♥︎ 𝖨𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗈𝗍𝗁𝖾𝗋 𝗅𝗂𝖿𝖾 ♡︎ // Joseph Quinn

♥︎ Deberíamos? ♥︎

*1 mes después*

Narra Circe:

Ya han pasado semanas desde que conocí a Joe, y la verdad hemos tenido una gran amistad.

La verdad Joe a mostrado ciertos movimientos o a mencionado cosas que me sacan completamente de mi papel.

El estar con el me distrae por completo de mi mundo y eso es bueno.

Hoy saldré con el y estoy un poco nerviosa, ya que es más temprano que otros días y mi padre aún no se va a trabajar, y es lo que me aterra.

Termine de prepararme, me mire en el espejo una última vez, mis moretones ya no se veían tanto, pero aún tenía que taparlos, no sería bueno que Joe los viera.

Joe me ha cuidado muy bien estos días y la verdad estoy muy agradecida con el.

No he cruzado ni una sola palabra con mi padre y mucho menos una mirada, y eso realmente me hace sentir bien.

Tome mi pequeña mochila y salí de mi habitación.

Baje lentamente las escaleras y mire hacia la sala y logré ver a mi padre dormido. Aproveché esa oportunidad y salí rápidamente de la casa para irme lo más lejos que mis piernas pudieran dar.

Me sentía tan bien, el aire pegando por mi cara y alborotando mi pelo, era lo mejor.

Al llegar a la esquina de la calle, pude visualizar el auto de Joe, mi sonrisa salió a la luz del sol.

Abrí la puerta del auto para poder entrar y saludar a Joseph.

-: Hola!

Le di una calida sonrisa y puede cerrar la puerta del auto.

-: Hola Circe!

Le di un pequeño beso en la mejilla.
Logramos tener tanta confianza para llegar a tal punto.

-: Cómo estás?

Pregunto mirándome.

-: Estoy más que bien, Joe.

Sonreímos.

Había algo en Joe, algo diferente, su mirada me decía algo que no podía describir.

-: Pasa algo?

El negó con una sonrisa.

-: Lista para irnos?

Yo asentí y el pudo comenzar a conducir.

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-: Y al final de cuentas después de tanto tiempo se logró, Joe Keery tiene novia!.

Reí por la emoción de Joseph.

-: Me alegro mucho por él.

Sonreímos.

-: Si...

Nuestro contacto visual era algo indescriptible, pero grandioso. Sus ojos cafés los podría mirar por horas, ese brillo en ellos es tan maravilloso.

-: Buenos días, que desean ordenar?

Pregunto una chica castaña.

-: Que ordenarás tu?

Pregunte mirándolo.

-: Un desayuno simple.

La chica entendió y lo anoto.

-: Y tú?

Esta vez me miró Joe.

-: Igual.

Sonreí.