La leyenda cuenta sobre un antiguo guardián, un ser encargado de cuidar el bosque sagrado de los Dioses. Éste guardian se ha encargado de vigilar y proteger el bosque de aquellas almas impuras, almas corrompidas de entrar a ese bosque. Aquellas pers...
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Han pasado tres días desde que entró al bosque por influencia de sus amigos y conoció a Quackity, que al parecer es un un niño que comió azúcar en exceso.
Ese día logró llegar a tiempo a su hogar y salvarse de la reprimenda de su padre. Al día siguiente sus amigos le preguntaron por su paradero del día anterior, solo les dijo que se fue por otra parte y no hay nada de que preocuparse; claro que no les contó acerca de la criatura hiperactiva.
Hoy era sábado, por lo que no tendría que preocuparse por el horario, y se propuso a regresar al bosque y encontrar al enviado por los Dioses.
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Llevaba un buen rato atravesando ese mar de árboles, tratando de recordar el camino para llegar al río, en dónde conoció al de la máscara.
Se detuvo cuando escuchó un distante aleteo, volviéndose cada vez más y más fuerte, y cuando volteó su mirada al cielo pudo observar cómo algo bajaba a gran velocidad, como si de una bala se tratase. Cuando el objeto estaba suficientemente cerca pudo ver con mayor detenimiento lo que era.
—¡LUSUUUU!—.
Mierda.
Comenzó a correr para poder perderse entre los árboles, ya no le importaba hacia donde se dirigía, solo podía pensar en una cosa, "No quiero un dolor de espalda siendo tan joven".
De un momento a otro unas enormes alas lo abrazaron, ambos comenzaron a rodar por el pasto, hasta que chocaron con un árbol deteniendo los.
— ¡Regresaste viejo malhumorado! — Dijo de manera emocionada el azabache, si hace unos días estaba alegre por el hecho de conocer a alguien, ahora lo estaba aún más al saber que regresó.
— También es un gusto verte, Quackity — Ignoró la manera en la que el contrario lo saluda — Espera un segundo... ¿Cómo es qué me encontraste tan rápido? — Dice mientras aleja un poco al menor de estatura, estaba bastante cerca.
— Pues, tengo la capacidad de reconocer las intenciones de las personas desde el momento en el que entran, también puedo saber que tan lejos han avanzado por el bosque, así que puedo saber fácilmente su localización — Explica el enmascarado.
