Capítulo XVII

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El resto de la semana, Jungkook le da tutorías a Taehyung en forma eficaz y beneficiosa.

Y Taehyung no sabe realmente lo que estaba esperando que suceda en esa semana, después de que habían hecho su tratado de paz, pero no era... esto.

No es como que hubiera previsto, por ejemplo, a Jungkook abriendo alegremente la puerta a su llegada y procediendo a reírse de todos los chistes de Taehyung y derramar sus secretos bien guardados bajo llave y llorar con él acerca de sentirse aceptado y pedir perdón por todos sus errores anteriores. No, Taehyung no había imaginado eso de ninguna manera o forma, ciertamente no. Porque eso sería extraño y abrasivo y demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que aún no eran ni siquiera amigos.

Pero aún así.

Jungkook podría haber al menos empezado a... sonreír, o algo así.

Y, por supuesto, sí, solo han pasado un puñado de días, pero honestamente. Yoongi le dijo al castaño que le tenga paciencia y mierda, sip, definitivamente va a necesitar paciencia porque Jungkook está hecho de capas, capas y capas de problemas y paredes y cansancio sin sentimientos y Taehyung ni siquiera está seguro de si ha empezado a socavar en alguna de ellas.

Por lo tanto, es necesario decir que el primer día después de que Taehyung se disculpó y Jungkook en realidad lo aceptó, fue un poco decepcionante.

Taehyung había salido temprano de su piso (no con la esperanza de hacerse amigos ni nada, no) y estaba a punto de dar vuelta por la esquina del edificio de Jungkook, listo para montar los grandes pasos que lo llevarían a sus habitaciones hermosas en los jardines soleados, cuando se detuvo sobre sus pasos, el sordo sonido musical de la voz de Jungkook capturando sus oídos. Buscó la fuente, recorriendo la mirada a través de los ojos de los estudiantes que pasaban vestidos de punta en blanco, izando sus bolsas de Armani, haciendo sonar sus tacones contra los antiguos pasillos, tratando de encontrar un moño o un lío de de cabellos oscuros.

Finalmente encontró su objetivo. Resplandeciente en marfil y oro, su moño brillando bajo el sol del otoño, los diamantes de su reloj resplandeciendo como un faro, luciendo normalmente ridículo y entrañable al mismo tiempo. Mientras hablaba con una hermosa chica de pelo negro en un largo y pálido vestido amarillo. Deslizando un dedo por debajo de su barbilla sonriente.

Estaba sonriendo hacia ella –con esa sonrisa que hacía estremecer a Taehyung, con su vacío y sus esquinas de villano– susurrándole al oído cosas que le hacían soltar risitas incluso más pequeñas e insistentes mientras lo miraba con adoración. La sonrisa de Jungkook creció en una risa entrecortada, y Taehyung recuerda claramente nunca haber encontrando algo más siniestro.

Y, de alguna manera, tan increíblemente desalentador. Y triste.

Pero también molesto.

Después de unos abrazos cálidos y bromas coquetas entregadas con muchos dientes y hoyuelos, Jungkook finalmente envió a la niña en su camino, golpeando su trasero mientras ella se reía y se retiraba.

Que es exactamente cuando Taehyung comenzó a caminar otra vez.

Cuando Jungkook se volvió hacia él, los restos de su divertida sonrisa desalmada se desvanecieron, sus ojos conectando con Taehyung. La falsa cordialidad que previamente había tomado rehén a su rostro fue reemplazada rápidamente con algo... más tranquilo, más observador, y... ¿cauteloso? No era sonriente, no, pero no era falso, tampoco, por lo que el castaño pensó que era un buen comienzo para su sesión.

—Kim Taehyung,— el pelinegro saludó, pero su voz era apagada, y a Taehyung realmente le gustaría pensar que no había estado llena de algo que podría ser reconocido como decepción, pero, bueno. Lo estaba.

Young and Beautiful » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora