⚠️TW: Leve bondage, privación, sodomía, implicación de homofobia típica de la época.
Una canción de David Bowie comenzó a sonar desde el reproductor de música encima del tocador de tu habitación, la melodía estropeó toda la intensidad del fogoso beso que estabas compartiendo con tu novia cuando esta se echó hacia atrás, exclamando:
—¡Oh, genial! —Agitó los puños, apretando los párpados mientras tarareaba debajo de ti en la cama.
Su corto cabello castaño descansaba sobre los cojines rosados, ignorando por un segundo tu presencia para disfrutar del coro, cantando para ti.
—¿Estás jodidamente bromeando? —replicaste indignada, bajando de su regazo para sentarte a su lado, cruzándote de brazos al pecho.
Entonces abrió sus brillantes ojos claros, repentinamente exaltada. —¡No! Lo siento —empezó a reír de manera ansiosa, tratando de capturar una de tus manos entre las suyas para remendar su momentáneo desliz. Lo que por cierto no funcionó, ni siquiera cuando intentó besarte de nuevo—. Lo siento, lo siento, lo siento... —repitió tantas veces que te costó mantener la indiferencia en tu rostro.
—Podíamos escuchar a David Bowie en la tienda de discos —argumentaste con evidente disgusto, luchando contra ese impulso latente de dejarte llevar de vuelta a sus brazos. Poseías algo de dignidad y la voluntad suficiente para sostener la dramática escena unos minutos más—. No sé para qué querías venir a mi casa. —Tu afán por salir de la cómoda fue exitosamente frustrada una vez que sus delgadas extremidades te envolvieron por la cintura, empujándote sobre ella tras un tirón—. ¡Robin! —chillaste enfadada y enrojecida.
—En la tienda de discos no puedo besarte —te recordó a través de un canturreo, inclinándose a depositar sus labios melosamente en tu mejilla, arrebatándote un par de risitas contenidas que solo la alentaron a continuar, cosquilleando las yemas de sus dedos en tu barriga.
—¡No, Robin!
A pesar de las protestas infantiles, la joven recostada en tu colchón logró reducirte sin aprisionarte. Una de sus largas piernas te pasó por arriba, evitando que patearas peligrosamente al aire, usó ambas manos para atrapar tus muñecas y uno de sus codos se apoyó en las sábanas. Resopló exhausta, recuperándose tras la breve lucha, sacándose un mechón de la frente.
Se hallaba tan cerca de ti que su aliento te rozó sedosamente los pómulos.
Te demoraste un minuto entero en recuperar el control de tu propia respiración acelerada, correspondiendo a su mirada entre sonrisas y jadeos abatidos de candor adolescente.
Sugirió— ¿Podemos continuar ahora? —Aunque sonó divertida, la situación se tornó ligeramente tensa cuando sus pupilas aterrizaron en tu boca entreabierta, torciendo tus comisuras en una mueca tentadora.
—No lo sé —ronroneaste. El falso resentimiento tildó cada una de tus palabras, ladeando la cabeza a un costado, aguantando esas inmensas e inhumanas ganas de estirar el cuello hacia ella y reducir aquel juguetón espacio por ti misma.
Después de dos horas encerradas en tu habitación, los labios de las dos se veían hinchados y jugosos. Sin mencionar la escasa ropa desordenada y las caricias proporcionadas con premura. No era sencillo soportar la distancia cuando sufrían todas las mañanas en la preparatoria, separadas la una de la otra.
Ni siquiera podían soñar con tomarse de las manos al pasar por los pasillos. A veces se tocaban los meñiques durante los ensayos de la banda o cuando nadie las veía al fondo del salón de ciencias. Se resignaban con friccionar sus pantorrillas debajo de la mesa a la hora del almuerzo.

ESTÁS LEYENDO
ONE SHOTS(ST) +21 (EN EDICIÓN)
Фанфик𝐊𝐈𝐍𝐊𝐓𝐎𝐁𝐄𝐑 𝟐𝟎𝟐𝟐 ──── ๋࣭.𖥔 ݁ ˖ ⭑Reto literario de relatos independientes 𝗮𝘂𝘁𝗼𝗰𝗼𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗶𝘃𝗼𝘀 relacionados con un fetiche sexual diferente. Se ha suplantado la temática de ciertos días por deseos de la autora. ๋࣭ .𖥔 ݁ ˖⭑ ...