra maestra la señora no-sé-qué —siendo sincera no recordaba su nombre—, daba la clase. Hacía años, literalmente, que no asistía a la escuela. Mi vista se desvío a la derecha al sentir leves golpes en mi brazo. Era mi compañera de mesa.

—Hola, chica nueva. Me llamo Cristal Heuston, pero me puedes decir Cris —habló presentándose en un susurro —. Tú eres Eva Gorner ¿verdad? —la miré con clara sorpresa ¿Acaso todos aquí se sabían mi nombre?— No te sorprendas, el director te presentó mientras se llevaba a Sofía a rastras con él.

"¿Sofía?"

Pregunté. Y sin duda debía de darle las gracias a Oliver. Gracias a él ya no se notaba que estaba hablando a través de la mente.

—La que hizo que te cayeras —respondió con simpleza.

"¿Por qué no me he dado cuenta?"

—Oh, creo que estabas muy ocupada con... otro asuntillo.

Lo dijo subiendo y bajando las cejas, sentí el calor subiendo por mis mejillas y ella rió por lo bajo.

Genial, ya me había ganado una enemiga en la escuela, y ni sabía porqué. Bajé mi mirada a la libreta de Cristal dándome cuenta que estaba prácticamente en blanco.

"¿Por qué no estás copiando?"

—Odio la matemática, odio las clases, y odio este lugar —cerró los ojos antes de apoyar todo su peso en el espaldar de la silla—. Si dependiera de mí, ahora mismo me lanzaba por la ventana o le pedía a otro que lo hiciera por mí.

"Te vas a caer."

Advertí al ver como las patas delanteras de su asiento se levantaban del piso. Sin embargo, ella solo me miró mientras me dedicaba una sonrisa.

—No te preocup...

Antes de poder terminar la frase, se fue de espaldas. Al escuchar el fuerte ruido de un cuerpo chocando contra el —para nada suave— suelo, todos voltearon a verla.

"Te lo dije."

Días antes.

Me encontraba en la habitación de Oliver respondiendo sus múltiples preguntas. Sin duda estaba hecho para ser policía —aunque no quisiera aceptarlo—, en los diez minutos que llevábamos de "interrogatorio" sentía que hasta había cometido un crímen.

Silencio #1 No fue mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora