VII

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El lugar era completamente blanco, no había diferencia de distancia, alguien podía estar caminando por una eternidad en línea recta y nunca poder encontrarse con algo aparte al dueño del lugar. El verdadero cuerpo de Hyunjin se encontraba en el centro, amarrado con cadenas en todo su cuerpo, no importaba cuanto tratara de escapar, nunca podría sacar esas cadenas del suelo ni de su cuerpo, estaba condenado a estar en esa forma.

Su cuerpo era delgado y pálido como un muerto, sus ojos no tenían brillo ni sus labios color. Al ver a una chica despeinada y con cara de sueño, sonrió con algo de dificultad, aquella chica solo la iba a ver cuando tenía noticias importantes, ya que siempre lo evitaba.

—¿qué has escuchado? Hija mía—la voz de la muerte era áspera y débil.

—Soojin me ha solicitado mi ayuda—dijo cansada—me ha solicitado llevarla a los sueños de Minnie—

—¿Por qué, Tzuyu?—la mencionada le dio una cara de asco, no soportaba a su creador o como a él le gustaba presumir "Su padre"

—Shuhua es un ángel caído—se escuchó una tercera voz, alegre y femenina. Tzuyu miró a su lado para encontrarse con su hermana, la pesadilla—Soojin la ha provocado y llevado a su filosofía—Tzuyu la miró con odio, pero el sueño era mayor y nada más se la quedó mirando.

—¿Miyeon lo sabe?—preguntó la muerte.

—Claro que no—dijo con obviedad, Tzuyu. Como si estuviera hablando con un par de idiotas—Shuhua no confiá en Soojin y le teme a Miyeon—bostezó levemente, odiaba estar despierta.

—tenemos que aprovecharnos de esto—la pesadilla estaba emocionada—es nuestra oportunidad de atacar mentalmente a nuestros objetivos—

—Sana, ataca los sueños de Shuhua, has que Soojin y Miyeon las atormente—la pesadilla sonrió por las órdenes de su creador—Tzuyu, gracias por el aviso—

—de nada—dijo con desagrado y desapareció del lugar. Sana se despidió agitando la mano y desapareció con felicidad para luego a parecer en los sueños de Shuhua.

Para Tzuyu y Sana, viajar entre los sueños es como ir a dimensiones distintas donde ellas mandaban sobre todo. Aquel mundo creado por el vivo únicamente era una realidad para ellas donde podían hacer lo que querían donde generalmente nadie terminaba herido.

La forma de jugar de ellas eran tan distintas que representaban la fantasía y terror nocturno. Tzuyu hace lo posible de hacer feliz a los seres que sueñas, trayendo a un ser querido, haciendo escenas raras y chistosas o exclusivamente mostrando un hermoso animal, siempre lejana a todo, pero Sana, cuando jugaba, no hacía más que hacer caos.

Miró lo que el cerebro agotado de Shuhua producía a medida que se quedaba dormida. Al no poder dormir por pensar en su perdida del honor de ir al cielo, se acostó justo cuando el sol se comenzaba a ocultar y aunque sus preocupaciones la seguían atacando, con algo de ayuda de Sana, logró dormirse con rapidez.

—cuando me vienes a visitar, haces que me ponga algo nerviosa—dijo Sana con un tono coqueto al sentir a su hermana a su lado—en solo verte saber que estás acá, haces que se me acelere el corazón—

—Hyunjin me ha ordenado a vigilarte para que no la mates del miedo—Sana miró a su lado con un puchero, encontrándose con un cachorro que según los recuerdos que ambas podían acceder, Tzuyu estaba transformada en Mata, un cachorro que los padres adoptivos de Shuhua una vez le regalaron—no te rías—

—Shuhua sufrirá tanto si te mato al frente de ella—reflexionó en voz alta mientras se transformaba en Miyeon.

—no me unas en tus pesadillas—

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