Capítulo 42: Los 10 mandamientos

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Ubicación: Mundo distorsión

Tiempo: desconocido



En el mundo distorsión el monarca llegó junto con el peliverde, este se aventó cayendo en un enorme cráter parecido al sitio donde entreno por primera vez.

El monstruo asintió con la cabeza viendo al demonio para alejarse, el pecoso sabía perfectamente lo que tenía que hacer y no sería su mejor idea.

Izuku miró a sus 11 mandamientos, todos eran rojizos menos 1, el que le había dado Meliodas, su propia conexión, el chico se le quedaba mirando a la pequeña esfera de energía, no sabía qué hacer.

— Tengo 11, pero... ¿Cómo demonios lo uso?

Debería pensar, mis mandamientos pasados al consumirlo ya contaba con las habilidades... creo que debo absorberlo y visualizar que tipo de poder busco. Aunque... si busco a alguien fuerte, ¿no sería mejor tener mi poder completo?

El pecoso lo sabía primero debía perfeccionar sus poderes, tenía que mejorar lo más posible, por lo que tomó el primero de sus mandamientos, el cual era el dado por Escanor, canalizó su poder y lo arrojó como si fuera si una granada, cuando este tocó el piso una pequeña explosión liberó humo.

Cuando este se disipo aparecían los 7 pecados capitales, pero no eran sus maestros. Ninguno hablaba, además de que todos tenían un aura rojiza que los rodeaba por completo.

— Ya veo, no son ellos... son las memorias de los mandamientos, proyecciones del poder almacenado... creo entender lo que debo de hacer y... ¿a quién demonios le estoy hablando?, debo apurarme, si sigo solo, me volveré loco.

El pecoso tomó posición de batalla, creó una espada negra de pura materia oscura y se enfrentó a los pecados. El tiempo seguía, nadie sabría cuantos cientos de años pasaron.

Nuevamente el pelo le creía casi llegando a su espalda baja, el chico estaba exhausto, tirado en el piso, su respiración era rápida, el aire entraba y salía de sus pulmones con exageración, casi no permitiendo regresarle el aliento.

Nuevamente el pelo le creía casi llegando a su espalda baja, el chico estaba exhausto, tirado en el piso, su respiración era rápida, el aire entraba y salía de sus pulmones con exageración, casi no permitiendo regresarle el aliento

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Al borde del desmayo usó todas las fuerzas que tenía para levantar el torso, frente al el estaban sus mandamientos, los 10 originales flotaban alrededor del último.

Regresó para tumbarse, quedándose dormido por unos cuantos días, Giratina en uno de sus patrullajes observó al inconsciente demonio y se quedó cerca de él hasta que recupero la conciencia.

El peliverde meditó demasiado tiempo, no se movía, sus ojos cerrados y respiración constante se unían con su ambiente, hasta que después reaccionó, como cuando se aguanta la respiración bajo el agua.

— Maldición... he visto más de 1 millón de dimensiones, muchos de mi mundo como otros completamente distintos y si hay alguien con un poder que me ayudaría a vencer al rey del caos... —. Se levantó de golpe, levantó su dedo índice y comenzó a moverlo en círculos, sus mandamientos obedecieron girando ahora alrededor de su portador, cada vez más rápido hasta que entraron a su organismo —. Necesito todo mi poder, si deseo hacerle frente, bien.

La Hipocresía de la sociedad heroica-CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora