Extra

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Rodrigo.

¿Les ha pasado que siempre son los espectadores y no los protagonistas?

Pues este era mi caso.

Todavía no me podía creer que mi mejor amigo, el más amargado, el más despiadado, estuviera a punto de casarse. Siempre aposté con él en que yo sería el primero en casarme.

Y hoy era ese día. Solo que, mi mejor amigo es el que se casa.

—¿Cómo se ve mejor? ¿Así? —me mostró la corbata — ¿o así?

Me lo quedé mirando un buen rato con mi mano en el mentón.

—De ninguna forma. Lo estás haciendo mal Guille—solté. — En primer lugar, las corbatas no se usan así.

—Pues no se hacerme el nudo de la corbata.

—Se nota mi amigo. —le deshice el nudo qué tenía y lo acomodé — Listo.

—Ya es hora de salir vamos.

Miré mi reloj, faltaban 30 minutos para que comenzara la ceremonia. Levanté mi vista y lo vi bajar las escaleras.

—Si que la quieres. —dije sonriendo.

El Guille estaba muy nervioso desde la semana pasada. Pensaba incluso que estaba más nervioso que la princesita. Sin embargo, estaba feliz por él. Al fin tendría la familia que tanto soñó.

Salí de la habitación y cerré la puerta. Mientras iba caminando una puerta se abrió a un costado de mí y haló de mi brazo para dejarme entrar.

—P-pero qué... —dije confundido.

—Shhhh... — dijo Gina tapando mi boca.

Mis ojos se abrieron sumamente sorprendidos al ver como estaba vestida.

Su vestido estaba hecho un desastre. Los tirantes estaban rotos, sostenía la parte delantera con una mano, mientras que la parte de abajo era sostenía por sus caderas. Estaba ruborizada, con sus labios entreabiertos y rojos.

Oh, demonios.

Inmediatamente comencé a fantasear con esa boquita sonrosada justo en mi...

—Ayúdame... —suplicó.

Esa suplica no ayudó de a mucho a calmar la lujuria que comenzaba a nacer dentro de mí. Pero me obligué a mí mismo a volver a mis sentidos.

—¿Qué te pasó? —dije apartando su mano.

—Me caí en un arbusto y se rompió todo el vestido.

Bendito arbusto. Más tarde lo regaría con agua. Se lo merecía.

—¿Y cómo...?

—Entré por aquella ventana. —señaló la ventada por la que había entrado y me sorprendí.

—Es el segundo piso.

—El árbol me ayudo.

Sacudí mi cabeza con más fuerza.

—¿Trepaste un árbol?

—Sí.

—Pero... No era más fácil subir como alguien normal por las escaleras.

—Hay mucha gente en la casa. Llamaría la atención.

—Créeme que llamarías más la atención si te vieran subir un árbol.

—¡Rodrigo!

—Ya, ya. ¿Quieres que te busque un vestido nuevo?

—Sí, en mi maleta hay otro vestido, tráelo por fa. Es rosado.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2023 ⏰

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El Duro Corazón Del Narco: La Venganza De Hugo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora