Cafetería de Líder
Los dos representantes hablaban amenamente, las risas del soviético resonaban en el cubículo, el estadounidense no estaba tan sonriente como el contrario, ya se quería ir, quería pasar sus horas despierto dedicándoselas a un ruso, escuchar su voz y su alegría era el motivo de su vida
—¡Vamos!, Trece, ¡no pongas mala cara! - El soviético se encontraba riendo en la cara del estadounidense.
—¡Ay!, no tienes nada más que contarme... — Apoyo su cabeza en la mesa, mostrando su aburrimiento.
— No, eso era todo... Me imagino que quieres descansar, la verdad, yo me tengo que ir a mi casa. Mi mujer no estaba muy contenta de que me fuera tan temprano, me retiró.
El soviético salió del local rumbo a su hogar. Al llegar todo seguía igual: las luces de la casa apagadas, el lugar, en complemento, silencio, a excepción de un leve sonido de chapoteo proveniente de la habitación.
Donde un bolchevique simulaba pequeñas embestidas con sus dedos en el interior del alemán, totalmente perdido en el placer que era provocado por el bolchevique.
—Mehr!, ¡mehr!, ¡scheiß mehr! - intentaba censurar su típico vocabulario de marinero por culpa de la amenaza del bolchevique, diciendo que pararía si él decía alguna palabra indecente.
— Во-первых, у вас осталось два... — Dio el primer aviso al alemán, después escuchó cómo un carro era estacionado a las afueras de su hogar - Creo que llegó alguien que está muy agotado... ¿Vas a ayudarlo? — Río un poco, ante las expresiones del alemán.
—¡JA! - fue la única palabra coherente que pudo salir del desastre de boca del alemán.
El bolchevique sacó sus dedos del alemán causado una notable queja por parte del contrario, solo se limitó a reír un poco y bajar en busca de su querido hermano.
—Hola, ¿cómo te fue Soviet?—dijo a las espaldas del soviético, quien estaba en la barra de la cocina dejando las llaves y el abrigo. Con pesadez, lidiar con el hijo de uno de sus mejores amigos era pesado.
— Bien, el capitalista está un poco más irritable de lo normal, todo porque no ha cogido en todos estos años —río un poco sin notar que si el querido y amado hermano quitaba sus prendas con cuidado, dejando solo su gran abrigo por el frío de la zona.
— Bueno, sabes que no me gusta que ese capitalista sea mejor que nosotros - URSS. Cuando Voltio vio esa obra de arte ante sus ojos, su cuerpo desnudo, era lo más hermoso de su miserable vida—. Y si nos acompañas —al decir esto—, pudo ver a Third y su desnudez en la escalera con un notable sonrojo.
— Está bien... — Tomo de la cintura al el bolchevique, quitando el abrigo y plantando algunos besos en su cuello.
Third solo observa la escena, su mente en blanco por la época de su vida, no le dejaba estar en sus cabales, solo podía sentir el placer y amor en el ambiente, al fin después de tanto tiempo bajar la guardia era algo satisfactorio y el agarre cariñoso de URSS que no solo buscaba su placer se lo confirmaba.
—¿Qué pasa, Third? - preguntó el soviético, abrazándolo.
— Te... —No se ha atrevido a seguir con esa frase, solo le dio un beso en un intento de expresar ese "Te amo".
El bolchevique se acercó llevándose también un beso que decía "Te amo". Se nota que todavía estaban enamorados, solo las circunstancias hicieron creer otra cosa.
— Yo, también —junto a la cabeza de los tres, «amores míos» decía esa acción.
Subieron con calma, dejando por el suelo las prendas del soviético por el pasillo, al igual que su cara de serio y la fama de amargado, era como si la URSS joven estuviera ahí.
—¡Ah! — El bolchevique se sobresaltó al sentir la humildad de la boca del soviético, hace tiempo que no la sentía y más en su zona baja.
Mientras tanto Third estaba peor, la época y la experiencia de URSS al tocar su cuerpo, era suficiente para que gemidos, como el canto de gorriones, saliera de su boca
— ¡Qué emoción, ahh~! — No había que olvidar que alguien lo estaba visitando entre las fiestas y obviamente estaba igual que Third, cantando unos lindos villancicos.
— Déjalo - Sacó el miembro del bolchevique de su boca, pasando a masturbarlo, de manera ruda y que le causaba un poco de dolor al bolchevique, tal y con le gustaba
—¡Ah!, URSS, URSS, por favor, ¡me AH! —Estaba a punto de correrse, arqueó su espalda en un intento de sentir el ansiado clímax, pero URSS interrumpió con el índice, una pequeña venganza por los años sin tener relaciones.
El soviético se dirigió a la entrepierna del alemán mordiendo y lamiendo esa zona obteniendo gemidos y gritos de placer del contrario
— ¡URSS! – el alemán curvó su espalda corriéndose en la cara del soviético.
—mmHg, y eso solo con unos besos y mordidas, bueno, date la vuelta – ordenó el soviético ayudándolo, mientras miraba la parte trasera del alemán.
— ¡Qué! ¿Y yo? — reclamó el bolchevique mientras también se acomodaba mostrando su parte trasera.
—No, ven, acuéstate — el soviético lo acostó y sobre él acostó al alemán.
Ya todo preparado, el soviético tomó de los hombros al alemán, adentrándose en él con suavidad, molestando al alemán fanático del dolor al igual que al bolchevique.
— ¡Hay! URSS, por favor, sé de lo que eres capaz... — bromeó con él para retarlo, cosa que al poco tiempo se arrepintió.
El soviético salió de él y, volviendo a entrar con una sola estocada, causando el ansiado dolor que esperaba el alemán y el bolchevique, no lo dejó atrás, dando embestidas brutales a ambos que causaron una sinfonía de gemidos y gritos de placer en aquella mansión.
Así fue por varias horas, horas que estuvieron llenas de placer y lujuria en la habitación.
Al final de esos encuentros, terminaron acostados con la respiración agitada y un alemán que, totalmente desnudo, solo deseaba el tacto de la piel.
—Estoy lleno... — replicó el bolchevique, mientras se desbordaba el semen de su entrada.
—mmHg – movió su trasero mostrando casi la misma imagen y hasta un poco más que el bolchevique.
El soviético vio satisfecho la escena dándole una nalgada al alemán, para ir a la cocina y preparar chocolate caliente porque ya empezaba a hacer frío.
Después lo sirvió y se dirigió a la habitación, entregando el chocolate a sus compañeros.
— Lo siento, sé que no estuvo bien lo que les hice... —dijo cabizbajo el soviético acariciando el estómago del alemán.
— Ya te perdoné, pero dudo que Italia lo haya hecho... — dijo el bolchevique mientras intentaba sacar el semen de su interior.
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Con Cariño,Paz
1093 Palabras
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¶{Con El Viento De Moscú }¶ Countryhumans
FanficThird Reich, Urss, Italia Fascista, Imperio Japones y Bolchevique, son la pareja de esta historia rara y sangrienta, que empezó mal... Y su final en duda, cuando tiempo puedes vivir sin equilibrio antes de caer al fondo, cuantos vivien así?, te incl...