Algo... complicado || Matsuno Chifuyu x Male Oc

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AVISO: Este capítulo contiene más violencia que el anterior, no es muy fuerte pero lean con precaución por si acaso no les gusta el contenido.

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Haruki

Miré la hora en mi reloj, acelerando mi paso ya que si llegaba demasiado tarde, no sería capaz de parar a Taiju antes de que entrara. Cuando menos me lo esperé, ya me encontraba en frente de la Iglesia lo que provocó una sensación de alivio en mi al no ver a nadie en la puerta; pero podía estar dentro, por lo que un tanto agachado, me dirigí a una de las ventanas y efectivamente, no había nadie.

Suspiré con alivio hasta que noté como alguien me tocaba suavemente el hombro. Me giré a gran velocidad pero vi unos rostros conocidos, pero que no me apetecía ver: eran Kokonoi e Inui.

—Haruki, ¿qué es lo que haces aquí?— me preguntó el peliblanco en un tono bastante frío, que ya me hacía sospechar.

—Velar por la seguridad del Capitán, ya sabes que es súper católico y todo ese rollo. ¿Qué hacéis aquí tú y Koko?— respondí secamente alternando mi mirada en ambos.

—Al parecer lo mismo que tú, pero de forma diferente— definitivamente me iba a hacer algo, por lo que retrocedí unos pasos mientras le seguía el juego.

—¿A qué te refie-?— no pude tan si quiera terminar de hablar ya que velozmente me sujetó de los hombros con fuerza e incrustó su rodilla en la boca de mi estómago; dejándome sin aire y provocando que cayera casi inmediatamente de rodillas en el suelo, mientras una de mis manos sujetaba la zona adolorida y la otra me mantenía a una corta distancia del suelo.

—C-abr-onazo— no podía casi ni vocalizar para insultarle. Me estaba jodiendo el plan y eso me cabreaba mucho. Pero mucho.

Intenté levantarme pero me pateó tirándome al suelo. Lo volví a intentar varias veces en vano, aun si le daba algún golpe, a cada patada me arrebataba fuerzas para que mis puñetazos dolieran al menos durante unas horas.

—Se acabó el juego, tenemos cosas que hacer. Adiós Haruki, buenas noches.— levantó su mano y me asestó un golpe en la nuca, haciendo que mis ojos se cerraran casi al instante.

—...Ru, ¡Haru, arriba! ¡Levanta!— alguien me estaba dando palmaditas en mi mejilla derecha, despertándome de mi sueño haciendo que soltara un gruñido por lo bajo para que me dejaran en paz.

—Joder Haruki, no es hora de dormir pendejo— me dio un golpe en los hombros, por lo que suspiré y abrí los ojos lentamente.

—Déjame Koko, no tengo ganas de hablar contigo— le dije amenazante para reposar mi cabeza y descubrí que estaba atado al lado de una columna, pero no me podía importar menos, porque me estaba mareando de pensar en algo por las palizas que había recibido entre ayer y hoy.

Suspiró y se acercó a mi, pero no era para pegarme de nuevo, si no que empezó a quitar desatarme con prisa.

—¿Me estás diciendo que se están metiendo con tu novio y no vas a ir a rescatarlo?— exclamó de sopetón, por lo que me puse más recto.

—...¿Le habéis hecho algo a Chifuyu?— le respondí un par de segundos más tarde.

—Nosotros no, pero un tío alto y otro de gafas enano le están pegando. Bueno, más bien solo el alto, tiene cara de drogata— notaba cómo las cuerdas se aflojaban mientras hablaba y las palabras de su boca solo hacían que mi ira aumentara, pero decidí reprimirla por el momento.