Capítulo once.

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Habían pasado meses sin que ella supiera algo de Steve pues se había ido de gira al siguiente día que ella estaba en Londres.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse, pero con su última conversación no le daban ganas de hacerlo, así que se concentro en el trabajo demandante que era aguantar las locuras de Howard Stark, que justo ahora mismo iba a volar uno de sus avionetas.

—Te tengo una sorpresa —Stark comentó mientras ella se sentaba justo detrás de la cabina de piloto.

—Por favor, no más chocolates de las altas montañas, el último me hizo vomitar —gruñó ante el recuerdo haciendo reír al pelinegro.

—Algo mucho mejor —empezó a despegar, por lo que ella sacó uno de sus libros de biología y empezar a leerlo, sabía que no era un viaje largo hacía Italia pero prefería matar el tiempo que marearse por la altura.

Tan pronto como aterrizaron en un claro, bajaron encontrándose con Peggy Carter y Steve Rogers llegando en un auto militar, así que Brooklyn se imagino que había sido robado.

—Señor Stark —saludo con amabilidad Steve— Señorita Moseley —la miro un tanto tímido, como si aquello que hubiera pasado anteriormente se le hubiera borrado de la memoria.

—Capitan —espeto con amargura mientras pasaba de él e iba hasta su amiga quien la abrazo—. No sabía que ustedes vendrían, ¿Cómo me veo?

—Preciosa como siempre, ¿Labial nuevo? —murmuró la agente mientras se separaban y empezaban a caminar hacia la avioneta.

Peggy ocupo su lugar esta vez y ella quedó cerca de la puerta, Howard paso enfrente suyo después de sentarse y le guiñó el ojo juguetón, haciendo que ella rodara los ojos.

Steve por supuesto se sentó frente a ella por lo que incómoda empezó a revisar la maleta que tenían en busca de una botella con agua.

"Con razón" pensó, cuando le dijo que se pusiera ese vestido azul que le había regalado en su cumpleaños hace un par de días.

En silencio, Howard hecho a andar al transporte y ella por su parte, miraba su libro para no prestarle atención a la plática del chico con Peggy quien le explicaba donde estaba la base de Hydra. Algo que ella también sabía pero prefería no hablar con él.

—Te vamos a poder soltar directo en la entrada —la voz de su jefe la hizo mirar hacía al frente, encontrándose con la mirada azul de Steve quien al ser atrapado desvío su atención de ella.

—Llevame los más cerca que puedas. Si se enteran, estarán en problemas —vio de soslayo como Brooks sonreía a medias ante sus palabras preocupadas y sus propios pensamientos sarcásticos.

—Y tu no lo estarás, ¿verdad? —lo enfrentó por primera vez haciendo que él la mirara serio.

—A dónde voy, si alguien me grita le doy un tiro —reto haciendo que la castaña reprimiera una risa sarcástica.

—A dónde vas, es seguro que te regresen el ataque, genio —rodo los ojos para luego mirar a su amiga quien tenía una mirada entrecerrada juzgandola—, ¿Qué?

—¿Señorita Carter? Si no tiene mucha prisa, quisiera que nos acompañara a Brooks y a mi a una cena a Lucerne a comer Fondue, a celebrar su cumpleaños —el fallido intento de aligerar las aguas entre Brooklyn y Steve hizo que todos se quedaran en silencio.

Brooklyn tragando con fuerza y bajando la mirada, mientras que Steve la miraba muerto de celos que no podía mostrar.

—El señor Stark es el mejor piloto civil que he conocido, tan loco como volar en este espacio —Peggy también intento que el ambiente fuera menos denso pero Steve sentía la necesidad de mirar la verdad a través de los ojos preciosos de Brooklyn.

Another era girl - Steve Rogers/Capitán América Donde viven las historias. Descúbrelo ahora