Surcando un cielo nocturno dando las 8:00 pm, un joven Dragón iba volando sobre las calles de Nueva York con tranquilidad analizando su alrededor y patrullando la ciudad con gusto, al fin y al cabo ese era su trabajo al ser el gran Dragón Occidental.
Jake Long era su nombre, un joven de rasgos asiáticos de ya 19 años. Su melena pelinegra con mechas verdes revoloteando con el viento veraniego tan fresco que le hacía sentir vivo. Regresaba de una misión en Central Park dónde unos duendes habían tenido una riña tonta; ¡Pan comido! Solo basto la presencia del reptil carmín para que todo se tranquilizace en cuestión de minutos.
Jake empezó a decender sobre un edificio alto grisaseo, transformándose de nuevo en humano al tocar el concreto. Tarareando una canción pop fue bajando escaleras abajo hasta dar con la tienda de electrónicos propiedad de su abuelo, Lao Shi Long.
El viejo Dragón leía el periódico acompañado con taza de te en el mostrador del local y a su lado estaba su compañero animal, el perro Fu; un Sharpei de 600 años quien imitaba al anciano solo que en vez de te tomaba café cargado.
–Buenas noches Abuelo, Fu. El dragón occidental ha regresado victorioso–
El anciano peliblanco levanto la vista sonriendo al mismo tiempo que lo hacía.
–Bien hecho, joven Dragón. Tu progreso ha sido excelente–
–¡Si chico! Ya controlas mejor las situaciones donde estás y no tenemos que salvarte o acompañarte en tus misiones–
Dijo de forma burlona Fu sin quitar la vista de su periódico
–Puedes reírte lo que quieras Fu pero ambos sabemos que este chico está en una buena racha desde hace unos meses–
–Ni que lo digas, por fin el entrenamiento arcaico del anciano sirvió de algo, Jajaja–
El abuelo le dedico una mirada amenazadora al Sharpei quién poco a poco dejo de reír y sonrió con pena
–Fu tiene razón, estoy orgulloso. Quizás mañana después de la escuela puedas venir a retomar tu entrenamiendo–
–Me encantaría Abuelo– sonrió Jake con nerviosismo –Pero tengo cosas que hacer. ¿Te parece pasado mañana?–
Lao Shi miro indeciso a su aprendiz, mirándolo de pues a cabeza unos cuantos segundos hasta suspirar rendido asintiendo con la cabeza
–Esta bien Jake, te lo haz ganado. Haz sido un buen alumno estos meses y debes ser recompensado–
–¡Gracias abuelo!–
Jake salto feliz donde se encontraba con muchísima felicidad. Apresurado se aventuró al fondo de la tienda donde estaban sus pertenencias: su mochila de la escuela y su skate; rápidamente regreso a la entrada de la tienda, se despidió de Fu y el Abuelo sin mirar atrás. Apenas piso la acera tiro su skate al suelo y lo monto con destreza dirigiéndose a casa a máxima velocidad.
La mirada orgullosa de Lao Shi lo seguía hasta perderlo de vista.
–Ha madurazo tanto, Fu. Ya es todo un hombre–
–Es un buen chico, al final de todo ha sido capaz de superarse a si mismo. Aunque ufff ¡Apesta a hormonas sueltas más de lo normal!
La sonrisa que mantenía el abuelo se vio esfumada al escuchar aquella última oración, arqueando una ceja y mirando a su compañero animal con incredulidad confundido por las palabras escuchadas.
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Jake llegó rápido a su destino, el hogar de la familia Long. Tomo su skate y abriendo la perilla entro a la residencia cerrando la puerta detrás de el.
Saludo a sus padres quienes miraban una película en la sala de estar, subiendo escaleras arriba escucho a su hermana menor Hayley, en su respectiva habitación cantando una canción y bailando al ritmo de la música.
Al llegar a su pieza y cerrar la puerta tras de si, lanzo su mochila azul a su silla de escritorio y su skate a lado de la puerta; estaba un poco exhausto por el día y descansar era justo lo que necesitaba después de todo
Se deshizo de sus ropas lanzandolas a dónde se encontraba su mochila quedando en boxers. De un salto llegó a la cama y se acomodo en esta donde la sábana fría le refrescaba el cuerpo en estos días tan calurosos.
A lado de el estaba su mesita de noche acompañado de una pequeña lámpara triangular y su teléfono reposando en el mueble, tomo su móvil y desbloqueo deprisa. En la pantalla se veía una vieja foto de él con sus dos mejores amigos, Trixie y Spud.
Ingreso a sus redes sociales mostrando fotos de sus compañeros de escuela, chicas que seguía por lo atractivas que eran y una que otra cosa tonta que le hacía reír.
Los minutos pasaron rápido para que el chico de rasgos asiáticos fuese conciliando el sueño con el teléfono cayendo en su rostro.Desde hace unos años se había tomado su deber con más seriedad por lo cual tenía que esforzarse para tener todo bajo control: entrenando más horas con el abuelo, enfocándose en los exámenes (aunque le daba pereza) y resolver su vida privada con la mágica aún.
Poco después, cayó en un sueño profundo donde imágenes empezaban a tomar forma tan definida en su subconsciente
El escenario era hermoso, una luna llena saludando desde los cielos azulados y un prado extendiéndose a kilómetros; no se había percatado que en su sueño estaba en forma Dragón volando por encima del césped alto. Su cuerpo estaba lleno de energía con una fuerza que jamás había sentido en todas sus extremidades.
A lo lejos noto una figura delgada con cabellera rubia muy conocida para el; deprisa marco el vuelo hacia el individuo tratando de visualizar bien de quién se trataba. Su sorpresa no solo fue al ver a la chica que llegó a amar si no que aparte de estar desnuda, estando frente a frente está comenzó a besarlo de forma tan apasionada que todo su cuerpo sintió un escalofrío electrizante.
En el mismo sueño el tiempo parecía detenerse, el roce de los labios ajenos con los suyos así como el jugueteo de sus lenguas le hacía respirar algo más que fuego.
Su líbido no tardo nada en aparecer y sentir como su entrepierna sentía un cosquilleo inexplicable a causa de su sueño. Dentro de este iba subiendo el tono de las acciones, los sonidos, cada movimiento erótico le tenía fascinado.
Con brusquedad salto encima de la chica rubia lamiendo su cuello con ella abrazándolo con sus brazos alrededor de su melena pelinegra. Con su misma lengua bajo del cuello al torso, de ahí y de ahí a la cadera a punto llegar a la entrepierna.
Justo cuando creyó que por fin ese gran momento donde saborearía el fruto prohibido, Jake se despertó jadeando con la frente caliente escurriendóle sudor por está. Su saliva caía de su boca con un tono dorado extraño, sus mejillas se mantenían rojas y en su mente solo habitaba un nombre
–Rose...–
Ya más despabilado noto que debajo de el en su entrepierna había crecido una erección monumental con una gran mancha húmeda en este.
–¿De nuevo? Ugh, ¡Por qué a mí!–
Resopló el joven Dragón ante esto.
Durante la última semana sueños húmedos invadían su mente y aunque quisiese culpar a sus hormonas adolescentes había algo más escondido en su naturaleza que lo tenía así solo que Jake era ignorante ante esto.
Ni loco se lo platicaría a alguien, eso es algo demasiado íntimo.
Tomo el celular a lado de el viendo que la hora marcaban las 2:45 am; aún con pereza se levantó a cambiar para regresar de inmediato a su cama y seguir durmiendo sin notar la saliva dorada que salía de su boca manchando las almohadas debajo de el.
Tardo en conciliar el sueño pero a los minutos sus ojos se fueron cerrando poco a poco aún teniendo en su mente aquella figura conocida, su Rose
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Cázame, De Nuevo | Jake x Rose (+18)
FanfictionLos años han pasado en Nueva York donde Jake Long continúa siendo el protector del mundo mágico y cumpliendo sus labores de dragón Por su naturaleza de Dragón, pasa por un llamado "celo" que le desconcentra a cada momento pero en el momento en que c...