-¿Me vas a llevar en moto?-Me preguntó Patri poniendo una mueca extraña en su cara.
-¿Dónde quieres que te lleve sino? No tengo coche. Además soy piloto, algo tendré que saber de conducir motos.
-¿Eres piloto?
-Bueno lo fuí hasta los quince años, luego lo dejé. Y ahora me gusta hacer motocross. Suelo entrenar los sábados por la mañana. Podrías venir verme.
-Lo siento pero.... Prefiero dormir.
La ignore y le pasé el casco de la moto. Cuando estuvimos listos arranqué y me dirigí hacia su casa. El camino se me hizo muy corto, supongo que lo amenizó la manera en que notaba como Patricia me abrazaba por la espalda y apoyaba su cabeza en mi cuerpo. Me hacía sentir especial.
-Gracias por traerme.-Dijo Patricia mientras se bajaba de la moto y me devolvía el casco.
-Es un placer señorita. Dime, ¿qué tienes pensado hacer mañana?
-Estudiar, ya he perdido la tarde de hoy y los exámenes están al caer.
-Pues ya que has desperciciado la tarde, desperdiciala del todo y cena conmigo.
-Me encantaría. Pero no puede ser chaval.-Sentenció mientras se dirigía hacia la puerta del patio.
-Por lo menos me darás mi beso de buenas noches, ¿no fea?
-¿Qué pasa? ¿Que por tener moto y ser guapo te crees Hache?-Dijo mientras se metía en el patio.
Joder. Si que tiene huevos la chica. Bueno, otro día será. Por lo menos piensa que soy guapo.
Cuando llego a casa mi padre aún no ha llegado, lo que me evita una bronca más.
Miércoles. Un día menos para el fin de semana. Este fin de semana va a ser especial, voy a llevarme a Patricia a algún sitio. Aunque la verdad no me conozco muchos lugares especiales.
Después de vestirme con mis pitillos y una camiseta blanca lisa acopañadas por mi chaqueta de cuero, cogí mi Iphone y ví un WhatsApp de un número desconocido: Buenos días dormilón! Espero que me recogas... Me he levantado muy vaga y no me apetece andar. Es Patri. ¿Cómo tenía mi nú mero? Bueno no importa. Me gusta que lo tenga. Me apresuro en contestarle: Sé que quieres que te recoga porque te gusta abrazarme cuando conduzco tanto como a mi me gusta que lo hagas. Espérame en tú patio en 20 minutos.
Bajé a desayunar con un sonrisa demasiado grande en mi cara por lo que se ve, ya que Alissa y Mike me bombardearon a preguntas:
-¿Y esa sonrisa hermanito?-Me preguntó Alissa.
-Será por la chica de ayer.-Contestó Mike por mi.
-¿A ti también te la presento?
-Ajá.
-Yo los vi tumbados en el sofá uno encima del otro.-Contó mi hermana.
-¿Enserio?
-Eeh, que estoy aquí.
-¿Entonces es tú novia?-Me preguntó Mike.
-No, no es mi novia.
-Bueno lo será prontó.-Replicó Ali.
Solo me limité a reirme mientras cogía una manzana y salía de la cocina.
Cuando llegué a casa de Patricia me estaba esperando en la puerta.
-¡Buenos días Patri!
-¡Buenos días!-Me contestó mientras me daba un beso en la mejilla.
-¿Tanto te gustó ayer el paseo que hoy quieres repetir?
-Me encantó.-Dijo con una sonrisa en la cara.
-A mi me encantó como me abrazaste.- Y era verdad, me hizo sentir especial. Nunca antes nadie habia hecho que mi piel se erizara ante su contacto, y menos una chica.
Sin decirme nada se subió a la moto, me abrazó y me preguntó:
-¿Así?-Yo solo asentí y arranque la moto dirigiendome al instituto.
Al llegar fuimos juntos hasta el pasillo donde yo tenía que entrar a mi clase y ella a la suya. Por el camino ibamos charlando como dos personas que se conocen de toda su vida, y aunque no vuera así yo lo sentía.
Tras separarnos entré en clase donde me encontré con Marcos jugando con el móvil.
-¿Dónde te metiste ayer nene?-Le pregunté.
-Pues Lorena que como la semana que viene hacemos un año me la lió mucho. Fuimos al partido de Copa del Valencia, luego a cenar y hemos dormido juntosvy bueno no te cuento entre la cena y dormir.-Dijo soltando una carcajada.
-Cabrón JAJAJA.
-Buenos días.-Dijo la profesora de Castellano mientras entraba a clase.-Hoy empezaremos con la literatura del sigo dieciocho. Abran el libro por la página....-Y ya no escuche más, saqué el móvil me puse los auriculares y Artic Monkeys empezó a sonar por ellos con su cación que tanto me gusta: Arabella, haciendome desconectar de las malditas clases.
Al fin mi el patio llegó y mi único objetivo era estar con Patri y no dejarla hasta que acepte salir conmigo el fin de semana. Salí de clase intentando evitar a Marcos y compañía, llegué al patio y me apoye en la puerta fumando un cigarro a esperar a Patri.
-¡Patri!-La llamé. Iba con tres chicas más, y las tres me miraban como si fuera un dios griego. Pero a mi solo me importaba como me miraba ella.
Patri les dijo algo a las chicas que la acompañaban, todas asintieron y se alejaron mientras ella se acercaba a mi. Llevaba unos leggins que le quedaban demasiado bien con una camiseta de rayas de manga corta. Estaba perfecta.
-Hola.-Me dijo acercandose a mi.
-Hola guapa.
-¿Que querías?-Me preguntó.
-Ven.-La cogí de la mano y me la llevé a un sitio menos público ya que ahí habia demasiada gente. Nos sentamos en el suelo uno al lado del otrovmientras yo le daba las últimas caladas a mi cigarro.
-Este sábado.-Empecé a hablar- ¿Tienes algo que hacer?
-Mmm no.
-Perfecto. Paso a por ti a las ocho. No te duermas.
-¿¿A las ocho??? Creía haberte dicho que me gustaba dormir.
No pude evitar soltar una carcajada.
-Y a mi estar contigo.-Nos quedamos mirándonos y sus labios me tentaban demasiado, pero no, con ella no me podía arriesgar.
Al cabo de unos minutos de silencio incómodo Patri lo rompió:
-¿Al final ayer tu padre te pilló?
-Por suerte no, cuando llegué a casa aún no habia llegado. Y mis hermanos no me delataron.
-¿Por que todo ese rollo con tus padres?-Me preguntó dando justo donde más dolía.
-Algún día te lo contaré, pero no ahora, por favor.
Debió notar como me puse tenso ya que me cogió la mano tiernamente.
-Tranquilo.-Me dijo con una voz muy dulce.-Pero por muy malo que sea lo que te hayan hecho, no desaproveches el tiempo con ellos... Puede que un día se vayan... y nunca vuelvan.
Por como habló supe que ese es su caso. Pero lo que hicieron mis padres es inperdonable.
-Cuando tenía 6 años y Marcos 7 nos dejaron en casa de mi tía, sin dar explicaciones. Se fueron y nunca más volvieron. No se donde estarán.... ni que haran... ni si qui...-Noté como una lágrima iba a salir de sus bonitos ojos por lo que la abracé.
-Tsss. Tranquila Patri.
Decidí cambiar de tema, no quería que lo pasara mal. Empezamos a hablar de tonterías pero seguía abrazandola: ella estaba sentada justo delante de mi (la puse así cuando empezó a llorar) y mis brazos la rodeaban. Sin darnos cuenta se hizo la hora de volver a clase, sonó el timbre que marcaba el fin del patio, pero yo me llegaba a separarme de ella. Antes de que pudiera moverse le propuse:
-Señorita Patricia, ¿Me haces el honor de saltarte las clases conmigo?
-Me encantaría.