Capítulo 6 - La decisión de Fernando.

7.3K 628 32
                                    

Presente.

Ya estábamos en México. Tierra bonita y preciosa, con gente de cultura y muchos valores. Llena de abundantes y ricas costumbres que dejaban a más de uno con ganas de quedarse.

No pensé que la manera en que visitaría a México fuera en estas condiciones. Buscando uno de los tesoros más preciosos que tenía y que habían robado.

No había pasado mucho desde que habíamos subido a aquella avioneta que William nos mandó. El punto de encuentro era en una pista de aterrizaje que estaba a algunos cuantos pasos de su casa.

Había tomado la decisión de no movilizarme ni con mis autos, ni con mi avión privado. Ya que, era sumamente probable que la policía descubriera que seguía vivo, y eso, era un lujo que no me podía permitir.

Lo habíamos llamado con el propósito de ser el intermediario para poder hablar con Fernando Castillo. A pesar de tener asuntos que atender en Estados Unidos, decidió dejar todo en cuanto recibió mi llamada.

Al principio, cuando llamé a William estuvo tan sorprendido que me colgó la llamada. No podía creer lo que escuchaba, pensaba incluso, que era una trampa. Por lo que, seguí insistiendo y me contestó de nuevo. Su sorpresa fue colosal. Al pedirme la prueba para saber si en realidad era yo.

—Responde a la pregunta o mando a rastrear la señal de tú celular y te mando a matar.

—¿Cuál pregunta? — pregunté sin miedo.

Conocía todo de él. Era mi socio.

—¿Qué fue lo último que transportamos y cómo lo hicimos?

—¿De verdad me harás contestar esa pregunta por teléfono? — inquirí dudoso. — Podrían rastrear la llamada o interceptarla.

—Ah, ¿no lo sabes? — suspiré cansado.

—Transportamos una tonelada de oro blanco a China usando diferentes frutas. Las colocamos...

Una punzada me hizo volver a la realidad, miré hacia mi pecho, sentía un pequeño dolor, algo leve, gracias a la ayuda de los calmantes que me había dado Rodrigo. Mi cuerpo ya estaba agotado de tanto ajetreo. Escaneé mi herida y me di cuenta que no sangraba. Sin embargo, si me dolía. Y cómo no, si habíamos estado viajando un buen rato por carretera, y luego por los aires. No sabía cómo resistía tanto.

Miré alrededor, la pequeña televisión en la sala de espera de William estaba presentando las noticias del día. Y entre ellas, destacaban como titular mi nombre. Hablaban acerca de unas de mis propiedades que la policía había encontrado. Aproximadamente unas 7.

Y no sólo propiedades, autos, negocios, aviones, animales. Todo eso lo estaban incautando.

Rodrigo cada tanto me miraba para ver mi reacción, pero yo me encogía de hombros demostrándole que no me importaba. No era la gran cosa. Ellos no sabían el paradero de mis demás adquisiciones, ya que no era allí únicamente donde tenía negocios y casas, sino también en Australia, Panamá, Japón, Hawái, Chile y Argentina.

Supongo que mis planes de vivir ahí con Samantha se habían esfumado. Cuando estuviera nuevamente conmigo debíamos decidir dónde vivir. Claro estaba, si ella aún quería estar conmigo.

El solo pensar que me podría dejar me rompía el corazón. Y rogaba, para que, por favor, no me alejara de su lado. Esta vez no tenía dudas de qué quería, y por eso la quería a mi lado, para protegerla y cuidarla mejor que antes.

—Muy bien. — dijo Williams tratando de hablar español. Su acento era muy marcado. — Explícame cómo sigue vivo.

—No tengo idea. —afirmé.

El Duro Corazón Del Narco: La Venganza De Hugo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora