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Pasaron unas semanas y todo iba bien en el reino. Nayeon ya sabía manejar mejor las cosas, obviamente con ayuda de Momo. Ahora Sana estaba apunto de hacer algo estúpido según para ella.

—Mira, creo que me gusta Tzuyu, pero si se lo digo y no me acepta no podré verla a los ojos por siempre cada vez que nos encontremos me acuerde de su rechazo. ¿Entiendes Mina?

—¿Creés que no lo hago? Te entiendo aunque menos dramático.

—¡¿Me estás diciendo dramática?! —Grito exaltada, Mina se rie por un rato y en eso llega Momo para saludarlas.

—Sana desde el palacio se escuchan tus gritos. —Sana la miró mal y habló.

—Si, claro, mira estoy preocupada porque me escuchaste desde miles de kilómetros.

Literalmente estaban en el cuarto de Mina, y el palacio queda más lejos, justo cuando termina el vecindario ya que eran varios.

—¿Te gusta Tzuyu? —Preguntó antes de sentarse en una silla que estaba en la habitación.

—Sí, pero mi mayor miedo es que me rechacé.

—Y si mejor esperas un poco más, se conocen y hablan, sí. Pero mejor sé paciente porque se que estás confundida y tu mente no sabe que decirte. —Sana asintió un poco más aliviada.

—Momo, primera vez que concuerdo contigo. —Le dijo Mina a Momo que estaba a su lado.

—Que mala, pero bueno, voy a a ayudar a Nayeon. Ya que tengo que decirle de una carta que llegó.

—¿La leíste? —Mina miró a Sana como si no la conociera —No me mires así, sólo quería saber si lo había leído o no.

—Claro que no, bueno adiós, nos vemos en la noche. —Se despidió de sus amigas antes de irse.

En el camino se encontró con Dahyun quien estaba saliendo de una tienda, sonríe y se acerca hacia ella para hablarle. Dahyun también sonríe.

—Hola Dahyun, ¿te ayudo?

—No, tranquila. Cuéntame, ¿como se encuentra la princesa? —Hizo una reverencia en forma de broma.

—¡Deja de decirme así! Es raro que me lo digas a cada rato.

—Uh, ¿te pusiste de mal humor? Además, me gusta decirte princesa. Porque lo eres.

—¿Lo dices de verdad o lo dices de cumplido? —Dahyun la mira a los ojos y Momo siente una corriente por su cuerpo.

—La verdad no sé. Pero sería cumplido —Dahyun le da una sonrisa a Momo antes de irse. —Nos vemos.

—Adiós —Cuando Dahyun se fue, Momo corrió hacia el palacio asustando a Nayeon ya que hizo ruido. —Lo siento...

—¿Porqué estabas corriendo? —Le preguntó dejando unas hojas en la mesa.

—Por nada. Ya sabes, quería correr.

—A ti no te gusta correr y menos cuando hay sol. Dímelo, soy tu hermana.

Momo agarra sus dedos y se sientan en el sillón que estaba, mientras Nayeon la acariciaba para que hablará.

—Bueno, es que... yo siempre tengo una corriente por todo mi cuerpo cada vez que Dahyun me mira. Siempre me dice "Princesa" pero no es porque lo sea, aunque no entendí mucho esa parte cuando hablamos. También, creo que me gusta, es linda, pero no sé aún.

—Te entiendo, eso me pasó con Jeongyeon. Al final nos hicimos novias, pero no digo que sea igual. Esa es una hipótesis mía, tal vez y Dahyun también gusta de ti. Pero estás en una parte en donde no sabes si decir sí o no.

—No entendí lo último.

—Ósea, el sí, es la parte donde tu tienes pensado en tu cerebro que lo sientes es verdad y estás segura de eso. El no, es la parte donde tu dices que solo es algo tuyo y no aceptas eso que sientes. Como por ejemplo: te gusta Dahyun, pero como aún no estás coordinada con eso, tu cerebro hace que pienses que solo es algo que se va yendo con el tiempo. Y nunca aceptas esos sentimientos.

—Pero yo no pienso que es algo que se me va a ir. Estoy peor que Sana.

—Lo bueno es que estás en la parte de sí. Pero no del todo, si sabes lo que sientes ¿cierto? —Momo asintió —Pero no sabes si decirle o no. Te ayudaré porque tu me ayudaste con Jeongyeon. No creo que sea complicado.

—¿De verdad? ¡Gracias! —Momo la abrazó mientras daban vueltas.

—De nada, te iba a preguntar algo, ¿sabes de una carta que llegó?

—Eh, sí. Quería decirte que aún no la he leído. Para que la leamos juntas.

—Claro, traela.

Momo fue a buscar la carta que había guardado en el cajón de algún mueble para que nadie lo encontrará. Regresó donde Nayeon y sacó la hoja del sobre. Era de su padre y eso no era buena noticia.

—Debe ser una broma, el y mamá no pueden regresar ahora. Si el se entera de todo esto, seremos nosotras culpables y las personas del pueblo quedarán afuera, sin donde comer y dormir.

—¿Y si le pedimos ayuda al reino vecino? —Nayeon da grito y sonríe.

—Nunca lo pensé. Voy a hablar con la reina y le diré que si nos puede hacer ese favor para cuando regrese papá no sospeche. Espero la gente entienda y no sientan que los estamos echando.

—Eso pienso igual.

Princesa || Dahmo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora