Día 05: Blowjob + Dacryphilia(Eddie Munson)

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⚠️TW: Drunk oral sex, exhibicionismo, dacryphilia.



Siendo sincera contigo misma, aquel recóndito sitio escondido en algún callejón peligroso de Hawkins poseía cierto encanto caótico que siempre te hacía regresar; y no, no visitabas el bar de mala muerte por su buen menú de bebidas o su increíble selección musical, ni siquiera por la grata compañía o el acogedor aroma a tabaco que se adhería a las ahumadas paredes de ladrillos.

Era por la banda. No la de los sábados, su vocalista desafinaba todo el tiempo y era un cretino de mierda con el servicio.

Sino el grupo que tocaba los martes. Se hacían llamar Corroded Coffin. Una banda conformada en su mayoría por adolescentes, chicos de preparatoria a los que les gustaba el metal pesado, los parches deshilachados y los pinchos, algo bastante común a su edad. Tocaban bien, es decir, subían al escenario, pasaban un buen rato y se iban sin provocar muchos problemas. En ocasiones, los muchachos se quedaban a tomar una cerveza de cortesía o se demoraban una eternidad en reunir sus cosas, tonteando entre ellos.

Los considerabas tipos decentes, parecían divertidos. En realidad solo habías cruzado un par de palabras con ellos cuando se sentaban en la barra para acompañar a su guitarrista, quien aparentaba una edad mucho mayor al resto en su equipo.

Eddie Munson. Era lindo. Cabello largo, un poco rizado, desordenado y oscuro, alto, de grandes ojos marrones y brillantes, despreocupado, con una sonrisa preciosa que contagiaba a todo aquel que lo mirara. En general, coqueto.

Habían conversado poco o nada pero era muy talentoso. Además de tocar la guitarra, cantaba, podía beber un vaso de tequila de un solo sorbo sin salir tambaleándose del bar, sabía imitar voces y, en sus propios términos, era un "maestro" en los juegos de mesa. O de roles, ¿cómo saberlo? Cuando hablaba no podías evitar ver sus labios carnosos moviéndose todo el tiempo, sin mencionar lo rápido que se te subían los tragos a la cabeza, así que te despedías en un parpadeo antes de comenzar a actuar como una auténtica zorra.

Esa noche el show empezó un poco tarde, desde luego, ya tenías algunas cervezas encima para matar la media hora de tedioso aburrimiento intentando sostener una charla amena con la pareja de recién llegados sentados al fondo del lugar. ¿De dónde habían salido y por qué estaban ocupando tu mesa contigo ahí? Todavía no lo descubrías. Probablemente ya tenías una cara de tonta que no podía ahuyentar ni a una mosca, lo que era cierto pero nadie debía aprovecharse de eso.

Ignorabas la razón del atraso, de cualquier forma no tenías nada mejor que hacer después.

Cuando el grupo ambiental por fin llegó, lograste respirar de nuevo, aliviada, bebiendo hasta la última gota de tu vaso para azotarlo contra la superficie de la mesa, forzando una sonrisa para los desconocidos.

—Bueno, no les importa que los deje un minuto, ¿cierto? —No esperaste por una respuesta o algún atisbo de afirmación, pues saliste disparada de la esquina en menos de un segundo, abandonándolos a su suerte.

¡Estuvieron hablando de conspiraciones durante veinte minutos! ¿Qué si habías escuchado algo de rusos? Diablos, ¡claro que no! Solo estabas ahí para emborracharte y ver al chico atractivo con los tatuajes de murciélagos.

Caminaste entre las pocas personas reunidas al frente, esperando encontrar un buen sitio desde donde pudieses, como mucho, pasar desapercibida hasta que empezara el espectáculo. Tu único error fue buscarlo entre sus integrantes, divisándolo junto al muchacho de la batería, susurrando y templando su instrumento entre risas espontáneas e infantiles.

ONE SHOTS(ST) +21 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora