Capítulo 8 - El plan.

6.4K 465 22
                                    

ADVERTENCIA:

ESTE CAPITULO PUEDE SER SENSIBLE PARA ALGUNOS LECTORES.

—¿Todo listo?

—Sí, entraremos en quince minutos — respondió Rodrigo.

Asentí en señal de haber entendido. Volví a dirigir mi vista hacia el frente, observando la luna que se posaba en lo más alto del cielo. Tan calmada, tan brillante.

Estaba a pocos minutos de comenzar la operación. El objetivo del plan era entrar en una de las propiedades de Martínez, rectificar si mi bravucona se encontraba en ese lugar, y traerla de vuelta. Parecía un plan simple. Pero no era así.

El principal problema para atacar la propiedad de un narco, era su sistema de seguridad. Que estaba no solo conformado por hombres armados, sino también por cámaras de seguridad que hacían el trabajo más fácil. Era muy común ver este tipo de propiedades con semejante cantidad de protección. Por lo que, entrar sería casi imposible. Si nos llegaban a ver, podríamos morir.
Por esa razón, decidimos esperar a que anocheciera para entrar. La oscuridad, hacia más difícil el trabajo de encontrar a los intrusos.

Teníamos en total 5 propiedades a las que entrar. Y la primera, era una que utilizaba mucho Martínez para descansar. Fernando me había comentado, que Martínez acostumbraba a traerlo aquí con frecuencia para charlar. Era alguien conocido. Por lo cual, decidí no traerlo conmigo como apoyo, eso arruinaría el plan.

Miré a mis espaldas, Rodrigo les daba algunas indicaciones a los hombres. La mayoría eran de Fernando, mientras que los demás, eran míos.

Giré mi vista para ver a Paula, estaba esposada dentro del auto, vigilada por Max, quien, hacia el papel de mis ojos en ese momento, cuidando que ella no hiciera nada extraño.

Le habíamos quitado su teléfono celular, estaba incomunicada. Esperábamos una llamada por parte de Martínez, pero hasta el momento, no lo hacía.
Por lo que, con lo que íbamos a hacer esperábamos que eso hiciera que él, la llamara.

Un teléfono comenzó a sonar llamando mi atención. Era el de Víctor.

—Gina está llamando — dijo Víctor mirando su teléfono. — ¿Puedo responder?

—No te tardes —respondí.

Gina y Sara se habían quedado en una de mis casas, mucho más custodiadas que de costumbre, no quería tener que pasar por un secuestro nuevamente.

—Dime Gina... Sí, él está bien.

Rodrigo se acercó a él con una enorme sonrisa.

—¿Está preguntando por mí? — preguntó emocionado. Pero Víctor negó y me señaló a mí.

Rodrigo hizo una mueca de fastidio y me miró. Yo simplemente me encogí de hombros y sonreí.

—No tengo la culpa de ser más guapo que tú.

Abrió la boca para protestar, pero Víctor volvió a hablar.

—¿Quién? —interrumpió Víctor y miró a Rodrigo. — Sí él está aquí.

Rodrigo volvió a sonreír ampliamente, y se acercó al teléfono para tratar de escuchar mejor. Tal parecía que le gustaba demasiado Gina.

—¿Ahora si pregunta por mí?

—Es Sara, pregunta que si estas bien.

—¿Sara? — arrugó sus cejas y Víctor asintió. — Sí estoy bien. Ya no me duele nada.

—Que está bien y que ya no le duele nada. ¿Medicina? —lo volvió a mirar — Pregunta que si te tomaste la medicina.

—Por supuesto que sí. Yo soy el doctor. Sé cuándo tengo que tomármela, por Dios.

El Duro Corazón Del Narco: La Venganza De Hugo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora