Nueva Casa

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Porchay se despertó primero esa mañana, sintiéndose ansioso, pero se quedó allí, moviéndose lo menos posible. Sintió cuando Vegas refunfuñó, volteó y lo abrazó entre sus brazos poniendo su rostro en el cuello del menor, suspirando tranquilamente, con eso Chay solo vuelve a cerrar los ojos y dormir. Realmente se despiertan con un golpe en la puerta, ambos suspiran, aunque no quieren, es hora.

– Señor Vegas, Porchay, son las 8:00 tenemos que salir a las 9:00 – Black llama desde detrás de la puerta.

– Gracias, Black – responde Vegas.

– No quiero dejarte – se queja Chay.

– Prometo visitarte tan a menudo como pueda – dice Vegas cálidamente.

Vegas tiene problemas para sacar a Porchay de la cama, ya que el menor se aferra a ella, van al baño y solo se dan una ducha, al fin y al cabo ya llegan tarde. Al salir de la habitación, la realidad golpea a Porchay y comienza a llorar, incluso con la voz de Vegas tratando de calmarlo y abrazándolo, comen juntos lo que preparó Off. Antes de salir de casa Porchay se aferra a Off en un abrazo despidiéndose, los dos crearon una amistad y se extrañarían mucho, fueron dos meses contando con la presencia de los demás todos los días.

– Muchas gracias por todo – susurró Chay.

- Te voy a extrañar mucho ¿puedes visitarme en la casa de la segunda familia? – Off bromea.

– Prometo intentarlo, pero si lo voy a lograr es otra situación – Porchay es sincero.

– Entiendo – Off aprieta el abrazo y saluda.

- Igual iré contigo a la mansión, no me mires así, muchacho - dice Black al ver los ojos llorosos de Porchay.

– No seas un idiota con él – Vegas golpea a Black en la nuca.

– Está bien, Vegas – Chay suspira.

La pareja va todo el camino de la mano, en el carro Porchay va en el regazo de Vegas. Bajando del auto frente a la casa Chay respira hondo y estrecha su mano entrelazada con la de Vegas, entran a la mansión y suben en el ascensor, Vegas se sorprende porque el menor no le suelta la mano pero no le molesta, le gustaría gritarle al mundo que el niño es suyo. Llegan a la sala de reuniones y Porchay no tiene planes de dejar Vegas, incluso cuando las puertas se abren y un Porsche eufórico salta encima de él, sosteniéndolo en un fuerte abrazo.

– PORCHAY – Porsche lo rodea con sus brazos levantándolo del suelo por un momento, pero extraño como siente solo un brazo devolviéndole un abrazo – ¿Qué pasa?

– Porsche – Porchay ni siquiera tiene tiempo de hablarle bien a su hermano, porque le sujeta la cara y evalúa un chupetón en el cuello.

- ¿Quien te hizo esto? Vegas hijo de puta ¿permitiste que le hicieran esto a mi hermano? – Porsche intenta avanzar en Vegas mientras Porchay se interpone para alejar a su hermano.

– ¿Creo que él lo hizo? – Tankhun se ríe queriendo ver el circo incendiarse.

– Porsche, escucha, lo amo, no intentes alejarlo – grita Chay.

- ¿Tu me amas? - los ojos de Vegas brillan.

- ¿Lo amas? – Porsche no parece creerlo – No puedo creer que hayas hecho que mi hermano desarrolle un síndrome – mira fijamente al hombre detrás de Chay todavía sonriendo tontamente y mirando fijamente al más joven que se moría de vergüenza por confesar tan públicamente – Kinn anota un psicólogo para ayer, por favor.

– Porsche, ya te dije que no me separarás de él y te juro que volveré a donde estaba con él si sigues comportándote así – Chay es firme con lo dicho.

– Si vas al psicólogo conmigo – determina Porsche.

– Hecho – Chay está de acuerdo con un suspiro.

- Te amo, mi gatito tiene garras – se ríe Vegas viendo como Porchay se pone rojo de vergüenza.

Porsche pone cara de disgusto por Vegas.

– ¿Vamos a ver tu habitación? – Kinn intenta cambiar la atmósfera del entorno.

Y todos van por los pasillos a una habitación con toda la decoración blanca, algunas luces esparcidas por la habitación, un escritorio, un armario y un baño para él. Porchay admiraba, encantado, le gustaba mucho todo y agradecía no haber dejado su altar por Wik, pues su obsesión era a el carácter público de Kim, esos dos meses le sirvieron para ver cómo el hombre no era quien creía.

– Muchas gracias – salta frente a los tres hombres que participaron en todo – Fue increíble.

Porchay toma las bolsas y bolsos que llevaban los hombres de Vegas y Vegas, saca unos ositos de peluche y los extiende sobre la cama.

– Siéntate – Porchay señala la cama.

Porsche coloca su brazo sosteniendo a Vegas en su lugar, el hombre más bajo le sonríe, se puede ver la rabia que siente Porsche.

– Porsche – Chay llama la atención de su hermano.

– Mientras él esté aquí, quiero que esta puerta esté abierta en todo momento – ordena el hermano mayor.

– Sí, señor – Chay saluda a su hermano.

– No tengo problemas con el público, eso no me detendrá por nada – Vegas es golpeado con fuerza por Porchay en el pecho.

– Cállate – murmura Chay.

– No es que no haya hecho ya todo con el pequeño Chay – comenta Tankhun.

– No estás ayudando – Kinn sonríe nerviosamente.

- Lo sé, espero que lo jodan - Khun apoya su barbilla en el hombro de Kinn.

- Y tú ¿cuál es la excusa? – pregunta Porchay a Vegas.

– Me gusta el peligro – sonríe.

...

– Entonces ¿llegó a casa? – le pregunta Kim a Big, quien le estaba dando toda la información sobre la mansión – E incluso asumió este… asunto con Vegas.

Kim vuelve a poner el cigarro entre sus labios, estaba sentado en un sillón en la sala de su departamento.

– Mañana visitaré la mansión para ver a mi chico, el tiempo de Vegas se acabó, es hora de que recupere lo que es mío – declara Kim.

Big vio al hombre fumar solo mirando el paisaje urbano, estaba preocupado por lo que le pasaría a Porchay, ya había sido testigo de las rabietas del hombre e incluso lastimó a las personas interesadas en Chay a instancias de Kim. Sabe que a Kim le gusta Porchay, pero no estaba tan seguro de si su jefe podría lastimar a Chay o no.

Secuestro y Obsesión (VegasChay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora