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❛EL TORNEO DE LA MUERTE...❜
Se acomodó el vestido, mirando su cabello medio recogido. Sonrió al reflejo.
No estaba feliz, más bien sorprendida por lo sucedido con Daemon y la Guardia de la Ciudad. Orgullosa no, pero algo parecido era lo que sentía. Al fin y al cabo, King's Landing ha estado en decadencia desde la muerte de Alyssane la bondadosa. Así que no le pareció mal el actuar, tampoco bien.
Caminó con rapidez, escuchando la distorsionada voz de su padre dando inicio al torneo.
— La reina Aemma ha empezado su trabajo de parto— entró rápidamente, sentándose junto a su hermana mientras pasaba frente a su padre—. ¡Que la suerte de los Siete brille sobre todos los combatientes!
Los vítores no se hicieron esperar, aturdiendo levemente a Rhaelyra. Rodó los ojos hastiada, en especial porque odiaba estos torneos. Probablemente debido a que no la dejaban participar nunca o que tampoco dejan participar a su tío por ser un bastardo, a pesar de ser un gran combatiente.
En fin, la hipocresía.
— ¿Un caballero misterioso?— la voz de su hermana la sacó de su pensamientos.
Observó como dicho caballero había ganado, haciendo una reverencia en dirección a los nobles.
— No. Un Cole, de Stormlands— responde Alicent Hightower.
— Nunca he oído de la casa Cole— habla Rhaelyra extrañada.
Ambas observaron sin importancia como un Baratheon pedía el favor de su tía, Rhaenys. La menor no le dio importancia, especialmente por el apodo de mal gusto.
Escuchó a Alicent y Rhaenyra chismoteando sin darle atención, observando como Baratheon se enfrentaba a una casa que no conocía. Observó encantada como el alce caía ante la figura de un sabueso tricéfalo.
— ¿Quién es él?— pregunta a Sir Harrold.
— Es Silas Hound, de la Casa Hound del Norte— explica el caballero—. Es el primogénito, y su casa es la encargada de cuidar y mantener la Muralla.
Rhaelyra observó a Silas bajar de su caballo y alejarse algunos pasos, arreglando su vestimenta. Parecía tener mucho calor, acostumbrado al frío del Norte.
Los tambores empezaron a sonar, sacando a 'Lyra de su ensoñación.
— ¡El príncipe Daemon de la Casa Targaryen, príncipe de la ciudad, ahora escogerá a su primer oponente!
