Cálido

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Arte de @mmyy_mu en Twitter.

Enséñame a amar solo para aprenderlo, no puedo creer que no sea lo suficiente.
-Ew, Joji.

—Cuéntame, ¿Por qué estás aquí? —dijo la mujer, tomando una pequeña libreta.

—Tuve una pelea con un amigo —el joven se miró las manos.

—¿Un amigo? —la mujer le miró por encima de los lentes —en ese caso debió ser una pelea subida de tono, ¿Qué ocurrió?

—Bueno —Sanji retorció los dedos antes de comenzar a narrar —mi amigo me besó, lo tomé de mal modo y comenzamos a golpearnos.

“Sanji abrió grande los ojos al sentir los labios de Zoro contra los suyos, no era una sensación desagradable, de no ser porque no era con su prometida. Aquel roce no duró más que algunos dos o tres segundos antes de que el de cabello verde se separara dirigiendo una mirada apenada.

—Cejillas yo… discúlpame.

—¿Sanji? —una voz dulce le llamó tras él, era Pudding.

—¡Pudding! Querida ¿Qué haces aquí?
La joven hizo torció los labios hacía abajo y sus ojos se llenaron de lágrimas

—Siendo, evidentemente, la burla tuya —dio la vuelta y corrió a su salón, el rubio se apresuró a seguirle cuando Zoro le tomó del brazo

—¿Te irás tras ella?

—¡Es obvio que si! Es mi prometida —sacudió el brazo y salió corriendo hasta alcanzarla — querida mía, no es lo que piensas, no te haría algo así

—¿Qué es, entonces Sanji? —la castaña se limpiaba las lágrimas que brotaban en cascada —¿Qué fue aquello?, ¿No me amas y en venganza me engañas? Y peor aún ¡Con él! ¿Desde cuándo tienes esas inclinaciones?

—Cariño por favor, baja la voz —el joven levantó las palmas en señal pacífica para evitar que el resto escuchara lo que la chica reclamaba —no tengo ese tipo de inclinaciones, fue un accidente.

—No te creo nada —siseó —poco hombre asqueroso, ¿Qué será de mi? Seré la vergüenza de la familia —dicho esto comenzó a llorar con más fuerza atrayendo la atención de los demás, alguien de los presentes llamó al hermano mayor de la chica quien llegó como una estampida, empujando con fuerza a Sanji se apresuró a consolar a su hermana.

—Pudding, ¿Qué ha pasado?

—¡Quiero irme de aquí! No quiero verlo —chilló en los brazos de su hermano
Katakuri, quien no se detuvo a escuchar explicaciones se separó de su hermana y asestó un puñetazo en el rostro del rubio

—Mas vale que te largues de aquí
Sanji miró a la joven con pena y se retiró, no había resuelto un problema cuando ya estaba otro sobre él.

Salió al pasillo y se dirigió a la oficina del rector, fuera de ella seguía Zoro, lo que le enfureció y se lanzó sin pensarlo sobre él.

—Tú, maldito

—Cejillas espera, podemos arreglarlo —intentaba detener los golpes de su amigo quien se hallaba frenético

—¡Arruinaste mi compromiso! —jadeó con la voz quebrada mientras golpeaba, un golpe en su mejilla por parte de Zoro lo ubicó y comenzaron ambos a pelear de verdad. Algunos alumnos que pasaban por ahí se detuvieron a observar, algunos grababan y reían, no fue hasta que Luffy y Usopp se acercaron a detener la pelea llevándose varios golpes de paso. Al final fueron separados, llamaron a Mihawk quien era el apoderado de Zoro y fue suspendido, por el lado de Sanji ya estaba ahí Reiju quien pidió hacerse cargo, pero el rubio se encontraba hecho un caos que fue enviado a la enfermería donde llamaron a la psicóloga mientras Reiju hablaba con el rector.

—Así que eso pasó —la doctora escribía su informe a medias para escuchar a Sanji

—Ahora ella piensa lo peor de mi y romperá el compromiso

—Bueno, no estamos seguros de ello, ¿No es así? Aún puede hablarse para ver qué se puede arreglar, ¿Qué piensas de lo sucedido?

—Ese estúpido Marimo es un egoísta, eso pienso él sabía mi situación y solo la ha empeorado, es verdad, no deseaba casarme pero no debía hacer eso, ha roto mi confianza en el momento que me besó, somos amigos y le hice saber que no estaba interesado en él.

—Es verdad, rompió tu confianza al hacer eso, ¿Qué harás con esa situación? Recuerda que siempre es mejor pensar en ti y tu bienestar, ¿Por qué no deseabas casarte? —sonrió con calidez— puedes confiar en mí, supongo que nunca has sido tratado por un psicólogo, todo lo que hablemos será confidencial y si no te hace sentir seguro, puedo referirte con alguno que no esté involucrado con la escuela.

—No, está bien —el rubio tomó un pañuelo para limpiar su nariz, no estaba seguro de si era sangre por la pelea o mucosidad pues había comenzado a llorar — no importa, es un matrimonio arreglado, habría aceptado casarme si no fuese por negocios —agitó la mano para restar importancia —adoro a Pudding, es una chica maravillosa, pero casarme solo cortará mis planes y no podría hacerle eso al viejo.

—Supongo que con “el viejo” te refieres a tu padre, pero Sanji, no se trata de hacer o deshacer lo que es mejor para otros, es lo mejor para ti y tu futuro. Quizás no te has dado el tiempo para pensarlo sin tomar las opiniones de otros, ¿Lo has hablado con alguien más?

—Con el marimo en una ocasión.

—¿Qué fue lo que te dijo?

—Que mis sueños eran más importantes que los deseos de mi familia —murmuró con pesar.

La campana sonó cortando la conversación.

—Es hora de que regreses a dirección, espero que puedas pensar con calma y decidas no darte de baja, eres un buen estudiante —la psicóloga sonrió con amabilidad.

El joven salió de la enfermería, una joven le esperaba recargada en la pared

—Robin —el rubio endulzó su expresión —que encanto verte, luces radiante, ¿Vas a pasar?

La chica lo examinó detenidamente antes de responder

—Si, vengo una vez por semana con Shakky, veo que te atendió

—Tuve una pequeña discusión con el tonto marimo y me enviaron —rió con nerviosismo —debo volver a dirección, nos vemos

—Sanji, no tienes porqué hacer esto solo, ¿Sabes?

—¿Perdón?

—Somos tus amigos, estamos para ti.

—Lo sé

—No creo que lo sepas, te has apartado de todos, incluso peleaste con Zoro. Eres un chico autosuficiente pero no está de más tener un poco de apoyo.

—No deseo ser una carga —reconoció el rubio

—No eres una carga —interrumpió la morena con voz firme —si no sientes la confianza para hablar con nosotros al menos ve con Shakky.

—Lo haré —bajó la vista y comenzó a caminar por el pasillo —nos vemos mañana. 

—Eso espero, Sanji —Robín entró a la enfermería y cerró la puerta girando el rostro para ver a su amigo alejarse.

—Pase —el rector miró la puerta al tiempo que el rubio entraba, en la oficina se hallaban el hombre, Reiju —tome asiento. 

—Sanji —comenzó la peli rosa —Vas a ser suspendido una semana, regresarás para la temporada de exámenes y vas a reparar la zona del jardín

—Pero nosotros estamos aquí para
—Sanji —le interrumpió su hermana —acepta lo que se te ha ordenado, hablaremos en casa

—Si, lo acepto —replicó con duda.

—Si no hay más que decir, lamentamos los inconvenientes causados por mi hermano, nos retiramos

—Espero que no vuelva a ocurrir, joven Vinsmoke

—No es Vinsmoke —respondió Sanji apretando la mandíbula.

Ambos hermanos salieron de la oficina con dirección al estacionamiento

—Vayamos a comer hamburguesas, estoy harta de la dieta vegana que papá me puso —la joven sobó su cuello con ambas manos antes de encender el auto.

—Vine a darme de baja

—Viniste a pelearte para conseguir algo de tiempo, dame las gracias pagando mi comida

—¿Cómo que algo de tiempo? —inquirió el joven de la ceja rizada

—No tienes el coraje para terminar con Pudding, pero lo que ocurrió entre tu amigo y tú dará pie a la ruptura, ¿Comprendes? Papá se sentirá tan molesto que te dejará en paz y podrás darte el tiempo para pensar en tu futuro.

—Reiju yo… No lo sé, no sé si esto es lo correcto, no sé si lo que he estado haciendo este tiempo sirve de algo, ya no sé si quiero esto.

—¿No lo sabes? Sanji, ¿Estás bien? —Reiju no pudo mirar a su hermano a la cara puesto que ya se encontraban camino a buscar comida pero sentía la desesperación en la voz del joven

—¿Crees que soy débil?

—No

—Me gustaría acudir al… Al doctor

—No te entiendo, ¿Al doctor?

—Quizás a terapia —murmuró con voz apenada

La chica miró al frente, inexpresiva. Era verdad que Sanji era de lejos, el que menos encajaba de los Vinsmoke, desde el apego a su madre hasta la posibilidad de tomar terapia con tal de afrontar sus problemas, lo había juzgado de cobarde en más de una ocasión, sentía que, por el contrario, los cobardes eran ella y sus hermanos.

—Consigamos entonces la cita —respondió después de unos minutos, las palabras iluminaron los ojos del rubio —pero vas a hacer las cosas como un hombre, ¿Bien?

—Bien —sonrieron antes de bajar.

ObsoletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora