Día 04: Corruption + Breath Play(Jason Carver)

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⚠️TW: Asfixia, coacción emocional, primera vez.



Suspiraste por última vez, acomodando la pequeña cruz de plata colgando de tu cuello; un regalo de comunión que habías atesorado desde los diez años. Tu reflejo en el tocador era tan impecable que te preocupaba parecer una santa más que una adolescente y arruinar tus planes.

Después de meditarlo un par de segundos, tuviste que desordenar algunos mechones de tu flequillo, arrugándote la blusa debajo del jersey color crema y doblando la bastilla superior para subir tu falda tres centímetros, asegurándote de que todo se viera naturalmente sensual. El brillo labial de cereza estaba en su lugar, los pendientes de circonita brillaban, la imagen era perfecta.

«Quizá demasiado perfecta».

Ciertamente estabas frustrada en muchos sentidos. Jason era un novio increíble, atento, caballeroso, protector, detallista, prometedor, poseía tantas cualidades en él que era difícil–por no decir imposible–ignorarlas. Tu papá ni siquiera había encontrado motivos razonables para rechazarlo la primera vez que lo llevaste a casa para una reunión familiar.

El rubio capitán del equipo de baloncesto y modelo estudiantil de la preparatoria era simplemente un buen partido.

Bueno para los padres, bueno para las madres, bueno para los hermanos menores y para todo lo demás.

Era un tipo comprometido de verdad. Había expresado sus deseos de formar una familia católica desde el primer día, directo y seguro. Por supuesto que sabía lo que quería, él conseguía las cosas con elocuencia y carisma, era impensable decirle que no a eso. Se colaba entre los tuyos, convirtiéndose en uno más.

Ahora no podías ni insinuar su ausencia para los viajes a casa de tus abuelos en Colorado, él estaba en cada uno de los planes, ya era parte de la familia.

Pasaba por ti todas las mañanas y te dejaba en la puerta todas las tardes. Te dedicaba sus jugadas, sus victorias y sus logros. Te mencionaba en sus discursos. Compraba tus flores favoritas cuando discutían. Te cedía su chaqueta cuando hacía frío. Te esperaba después de los clubes y las actividades extracurriculares. Te invitaba a cenar. Sus papás te adoraban. Era... el novio ideal.

Excepto por un pequeño, un ínfimo e insignificante detalle.

Jason Carver se negaba rotundamente a mantener relaciones sexuales contigo hasta el matrimonio. Y solo hasta porque él continuaba prometiendo que eras la mujer de su vida y que estaba listo para sentar cabeza contigo pero no era el momento adecuado.

Lo que estaba bien, sin quejas al respecto.

Bueno, sí. Una. Solo una.

Habían salido juntos por casi cuatro años. Cuatro años, ocho meses y dieciséis días sin sexo, solo tercera base, nada más allá de la ropa.

¡Y te estabas volviendo loca!

Sus amigos se burlaban, tus amigas lo soñaban, tus papás lo aplaudían y los suyos se enorgullecían.

No pudiste evitar aprovechar el tiempo para buscar un ángulo que favoreciera tus pechos, acomodándolos en el sostén de encaje blanco que habías conseguido para la importante ocasión pero te arrepentiste rápido y regresaste a tu apariencia habitual. Recatada y tímida. A Jason le gustaba o le ponía, no lo comprendías todavía.

Recordabas cuando tu pensamiento por la intimidad carnal era similar al de tu actual–y único–novio. Esperar al matrimonio, cuidar de tu virtud hasta que el indicado apareciera en tu vida, apreciar ese regalo de la feminidad para entregárselo a un hombre respetable que lo adorara tanto como tú lo hacías. Que la virginidad era especial, irrepetible. El sermón cotidiano de los talleres de la iglesia impartida a las jovencitas para... básicamente, temerle al coito.

ONE SHOTS(ST) +21 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora