III

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Era ya de noche y Luhan estaba arrodillado en la cama mientras masajeaba las piernas de Chanyeol con varias mezclas de hierbas y flores.

—¿Aún te duele cuando caminas? —preguntó el omega mientras empezaba a flexionar las piernas largas.

—Un poco, sí, aunque ya ha mejorado con los días —respondió con la voz adormilada.

—Me alegra, creo que tus piernas podrán caminar rectas con un poco más de tiempo —sonrió para luego seguir estirando y flexionando las piernas del alfa—, perdón —se disculpó apenado cuando vio una mueca de dolor en el otro.

—Uhm —asintió—, no te preocupes —suspiró.

Cuando finalmente los masajes terminaron, Luhan se levantó para lavar sus manos y luego de un momento volvió para soplar las velas encendidas sobre la mesita de noche.

—Está haciendo frío —susurró cuando se acurrucó en el costado de su cuerpo—, tu estás calientito —dijo alegre.

—Ven —se dio media vuelta para abrazarlo y acurrucarlo en su pecho—, buenas noches, pequeño.

Al día siguiente, Luhan se dispuso a preparar un pastel de frutas para celebrar el inicio de su relación con su alma destinada. Su corazón se hallaba rebotando feliz en su pecho, su sonrisa dolía en su cara y su lado omega se sentía protegido.

—Huele bien —escuchó la voz gruesa del alfa, así que se giro.

—Gracias, ¿Te sientes mejor? —cuestionó algo preocupado mientras lo veía atentamente.

—Un poco, ya puedo caminar mejor —chasqueó la lengua, debido a que sus piernas y su cadera seguían doliendo al dar algún paso.

—Sabes, creo que tus piernas son así desde antes de tu accidente —se cruzó de brazos.

—¿En serio? —frunció el ceño y se vio a sí mismo—, quizá tuve otro accidente antes.

—Supongo, pero igualmente creo que podré arreglarlo, algunos cachorros nacían así en mi antigua manada y mamá ponía rectas sus piernas —se encogió de hombros para luego caminar hacia el alfa y abrazarlo.

—¿Te molestaría si yo me quedara así? —ladeó su cabeza mientras bajaba su mirada.

Luhan apoyó su quijada en el pecho duro del alfa y luego dirigió sus ojos al rostro serio.

—Me daría igual, quiero arreglarlo, porque veo que te duele al caminar, es todo —levantó sus manos para colocarlas sobre las mejillas de Chanyeol y levantar las puntas de sus pies.

—Siempre tan preocupado —cambió su expresión por una alegre para finalmente inclinar su cuello hacia abajo y tomar sus labios.

Luhan cerró sus ojos, disfrutando del sabor de los labios rellenos del alfa; le encantaba la forma abrazadora en qué Chanyeol se apoderaba de su boca y como sus brazos fuertes lo sujetaban, pegandolo a su pecho.

—Es lo que pasa cuando quieres a alguien —sonrió sobre su rostro para luego lamer los labios del alto—, te quiero, mi alfa.

Algo se hundió dentro del pecho de Chanyeol, era una mezcla de dolor como un golpe y tranquilidad como el agua del arroyo cerca de ahí, pero sinceramente él no sabía si correspondía ese sentimiento, porque no podía relacionarlo con algo más.

—Ese pastel huele muy bien, me gustaría un pedazo —sonrió y pego sus labios una vez más.

Luhan se sintió un poco desestabilizado al no ser correspondido, pero igualmente dibujo una sonrisa algo falsa antes de asentir con su cabeza y darse la vuelta. Comenzó a pensar que quizá el alfa solo necesitaba tiempo antes de entregarle completamente su corazón.

Sempiterno [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora