II

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Un ángel subía las escaleras del edificio con rapidez, si no fuera porque había cámaras de seguridad y una posibilidad de que un humano la viera, hubiera subido volando. No le agradaban las escaleras y mas si no se las podía evitar.

Al llegar al sexto piso, se detuvo un par de segundos para recuperar el aire y miró la puerta que tenia al frente suyo, al verificar que tuviera el numero 67 toco la puerta un par de veces con brusquedad para demostrar su enojo.

-Yeh Shuhua—suspiró Minnie, cansada. La angel entro al hogar, golpeando levemente el hombro de la mayor.

-cuando me dijeron que seria tu ángel, pensaba que sería un trabajo facil ya que tú también lo eras, pero ¡Ahg! Eres imposible—gritó la menor, pero Minnie solo se la quedo mirando—tengo otros trabajos ¿sabes? No dependo completamente de ti, porque no eres una humana y no deberías de tener un angel guardián—Minnie se sentó en el sillón y miró como su menor caminaba por todo el lugar, en cada musculo de su cara demostraba su enojo—vamos ¿no somos compañeras? Me ayudaste a convertirme en ángel por lo que deberías de tenerme compasión ¿no? —se detuvo y respiró hondo un par de veces para calmarse--¿no puedes dejar de crearle problemas a Miyeon? —

-ella me revivió cuando me suicidé ¿y yo soy el problema?, ya hablamos de esto, no pienso estar de su lado—Shuhua tensó su mandíbula y se puso a pensar en inocentes insultos que pensaban que eran los peores. Volvió a suspirar y se sentó a su lado.

-ella te creó y te revivió, le debes mucho más que la vida—dijo con calma mientras acariciaba su espalda con brusquedad--¿y tu se lo pagas vendiendo sus cosas? —negó con la cabeza con los ojos cerrados—eso es muy malo—

-es oro gratis, ella puede volver a hacerlo con sus trucos de magia ¿sabes lo difícil que es vivir en este mundo? —apuntó el lugar--¿sabes lo difícil que es lograr pagar este departamento? Veamos si es que, si te llegan a quitar las alas, puedes sobrevivir mas de un día en este mundo—

-por eso mismo te damos trabajos y sabes que podemos conseguirte más—ahora era Minnie la que estaba enojada y Shuhua la intentaba calmar—recuerda que te revivieron para que no fueras al infierno y si robas, no podrás ir al cielo—

-a la mierda el cielo—alzo la voz—mejor me quedo en el limbo ¿no es ese el mejor lugar para un angel desesterado? —

-no toda la divina comedia es real, no hay un limbo—

-yo estuve en un lugar al morir, no sé qué era, pero es más agradable que la idea de tener que ganarme un espacio en el cielo—

-no sabemos que es ese lugar ni si es seguro, además ¿no es la soledad también un castigo?—

-con el tiempo te acostumbras—suspiró.

-no cuando ya conociste el calor de la compañía—dijo poner su cabeza en su hombro para así ser acariciado por la mayor—sabes que me preocupo por ti ¿no?—

-odio que lo hagas—Shuhua cerró los ojos, se cansaba mucho al pelear con Minnie.

-me es extraño imaginarte como un angel—susurró.

-lo mismo digo, eres muy humana para ser un ser celestial--

-Miyeon me hizo así para entender a los humanos, me hizo poder pensar y sentir como uno de ellos, al parecer soy más humana que tu—dijo antes de quedarse dormida por las caricias de Minnie.

-yo dejé de ser un ángel hace mucho—pensó en voz alta.

Shuhua era el ángel mas reciente de Miyeon en liberar por primera vez sus alas. A los dieciocho era común que Miyeon fuera a sus sueños, presentándose y explicándole su existencia para luego presentarse entre la rutina, en el caso de Shuhua, Miyeon fue a su tienda favorita de musica y remplazó al vendedor.

Los ángeles al nacer siempre son dejados en orfanatos donde Minnie no tuvo la suerte de encontrar una familia adecuada para que le diera un agradable techo, pero Shuhua sí. A la mayor siempre le desagradaron los ángeles ya que eran seres exageradamente amables, pero cuando Miyeon le dio la misión de ayudar a Shuhua a que se mudara al cielo, lo encontro un proceso bastante cruel. No podían negarse porque nacen con la necesidad de ser fieles a Miyeon y a dios, no eran lo suficientemente autónomos como para pensar en desafiar su destino.

Pero Shuhua, al ser el ángel mas parecido a un humano, lloró durante todo el camino. Shuhua tenía opinión propia, sentimientos y emociones humanas y al tener que separarse de sus padres adoptivos sin poder decir nada, sabiendo que luego nadie recordaría su existencia, era extremadamente doloroso.

Minnie, ante la tristeza ajena, decidió hacer lo posible para que la menor nunca sintiera la soledad que ella vivió antes de que la revivieran. La dejaba entrar a su departamento y quedarse el tiempo que quisiera, le avisaba cuando salía de comprar para que la acompañara y aunque no se llevaban para nada bien, eran lo mas cercano a una amiga que tenían.

-Shuhua—susurró para despertarla—ya debes de irte, se está haciendo tarde—la menor frunció el ceño—los demonios ya van a salir—aun con los ojos cerrados, se levanto con lentitud del sillón y camino hacia al baño.

-no vuelvas a robarle a Miyeon, no quiero que vayas al infierno—Minnie sonrió por la ternura de ver a la menor media dormida y se levantó para acompañarla.

En silencio, Shuhua abrió la llave del agua de la bañera y esperó que se llenara entre bostezos y estiramientos. Sacó una flor azul del bolsillo de su vestido verde, lo tiró al agua y rápidamente se mostro el reflejo de lo que sería el cielo. Se despidió agitando su mano y se tiró al agua para desaparecer al igual que el agua.

Ya lo había intentado muchas veces, no podía ir al cielo, aunque Miyeon quisiera, esas cosas no lo decidía ella, debía de tener un alma bondadosa como la de ella o de Shuhua. Sabia como llegar a la entrada un largo camino de tres días a lo desconocido donde tuvo que llevar unas maletas de Shuhua que, al aun no recibir sus alas, no podía usar el portal. Primero debía de demostrar que era digna de entrar.

Apagó la luz del baño, prendió la televisión y fue a la cocina a prepararse algo para comer. Eran ya las doce de la noche, el momento donde todo mal tiene la libertad de hacer cualquier cosa para luego, los angeles lo intenten arreglar durante el día. Los demonios, gracias a la inteligencia de Soojin, era más poderosos que los angeles, ellos hacían cualquier cosa sin pensar y con brusquedad mientras que los angeles eran más de pensar y analizar la situación antes de hacer algo.

Era común escuchar a la policía y la ambulancia en las calles, pero por órdenes de Soojin, en esas horas no podía interferir. Minnie atacaba a todo demonio que no obedecía a Soojin. Ella solo hacia el trabajo sucio de los tres hermanos y no le pagaban.

Con un ramen instantáneo entre sus manos negras para no quemarse, se sentó en sillón y se quedó mirando la televisión para no quedarse toda la noche sola con el insomnio.

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