Capítulo 1: ¿Qué podría salir mal?

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Jin Ling no alcanza a entender lo que está viendo. Ni él ni Nie MingJue ni, por supuesto, Lan XiChen. Si estuviera ahí, ni siquiera Nie HuaiSang lo entendería, y pese a que diga lo contrario, Nie HuaiSang suele entender a la primera la gran mayoría de cosas. Aunque, la verdad sea dicha, no se les puede culpar. A ninguno de los allí presentes, porque nada tiene sentido.

¿Qué demonios hacen dos niños llorando a pleno pulmón delante de sus narices?

***

Una hora antes...

-Líder de secta Jiang.

-LianFang-Zun.

Siempre con una sonrisa mansa en los labios y siempre con un ceño fruncido sobre su mirada fiera. Así son Jin GuangYao y Jiang WanYin, y así se saludan siempre. Ni su relativa cercanía por ser ambos los devotos tíos y tutores del joven Jin RuLan ni el cuestionable compañerismo que han construido a lo largo de estos trece años de custodia compartida es capaz de disolver estos rasgos, estas barreras en las que se escudan del otro y del mundo exterior. Aunque si la sonrisa de Jin GuangYao se torna un poco más ladina al encontrarse con su compañero líder o si el ceño de Jiang WanYin se relaja tan solo un poco, ninguno de los dos lo admitirá nunca. De esto solo se da cuenta, quizá, Lan XiChen, que toma el té con toda tranquilidad en el pequeño campamento que ha preparado Lanling Jin para los líderes de secta allí presentes, acompañado por Nie MingJue. Él, ChiFeng-Zun, en realidad también se ha percatado, así como del tinte soñador que curva los labios de su adorado esposo.

-A-Huan, no.

-Si no he hecho nada...

 -Pero quieres -sentencia Nie MingJue, que lo que está bebiendo es vino-. Déjales en paz. Ellos ya se las apañan.

-Eso dijiste el año pasado y aquí seguimos, A-Jue. Sin avances.

¿Su tonito está lleno de cierto retintín que nadie esperaría del bondadoso ZeWu-Jun? Pues sí, pero a estas alturas, después de doce años casados, a Nie MingJue ya no le sorprende nada.

Allá al frente, Jin GuangYao le hace a su compañero líder un amable gesto con el que señala la carpa bajo la que Nie MingJue y Lan XiChen descansan. Jiang WanYin saluda a los otros dos líderes de secta con la cabeza antes de aceptar el asiento y el té —o el vino, según sus preferencias y apetitos— que se le ofrece, y una falsa atmósfera de paz se instaura entre los líderes de las Cuatro Grandes Sectas. 

Se encuentran en mitad de una Conferencia de Discusión, en la tercera noche de tal evento. Lanling Jin, como anfitrión del resto de sectas de cultivo, no ha reparado en gastos, nunca lo hace. A pesar de que Jiang Cheng sabe que ya debería estar acostumbrado, tanto despliegue de lujos sin sentido se le suele hacer... insoportable como mínimo. Al fin y al cabo, solo están allí, en los terrenos de caza Jin, a los pies de una maldita montaña, para supervisar la competición entre los discípulos juniors de sus distintas sectas. Partieron hace no mucho, tan solo media hora. Jin Ling encabezaba el grupo de discípulos Jin, pero también a los Jiang, ambos bajo las amenazas de su querido jiujiu sobre "más os vale conseguir los mejores resultados u os partiré las piernas". Encantador, como siempre. O, por lo menos, eso es lo que susurró Jin GuangYao con un deje soñador tan solo para oídos de sus hermanos jurados, que intercambiaron una mirada entre la perplejidad y el entendimiento. 

Los sirvientes Jin allí presentes disponen té, vino y distintos aperitivos dulces y salados para los ilustres líderes que acaban de tomar asiento. Después de saludarse, la atmósfera que queda entre ellos es distendida, la de un extraño compañerismo que ha ido formándose a través de trece años de encuentros y desencuentros, de competiciones y de coincidencias en tediosos eventos, donde las alianzas más impensables acaban por resultar un imprescindible salvavidas. 

Childish [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora