Pasé los brazos por sobre mi cabeza para estirarme. Faltaba muy poco para que la clase por fin terminara. Lenguaje era la única asignatura que me parecía un poco aburrida o quizá solo era la forma en la que el profesor la impartía.
Cristal —que desde que llegué a la escuela se había sentado a mi lado— guardó apresuradamente todas sus cosas en su mochila y me instó a que hiciera lo mismo. En cuanto el timbre sonó, tiró de mí mano entre todos aquellos estudiantes que parecían salvajes intentando salir del salón.
—¡A un lado, chicos! O me atreveré a dañarles la comida en la cafetería todos los días. —Gritó.
Algunos se apartaron, cediendo el paso. Quizá no por su amenaza, sino por miedo a que los aplastara o les encajara un codo o rodilla en su camino.
Era extraño ir a la escuela sin Oliver. Extrañaba sus bromas e incluso su dramatismo. Mis días habían pasado mortalmente aburridos y tristes. Había pasado ya casi una semana y Richard y Julieta seguían turnándose para poder estar con él.
No habían señales de la persona que no tuvo escrúpulos para hacerle aquello y yo solo esperaba con ansias que mi amigo despertara.
En la salida de la escuela nos encontramos con Gael, Owen y Katherine. Gael llevaba su mochila en su espalda y Owen y Katherine cargaban con unos globos y algunos Snacks. Arrugué mis cejas en confusión.
—Queremos ir a visitar a Oliver. —Explicó Cris. —Nos conocimos hace mucho tiempo y también es nuestro amigo.
Era verdad. El primer día ellos habían mencionado que ya se conocían y que eran amigos. Sonreí ante su acción.
Owen se acercó a mi y me abrazó en modo de saludo. Al separarse me tendió uno de los globos amarillos que llevaba. Katherine hizo un asentimiento y sonrió enseñándome sus blancos dientes. Le devolví la sonrisa aún sabiendo que no podría verla.
Clavé mis ojos en el último integrante del grupo. No lo había visto en todo el día a pesar de que íbamos a las mismas clases. Inconscientemente recordé aquel momento en el parque. Ambos nos habíamos acercado mucho y había mirado mis labios tan fijamente. No sabía cómo sentirme al respecto. No sabía si lo había hecho solo para observar mejor los hilos que atravesaban mis labios, o si lo había hecho por otra razón.
Hace unos días, cuando estaba viendo aquellas novelas románticas con Julieta, algo similar había pasado entre los protagonistas. Pero en esta ocasión, ambos sellaron sus labios en un tierno beso, o eso había dicho Julieta. Pero no entendía porqué exactamente lo habían hecho. Necesitaba que Oliver despertara pronto para poder preguntarle. Era el único en el que confiaba.
Caminamos juntos por las calles. Las personas que concurrían por ahí se volteaban a veces para observar al grupo de adolescentes ruidosos que iban caminando por ahí. Antes de saber que los chicos también vendrían a ver a Oliver yo ya tenía planeado hacerlo, por lo que Richard estaba enterado y no habría problema. Cuando regresara a casa sería momento de realizar las tareas y luego el entrenamiento. Al final del día terminaba exhausta.
Y sí, Richard y yo habíamos retomado el entrenamiento, aunque esta vez con cosas más leves.
Nos tomó un poco de tiempo llegar, pero en cuanto estuvimos ahí tuvimos algunos problemas para entrar ya que no permitían muchas visitas. Yo entré primero como visitante de Oliver y los demás se colaron junto a personas que iban entrando para ver a sus familiares o seres cercanos.
El pasillo estaba libre de enfermeras por lo que corrimos escuchando el sonido de nuestros zapatos. Toqué ligeramente la puerta con mis nudillos para avisar mi presencia y la abrí, en cuanto todos estuvimos dentro la cerré de golpe.
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Silencio #1 No fue mentira
General Fiction"Un mal día puede dar inicio a un montón de tragedias." Eva Gorner sabía esto muy bien. Lo estaba viviendo en carne propia. ¿Qué sentía al estar en esa situación? Bueno, los sentimientos eran diversos, pero la impotencia sobresalía de entre todos. ...