18. El otro lado de la verdad

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—No quiero seguir caminando, estoy muriendo del cansancio y miedo, siento que voy a morir

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—No quiero seguir caminando, estoy muriendo del cansancio y miedo, siento que voy a morir.

Namjoon refugió las manos de Taehyung entre las suyas y lo miró fijamente. "Esta todo bien" Susurró.

El camino oscuro lograba ponerle los nervios de punta hasta al más valiente del grupo. Bajar de la Isla 22 había sido difícil pero más dificultoso era hacerse entre los terrenos repletos de hierba, construcciones abandonadas y repleto silencio.

Acababan de retomar camino luego de encontrar con un panorama lleno de criaturas desconocidas que emitían ruidos estruendosos para luego volver a alejarse a alta velocidad. Quien lideraba el camino era Jungkook, caminando de cuclillas.

—Debemos llegar a la torre roja, allí deben estar Seokjin y Yoongi.

Jimin tiró de su saco de traje. Jungkook lo miró sobre su hombro y apuntó a la distancia.

Una casa con unas suaves luces encendidas.

—¿Serán ellos?

Jungkook negó.

—Debe ser algo para pescar a intrusos, deben saber que algo estuvo sucediendo arriba.

—¡Es Yoongi!— Apuntó el rubio a la ventana viendo a un Yoongi sonriente uniéndose a bailar con el castaño.

—¿Están bailando?

Jungkook los observó perplejo tras el cristal. Seokjin entrelazaba suavemente sus dedos mientras trataba de enseñarle al robot cómo moverse al ritmo de la música, lenta y hermosa que guardaba Invu en su colección de descubrimientos.

—Y debes seguirme así, uno, dos...—Sus pies moviéndose al compás, sus manos cálidas entre sí y sus cabezas mirando hacía abajo buscando no pisarse sin querer.

—Mírame— Susurró Seokjin levantando su cabeza. Dulces se observaron mutuamente, una tranquilidad inmensa los lleno luego de tanto tiempo. Yoongi junto sus labios, cerrando sus ojos.

—Maldita sea lo está besando, se están besando. Creo que necesito dormir— Susurró Hoseok.

Namjoon negó.

—No, realmente se están besando.

—Y parecen sentirse muy bien— Dijo Jimin, observando aquella escena como si fuera una de esas películas románticas que miraba en la noche junto a su gato.

—Lamento arruinarles el momento pero debemos entrar, no sabemos a que nos enfrentamos aquí afuera— Irrumpió el azabache. Jimin asintió y todos siguieron al policía.

Jimin giró levemente la perilla de la puerta trasera. Las luces y la música se apagaron.

—Yoongi, somos nosotros por favor no nos vueles la cabeza— Jimin ingresó con las manos en alto y con sus ojos cerrados. Repentinamente, algo se estampó contra él. Abrió sus ojos y se encontró con el pálido abrazándolo.

LOVE IS LIKE A DAISY | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora