Felicidades

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- ¡Felicidades, Heather! -gritó Mike entrando en mi habitación, seguido de Nancy, mi madre, mi padre y Holly.

Me levanté y me senté en la cama, dedicándoles una sonrisa aun dormida.

- Mi pequeña niña, teníamos que verte soplar las velas antes de irnos hoy. -dijo mi madre llenándome la cara de besos.

Mi padre acercó la tarta y me sonrió.

- Pide un deseo. -sonrió la pequeña Holly con su suave voz.

Soplé las velas.

Y todos aplaudieron.

- Felicidades cariño. -dijo mi padre abrazándome también.

Los cuatro salieron de mi habitación para ir a preparar el desayuno abajo.

Nancy se quedó.

- Felicidades, Heather, ya sabes que te adoro más que a mi vida. -Nancy me abrazó con fuerza.

- ¿Te has levantado cariñosa? -le sonreí y ella soltó una risita.

- Por una vez que soy cariñosa contigo. -se quejó ella golpeándome el brazo.

- Yo también te quiero Nance, vamos abajo. -le dije y las dos fuimos a desayunar con nuestra familia.

Desayunamos todos entre risas y abrazos.

Se despidieron de las dos y una hora después estábamos solas y yendo de camino a clase.

Ese día iba a ser muy completo.

Primero teníamos que ir a clases.

Luego por la tarde a las cinco había el partido.

A las siete habíamos quedado los de siempre en mi casa para hacer el brownie de hierba.

Y a las nueve o las diez la gente empezaría a venir a mi fiesta.

Así que sí, nos tocaba correr un poco hoy.

Ese día conducía yo y Nancy iba poniendo música en la radio.

Llegamos al instituto y en el aparcamiento, estaban todos.

- ¡Mi niña! -gritó Steve y fue el primero que me abrazó con fuerza.

- ¡Felicidades! -gritó Robin y me apartó de Steve para abrazarme ella.

- Mi preciosa cumple dieciocho, felicidades. -dijo Billy abrazándome también.

- ¿Tu preciosa? -pregunté burlona con una ceja levantada.

- Eres preciosa y pronto serás mía. -dijo él muy seguro y yo me reí.

- Hargrove, eres un soñador. -le dije y el rio.

- ¿Nos vemos ya en el partido, no? podemos volver todos juntos hacia vuestra casa. -dijo Steve.

- ¿Tenéis entreno, no? -preguntó Robin.

- Tengo dos clases y luego me lo pasaré en el gimnasio. -dije yo.

- Nosotros igual. -contestó Billy y Steve asintió.

- Pues nos vemos en el partido y vamos a casa juntos para preparar esa cosa. -dijo Nancy y todos rieron.

Cada uno fue a su clase, ya que nos tocaba casi en una punta diferente a cada uno.

Las dos únicas horas de clase me pasaron volando.

Lo que quedaba de día en el gimnasio no tanto.

Jason no paraba de agobiar a los chicos y escucharle nos agobiaba a nosotras.

Lie to me - Billy Hargrove +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora