Capítulo VIII

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Taehyung despierta a la mañana siguiente con una cabeza que podría tener el potencial para hacer combustión en cualquier momento.

—Oh Dios,— resopla, ciegamente trata de alcanzar el agua en su mesita de noche. Pero joder, no hay –¿y dónde mierda está Jin? ¿No debería estar cuidándolo y complaciendo sus caprichos?

Cuando Taehyung finalmente hizo su camino torpemente a través de la puerta la noche anterior, el chico no estaba en ningún lado, sólo los restos de un guiso irlandés en el fregadero indicaba que al parecer había estado allí desde la última vez que Taehyung lo había visto.

No lo irritaba. No es como si hubiera planeado mentalmente su discurso de quejas acerca de la fiesta y Jeon Jungkook en el camino a casa, ni nada. Realmente disfrutaba de esta pacífica soledad. Si Jin HUBIERA estado allí, probablemente habría terminado tocando el maldito piano o comiendo hasta el amanecer.

Pero ahora Taehyung está despierto (sólo en el más generoso sentido de la palabra) y apenas respira con la almohada sobre su rostro mientras sufre en silencio por existir.

—Jin,— llama débilmente, su voz cargada de sueño y deshidratación.

El champagne es vil. Es bonito y divertido y te hace creer que te ama, pero es vil.

—Jin,— intenta de nuevo, pero la puerta está cerrada y sabe que el mayor no se encuentra en ningun lugar lo suficientemente cerca como para escuchar los lamentables quejidos de Taehyung.

Afortunadamente, este es el siglo XXI. Sintiéndose como si acabara de salir del culo del diablo, Taehyung busca a
tientas su teléfono, localiza el nombre de Jin (no va a hablar sobre el hecho de que lo puso en su lista de favoritos, fue por conveniencia y nada más) y lo presiona con toda la pasión que puede reunir en su estado de resaca.

Suena una vez.

¡Tae!— Jin responde con firmeza tan pronto como lo atiende. —¿Dónde estás? Estaba a punto de hacer que Rory nos consiga algo de comida.

—Suenas muy alegre para estar despierto tan temprano,— Taehyung responde.

Es casi mediodía.

—Mediodía es temprano. Cualquier momento del día que involucre al sol es temprano.

No puedo decir que no estoy de acuerdo contigo en eso. Pero aún así, tuve una clase. De hecho, acabo de volver.

Clase.

Es lunes.

Mierda.

MIERDA.

—Mierda,— repite Taehyung, y es un chillido de desesperación. —¡Me dormí! Voy a ser expulsado de la universidad a este ritmo.

No seas dramático. Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres algo en particular? ¿Salmón? ¿Un sándwich? ¿Lasagna?

—Voy a necesitar gasolina. Y un fósforo. Y que tires algo de pólvora al departamento mientras estás fuera.

... ¿Esto tiene que ver con Jungkook?

—No. Bueno. Quiero decir, supongo que podría. Pero no-Jin, creo que me estoy muriendo.

¿Dónde estás?

—En mi cuarto.

¿Me llamaste desde tu habitación?

—Si."

¿Estás ahí en este momento?

—Sí.

Hay una pausa en la otra línea, luego el sonido de fuertes pisadas. La puerta se abre de golpe, y aparece un Jin en pantalones cortos de jersey negro, una camisa de manga larga de color crema y una gorra Snapback, con el teléfono pegado a la oreja. Parece cansado, tiene sombras profundas bajo sus ojos, pero el brillo de su sonrisa aleja a cualquier rastro de oscuridad.

Young and Beautiful » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora