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Baekhyun estaba en el salón que se encontraba en la parte de atrás de la casa, dónde estaban las paredes de cristal. Tenía a su bebé bebiendo de su pezón y él miraba con aburrimiento los árboles.

Solo estaba esperando a la notificación del líder.

—No te preocupes, cariño, nadie podrá negar que eres su hijo —dijo sonriente mientras su bebé lo miraba con atención.

El día anterior Chanyeol le había avisado y realmente le ofendió, pero lo entendía, mucha gente, sobre todo los Park, creían con vehemencia que su cachorro no era de Chanyeol y Baekhyun quería cerrar sus sucias bocas.

Luego de un momento el pequeño comenzó a caer dormido, Minyeol era un bebé extremadamente tranquilo, solo lloraba si realmente necesitaba algo, no jalaba su pezón como si se lo quisiera arrancar, como había visto en bebés ajenos, y cuando despertaba solo miraba a todos lados antes de llorar para llamarlo. No le gustaba estar solo.

Se levantó y lo dejo en su cuna, le dio un beso en su mejilla gordita para luego taparlo y salir de la habitación. Tenía que hacer un montón de cosas, así que aprovecharía la siesta de su hijo; y  comenzó a barrer la casa.

Extrañaba mucho cuando tenía que apresurarse a cocinar para llevar el almuerzo a su alfa, a veces se quedaba con él por largo tiempo, ya que le encantaba ver cómo hacía su trabajo o simplemente sentir su aroma. No podía estar más seguro en otro lugar que con él.

Cuando fue a recoger la ropa de los tendederos, escuchó como la puerta era golpeada, así que dejó la ropa seca encima del sofá y se apresuró a abrir. Mordisqueó el interior de su mejilla cuando vio a un guardia, ya sabía a qué venía, pero igualmente se sentía inquieto por ello.

—El líder ha ordenado que tiene que estar al medio día en la plaza con su hijo para poder determinar la paternidad del cachorro —dijo en un tono neutro y con el rostro sin emoción alguna, eso era típico en los guardias.

—Bien, alistaré a mi cachorro —asintió y luego el otro se fue.

Baekhyun miró el sol y determinó que aún faltaba poco más de dos horas, así que entró a la casa para ver si su bebé seguía dormido. Minyeol tenía sus bracitos a los lados mientras mantenía sus ojitos cerrados, así que Baekhyun salió de la habitación para calentar un poco de agua, ya que debía bañarlo.

Solo esperaba que esto condujera a un mejor camino.

Después de preparar el almuerzo, doblar la ropa y limpiar sus joyas, las cuales le traían buenos recuerdos, fue nuevamente a la habitación de su hijo. El cachorro ahora se encontraba con sus ojos abiertos, mirando alrededor, luego comenzó a llorar, así que Baekhyun se alarmó.

—Owww mi bebé se sintió solito —dijo mientras lo cargaba en brazos y dejaba besos en su rostro—, no te preocupes, mamá siempre estará aquí.

Baekhyun llevó a su bebé hasta el cuarto de baño donde ya tenía el agua mezclada, con paciencia lo limpió, teniendo cuidado de no ahogarlo por accidente. De hecho, su mamá tuvo que enseñarle a bañarlo, porque él tenía miedo.

—Papá vera a un pequeño conejito hoy —dijo, riendo cuando escogió la ropa con forma de dicho animal—, eres precioso —chilló emocionado sin poder evitar atacar con besos a su hijo.

Puso una cuna mucho más pequeña y alta en el cuarto de baño para poder él mismo limpiarse, ya que si dejaba a Minyeol solo empezaría a llorar. Hizo mucha espuma con el shampu para formar figuras que hacía que su bebé lo viera con atención, sonriendo con sus encías.

Baekhyun mordía su labio inferior cada tanto, porque no se sentía cómodo con que muchas personas estén ahí, pero sabía cómo funcionaba eso. Era un acto público para que quedara constatado, que no había mentira alguna. Se vistió con una de las bonitas túnicas que Chanyeol le había regalado; algo sencillo, pero elegante de color claro, luego se colocó aquel mismo broche de oro y perlas, también los aretes que Chanyeol le obsequió hace mucho; quería ver si colocándose esas cosas, quizás el alfa podría recordar algo bueno de él.

Sempiterno [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora