Te extraño Bebé

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Roma, Italia

Los rayos del sol despertaron a un italiano cansado y asustado por una pesadilla.

— ¿Qué hora es? - preguntó adormilado, despertando de golpe al darse cuenta de que eran las 4 de la tarde—, pero ¿qué mi..., en fin, es Italia? - ante la duda, el italiano salió del cuarto encontrando a la nana del niño y el mismo jugando con unas canicas...

— Señor, despertó, no lo quería molestar, ya que terminó el papeleo a las 8 de la mañana - dijo la nana.

— Papà, puoi fare un po' di soldi? - preguntó el niño emocionado.

—Sí, cariño, pero para la cena, ok - dijo el italiano, puesto que no tenía ganas de desayunar pasta.

El italiano bajó las escaleras algo atontado, abriendo el refrigerador, tomando leche, huevos, aceite y la mezcla para panqueques, y preparar unos cuantos...

Al sentarse a comer, empezó a reflexionar sobre lo que había soñado, diciendo en su cabeza que era una tontería, y que su mente trataba de jugarle una broma para que fuera de nuevo a los brazos de sus "esposos".

Para que le volvieran a causar el mismo daño, solo se limitó a tocar su vientre, algo abultado, el cual llevaba una vida más...

— ¡Idiota! — gritó a sí mismo reprochándose lo que ocurrió hace un tiempo atrás en Tokio, se dijo que no caería y cayó, se limitó a llorar por la idiotez que hizo pensando en cómo desaparecer esa criatura...

— ¿¡Señor, está bien!? —preguntó la nana.

— Lo siento, necesito salir— dijo para salir y bajar un riesgo que llevaba a la playa... Quitándose los zapatos y dejando que sus pies toquen el agua y relajándose ...

El italiano se encontraba en la playa solo escuchando las olas del mar cuando de la nada siente a un niño abrazándolo.

Era el pequeño Italia que lo había seguido, él tomó al niño de la mano levantándolo lo y dejándolo caer para irse a la casa.

El niño ya estaba acostumbrado a ese trato y solo lo tomó como juego, para volver a seguir a su padre recibiendo una cachetada...

— ¡Aléjate!—dijo el italiano.

Él nunca quería pasar tiempo con sus hijos porque creía que era una escoria y una cualquiera, se odiaba.

— ¿Papá? — Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos para correr a una casa cercana.

—... — el italiano se echó a llorar... Sacando su navaja que le regaló un alemán y...

—¡Italia! — un romano intentó sujetar su mano para evitar que hiciera una locura, más no lo logró...

La sangre, brotaba de su pecho cayendo, para minutos después perder el conocimiento...

¿Qué pasaba si vemos cuál era la pesadilla que atormentó al italiano?

8 de noviembre de 1918, ese día al regresar de la escuela, el italiano, como de costumbre llegó, al parecer, no se encontró con nadie hasta que vio a un ruso en la sala tomando un short de vodka.

Unos segundos después de darse cuenta, vio al otro ruso y una polaca bajar del cuarto, la polaca retirándose y el ruso con la mirada baja.

— ¿Desde cuándo?... — preguntó serio el bolchevique.

— Hace un mes... — se limitó a decir.

— Italia está en cinta desde hace 3 meses y a ti te valió verga, ¿verdad?! —dijo furioso —. Y ¡en nuestra cama!!!! — ¡Dónde dormimos, metiste a esa zorra! — Dijo en llanto —¡URSS!, MÍRAME, ¡¿ACASO NO TE DA PENA?!!! —

El italiano no aguantó más, pequeños sollozos se escucharon, los dos rusos volvieron a ver encontrando al italiano.

— Italia..., любовь... —El bolchevique a uno con lágrimas intentó calmarlo.

El italiano se dirigió hacia las escaleras corriendo, llorando por no creer lo que acaba de suceder su primer amor... Le repuso los cuernos, al llegar al último escalón resbaló rodando por las escaleras, dándose un fuerte golpe en el vientre, imaginando al instante lo que ocurrió con su bebé, quedando inconsciente.

El italiano, al despertar, se encontraba en una camilla, con un niño. Abrazando el italiano con cuidado, quito al niño para pararse e ir a buscar algo de comida.

En su camino se topó con que había una cafetería dentro del hospital; obviamente, un doctor se dio cuenta de que estaba ahí y no en su cuarto.

— Disculpe, joven, pero tiene que ir a su habitación... — dijo el doctor.

— Solo quería buscar un plato de pasta para mi hijo... Se lo prometí.

— Ah, Bueno dejé que lo ayude, la comida aquella no es muy buena, venga — dijo tomando una silla de ruedas, ya por protocolo y llevándolo a la cafetería que se encontraba en el ala de nutrición — Esta Cafetería siempre tiene la mejor comida — dijo dejando al italiano en una mesa y pedir un plato para llevar de pasta con albóndigas — Tome... — dijo con una sonrisa para llevarlo a una estación de enfermeras y preguntar — Disculpe, ¿cuál es su nombre? —

—Italia Italialli... —

—Segundo piso, cuarto 201— dijo la enfermera.

—¿Ala? — preguntó.

— Psiquiatría — dijo viendo algunos papeles.

— Gracias — el doctor de inmediato llevó al italiano a su habitación. Incrédulo de que un niño estuviera ahí, pensó que era una alusión del italiano.

Al llegar, vio un niño acostado en la camilla durmiendo... Descartando su idea.

— Italia... Despierta, es hora de comer... — dijo el italiano sacudiendo un poco al niño, logrando despertarlo — Toma— el niño tomó el envase y empezó a comer.

— Papá — dijo el niño, haciendo ando el tenedor a su padre.

El italiano comió de lo que le ofreció su hijo...

— Disculpe, doctor, ¿cuál es su nombre? — preguntó el italiano.

—OMS... Y no soy totalmente un doctor... Estoy en el internado... — dijo con una sonrisa.

— Gracias, OMS — dijo el italiano para despedirse de la organización.

El joven se dirigió a la estación de enfermeras y pidió el expediente del italiano quería estudiarlo, no llegaba a la conclusión de cómo una persona tan cuerda estaba en psiquiatría, le resultó fácil, ya que al ser una organización de la salud podría ver cualquier expediente para tomar más experiencia para cuando sea presentado.

El chico llegó a su casa cansado, gracias a Dios tenía dos días libres los cuales decido tomar para estudiar a nuestro italiano...

—Italia Italialli, especie, sentimental y país, vocación, política, edad 42, es bastante joven, para ser un país representante... — el joven siguió leyendo enterándose de que era alérgico—picaduras en general— y de que a los 16 años quedó en cinta y lo perdió después de ese acontecimiento encontró 21 intentos de suicidio contando el actual y que tenía 2 hijos una niña de 12 años internada en ese hospital en el ala de psiquiatría, por 2 intentos de suicidio y esquizofrenia y un niño de 5 años que no tenía nada — vaya no debe ser fácil, ser él... — dijo para sacudir su cabeza y dejar de pensar en eso — será mejor ir a dormir.

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-Con Cariño, Paz

1135 Palabras

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