Secuestro y Obsesión (VegasChay)

Último día

Estaba centrada en terminar de escribir esa fic para así traducirla, por eso la tardanza, los amo, besos❣️

El tiempo pasó demasiado rápido para Vegas y Porchay, sus días fueron más cortos, Macau regresó a la casa de la segunda familia cuando su hermano se recuperó lo suficiente como para escuchar los gritos de Porchay alrededor de la casa. Prefería darles un poco de intimidad y dejar que disfrutaran del tiempo que tenían en paz. Pero el último día llegó demasiado rápido en su opinión, aún no estaban listos, y tal vez nunca lo estuvieron, para separarse.

Vegas despertó primero y admiró la magnífica vista de su ángel, su piel marcada por él, pero estaba seguro de estar satisfecho, suspiró y acarició el rostro del menor. El hombre se levanta de la cama y viste solo ropa interior y shorts, va a la cocina y prepara el desayuno para el más joven, regresa al dormitorio viendo como el chico ni se ha movido, dejó la bandeja en una mesita cercana de la ventana. El rostro de Porchay estaba sostenido por sus mejillas, mientras sus dedos acariciaban la suave piel, depositaba besos en el rostro de Chay, quien al abrir los ojos se sonroja y esconde su rostro en el pecho de Vegas.

– Tan hermoso – suspira Vegas – Pero ¿vamos a comer? – pregunta sujetando la mandíbula del joven y depositando un rápido beso en sus labios.

- ¿5 minutos? – pregunta Chay sonriendo tiernamente.

– Sé un buen chico – dice Vegas besándolo de nuevo, riendo y alejándose cuando escucha a su ángel gemir.

– Por favor – gimió.

- Vamos, te doy en la boca, solo mastica - propone Vegas y de inmediato Porchay se acomoda para sentarse en la cama - Perezoso.

Porchay se ríe con picardía, abriendo la boca para recibir la cucharada de comida en su boca, sus cosas ya estaban separadas y guardadas en la habitación de invitados ya que no querían ver las cosas empacadas hoy, se enfocan en disfrutar cada segundo juntos. Después de comer Vegas, llevó la bandeja a la cocina y volvió como a los 5 minutos.

- ¿Vamos a tomar un baño? – pregunta Vegas.

– Solo si voy contigo – dice Porchay y Vegas asiente levemente.

Pronto Chay corre rápido hacia Vegas y se lanza a sus brazos, agarra al hombre con fuerza, no hubo protestas después de todo Vegas quería estar pegado a Porchay tanto como pudiera. Fueron al baño sin dejar de besarse con cariño, ayudándose a quitarse la ropa. Tan pronto como Porchay está desnudo, siente que su cuerpo es girado y presionado contra una de las paredes dentro del puesto, deja besos por todo el hombro y el cuello de Chay.

– ¿Aguanta uno más? – pregunta Vegas.

– Quiero todo lo que puedas darme – gime Porchay.

El mayor se untó los dedos con un lubricante específico para usar con agua que había en el baño desde que Porchay se apoderó de su habitación. Los dedos se movieron con calma para hacer espacio dentro de Chay, mientras el hombre disfrutaba de los gemidos y suspiros del más joven, las manos de Vegas que sostenían a Chay en posición vertical, ya que sus piernas estaban débiles. Gritos de placer llenaron el pequeño espacio mientras Chay se sentía completo, lleno, lleno de Vegas mientras el hombre mayor acariciaba su pene.

– Ven, baby – susurra Vegas lentamente, mientras Chay pone los ojos en blanco y se siente cerca.

Después de que los dos se liberan, toman una ducha con los músculos relajados, pasándose las manos por el cuerpo y riéndose de las reacciones del otro. Salen juntos de la ducha y se visten cómodamente, a petición de Vegas no tendría que ir a la reunión, iría Macao en su lugar, así que llama a Black para que traiga su celular y haga la llamada habitual. Porchay habla con su hermano, Khun, Kinn y Porsche prohibieron a Kim asistir a las reuniones.

– Estoy muy feliz y espero con ansias que finalmente regreses, hermano – dice Porsche.

Porchay fuerza una sonrisa para que no sea tan obvio que no quiere volver a su casa, Tankhun suspira y trata de sortear la situación.

- Desafortunadamente todavía nos veremos obligados a ver la cara de Vegas día tras día - Khun pone los ojos en blanco ganándose una sonrisa sincera de Chay con la posibilidad de al menos ver al mayor.

Cuando cuelga, Porchay le sonríe a Vegas que estaba sentada en el sofá acariciando las piernas del menor que estaba en su regazo. El más joven se sienta de inmediato en el regazo de Vegas, estrujándolo en un abrazo.

- ¿Podemos dar un paseo? - propone Vegas.

- ¿Dónde? – Porchay lo mira con curiosidad.

- Solo confía en mí ¿de acuerdo?

- OK.

Chay se baja lentamente de su regazo y Vegas se levanta tomándolo de la mano, los dos caminan hacia los botes, lo que confunde aún más a Porchay, normalmente los dos solo irían al pequeño edificio de madera que estaba en medio del río y tenían un camino solo por un pequeño puente. El menor no había salido de la isla en ningún momento durante los dos meses, pero esta vez Vegas se sube a un bote y lo ayuda a subir, están solos ellos dos. Siguen un camino opuesto a donde normalmente vienen los botes, deteniéndose en el río y dejando que el bote simplemente flote.

– Estamos aquí – dice Vegas.

Los dos están rodeados por el agua, el canto de los pájaros, la brisa tranquila y agradable. Porchay no puede evitar sonreír y Vegas está orgulloso del resultado, el mayor se acuesta allí y deja que Chay se acueste sobre su pecho. Se pasan el día así, pegados, hablando, intercambiando caricias, besos, comiendo juntos y haciendo todo lo posible juntos.

Llega la noche y los dos están acostados en el sofá de la sala viendo series juntos, apagan la tele para cenar juntos y entran al dormitorio para su última noche durmiendo allí, irían a la casa de la primera familia en la mañana a las 9 am . Pronto la habitación se llena de tiernos susurros, gemidos y suspiros bajos, aquella noche que Vegas eligió para ser tierno y cuidadoso con su chico. Besos y caricias se extienden por el cuerpo de Porchay mientras empuja suavemente hacia adentro y lo observa retorcerse debajo de él. Vegas trata de memorizar cada detalle de la expresión de Chay mientras se derrama entre los dos y Vegas lo llena con su esencia, no se retira por un rato, no queriendo terminar este momento pronto y con las piernas de Chay apretando su cintura, no permitiéndole salir.