Cuando volví a mi sitio en clase tenía una nota encima de mi mesa que ponía mi nombre y un montón de corazones. No le dí importancia y la tiré a la basura. Las clases posteriores pasaron rápidamente y al fin el último timbre sonó. Salí con Marcos de clase y cuando estabamos en la puerta del instituto se nos acercó Patricia.
-¿Vamos Marcos?-Le preguntó a su hermano.
-Ay Patri se me ha olvidado decirtelo. Como en casa de Marcos.
-Osea que voy a estar todo el día sola. ¿No?
-Puedes venirte.-Interrumpí a los hermanos.
-Gracias Alex, pero no quiero molestar.-Me dijo sonrientemente.
-Va mujer, vente, no molestas.
-¿Seguro?
-Segurooo. Va vamos a buscar a Salvador.
Nos fuimos los tress y cuando subimos al coche Salvador me miró con cara extraña.
-¿Dónde llevamos a sus amigos señor?-Me preguntó Salvador.
-A casa, vienen conmigo.
-Señor sabe que a su padre no le gusta que lleve gente a casa sin avisar.
-¿Si? Pues me come la polla. Vámonos Salvador.
Llegamos a mi casa y la cara de Patricia era de sorpresa total, y la de Marcos no era menos.
-¡Alex tío sabía que eras rico pero no tanto!-Exclamó Marcos.
Relamente mi casa era enorme.
-¡Stefani!-Grité. A penas 30 segundos después de gritar Stefani estaba delante de mi.-Preparanos la mesa y sirve la comida.
-¿También tienes servicio?-Preguntó Marcos.
-Ajá. Vamos al comedor.-Dije mientras me dirigía al comedor. Patricia seguía sin articular palabra.
Comimos los tres muy agusto, hablando y riendonos. Cuando estábamos por el postre mi hermana entró en el comedor.
-Buenas.-Dijo mi hermana.
-Alissa estos son Marcos y Patricia unos amigos. Chicos ella es mi hermana, Alissa.
-Encantada.-Dijo Patricia.
Mi hermana se limitó a sonreír.
-Alex, ¿sabes que te vas a meter en un lío como papa se enteré, no?
- Y a mi eso me importa ¿porque?-Le contesté vacilando.
-Vete a la mierda.-Me espetó yendose. Luego iré a hablar con ella pensé.
-Por cierto Marcos, no hace falta que me ayudes a sacar la moto. Necesito que me ayudes a forcejear una puerta.
-¿Cómo?-Preguntó Marcos.
-He averiguado donde están las llaves de la moto, lo que pasa esque estan con llave, hay que forcejear la cerradura.-Le expliqué.
-Vamos va.
-Patricia, ¿quieres ver la tele o algo? No hace falta que no vengas con nosotros si no quieres.
-No tranquilo, os acompaño.
Nada más llegar a la puerta Marcos metió una especie de alambre y a los pocos minutos consiguió abrirla. Entré corriendo, cogí las llaves y nos fuimos los tres a mi habitación.
-¡Cómo os he echado de menos pequeñas!-Dije mientras besaba las recién recuperadas llaves.
-Vamos Alex. ¡Sólo son unas llaves!-Me contestó Patricia riéndose.
-Pero son las llaves de mí moto.
-Tienes un problema.-Dijo mientras seguía riéndose de mi.Me limité a sacarle la lengua y reírme.
-Marcos tío puedes dejar el móvil que no pasa nada eh.-Le dije a mi amigo mientras me tiraba en el sofá al lado de Patricia.
-Lo siento chicos Lorena me necesita, no se que le pasa. Tengo que irme.¿Patri, puedes volver sola a casa, no?
-Claro no te preocupes.-Le contestó su hermana con una leve sonrisa.
-Si no la acompaño yo. Tranquilo Marcos.-Le dije cortado.
-Adiós chicos.-Dijo Marcos saliendo de mi cuarto y cerrando la puerta.
-Bueno será mejor que me vaya a casa.-Dijo Patricia levantándose.
-No, vamos quédate, aún es pronto.-Dije mientras me ponía a su lado.
-Tengo deberes que hacer, y...
-Porfaaaa, quedate conmigoooooo.-Le suplicaba mientras ponía cara de cachorrillo. No se que tenía esta chica, pero me encantaba. Y quería pasar todo el tiempo posible con ella.
-Estaaaaa bien. ¡Me quedo!
-¡Perfectoooo!-Dije mientras la abrazaba. No se porque había hecho eso. Inmediatamente la solté y me ruboricé.
Empezamos a hablar los dos muy animadamente, contándonos nuestras vidas, nuestras anécdotas más graciosas y así pasaron horas. Cuando miré el reloj eran las seis y tenía hambre.
-¿Qué te parece si merendamos algo?-Le propuse.
-Bien, me muero de hambreee.-Exclamó ella.
Bajamos al salón y estaba mi hermano viendo la tele.
-Empollón, me voy a chivar de que no estas estudiando para los exámenes de dentro de cuatro años.-Le dije a Mike mientras me acercaba a revolotearle el pelo.-Por cierto, gracias por lo de las llaves.
-De nada. Como le digas a papa que no estoy estudiando le diré cualquier barbaridad. Y lo sabes.
-Frena enano, que aquí el mentiroso soy yo.-En ese momento me di cuenta que Patricia estaba presente y decidí presentarla.-Esto, Patricia este es mi hermano Mike, y Mike ella es Patricia.
-Encantado-Dijo mi hermano acercándose a saludarla.
-Lo mismo digo.-Le contestó Patricia.
-Bueno, vamos a merendar algo.-Dije saliendo del salón con Patricia detrás.
Entramos en la cocina. Y yo me quede parado.
-¿Qué pasa?-Me preguntó Patricia.
-No vale reírse de mi... Pero esque no tengo ni idea de donde hay comida.-Le contesté sonriendo.
-¿Enserio?
-Si JAJAJA. Para algo está Stefani. Espera voy a llamarla.
Salí de la cocina y avisé a Stefani de que queríamos merendar. Volví a la cocina con ella y le pregunté a Patricia que quería.
-¿Qué te apetece merendar?
-Mmmm no se me da igual.
-Señor, ¿que le parece si les hago unos creepes?
-Perfecto.El mio con extra de chocolate, ya lo sabes.
-Señora, ¿como quiere el suyo?
-Con mucho chocolate también. Gracias.
-Ven vamos al salón. Merendaremos allí.-Le dije guiándola de nuevo al salón.
Mi hermano ya no estaba así que estábamos los dos solos. Me tiré en el sofá, y como Patricia no se sentaba la cogí de la cintura y la senté encima de mi.
-¡No me puedo creer que tengas una casa tan grande y con servicio!-Exclamó ella. Y yo me eché a reír.
-Es lo que hay. Tampoco es nada del otro mundo.
-¿Cómo que no? Mira este salón, ¡es enorme! ¿Y tu cuarto? Alex tu cuarto es como el salón y el comedor de mi casa.
-A veces me gustaría tener una casa más acogedora.
-¿Porque dices eso?-Me preguntó dulcemente.
-Como se nota que no conoces a mis padres. Cuando los conozcas, lo verás. Son lo peor.-Le contesté mirando a un punto fijo.
-No serán para tanto si tienen un hijo tan maravilloso.
No pude evitar sonreír. Esta chica me hacia sentir muy especial, y me encantaba.
Sin tiempo a reaccionar entró mi hermana en el salón.
-Alex, me voy que he quedado. Díselo a mama.
-Vale.-Era el momento de disculparme.-Ali.
-Dime Alex.
-Lo siento por lo de antes. No debería haberte hablado así, pero sabes que...
-Alex tranquilo.-Me interrumpió mi hermana.-Pero ten cuidado, que no te vuelvan a castigar. Y salió del salón. Cuando miré a Patricia estaba roja.
-¿Qué te pasa? Pareces un tomate.-Dije poniéndole el dedo en la nariz.
-Míranos. Nos acaba de ver así tu hermana.-Estábamos sentados en el sofá, bueno más bien yo estaba sentado en el sofá. Patricia estaba sentada en mi pierna izquierda, mi brazo izquierdo la abrazaba por detrás y el derecho por delante.
-Tranquila. Es mi hermana, es la única que merece la pena de mi familia. Más que una hermana es como una amiga.
-¿Y tu hermano?
-¿Mike?Bueno Mike es el favorito, él de mayor será como mi padre. Heredará las empresas, ya le están preparando para ello. Y a mi ese rollo no me va.
-¡Pero si es un niño!
-Bienvenida a mi familia.-Dije con una sonrisa amarga.-Aunque dentro de lo que acabe, Mike no está mal. Está madurando y se puede hablar con él.
En ese momento entró Stefani avisandonos de que ya estaba la merienda. Pasamos al comedor y estuvimos charlando alegremente. Cuando acabamos de merendar ya no tuve manera de hacer que Patri se quedara. Así que decidí llevarla a casa.