Artista: @okarakugaki en Twitter
Vamos a creer que esto no es un sueño, que eres tan real como en esas fantasías donde tomaste mi mano y me llevaste al sol dejándome quemar hasta que mis párpados se abrieron, deleitándose con la cruel miel de tu sonrisa.
Tocó la pálida mano recargada contra el suelo ocasionando que el contrario se sorprendiera y lo mirase.
—¿Dijiste algo? —el rubio retiro el filtro del tabaco de sus labios.
—Dije que voy a entrar, quiero saber si ya hay noticias.
—En seguida te alcanzo.
El de cabello verde caminó intentando recordar el camino de vuelta a la recepción, tuvo la suerte de que solo debía caminar en línea recta y del costado derecho se hallaran las mullidas bancas. Al llegar buscó con la mirada al par de hermanos, abrazados en el extremo más alejado de la sala de estar se encontraban, algo incómodo hizo como si no hubiese visto nada y se acercó a la recepcionista.
—¿Ha habido alguna noticia?
—¿Quién es el paciente que busca? —la peli rosa le sonrió con amabilidad, pues no había visto al joven mientras hacía los registros.
—Luffy, su nombre es Luffy
—Claro, ya se han permitido las visitas
—Le agradezco —Zoro se detuvo antes de proseguir —¿Sabrá que resultados hay?
—El doctor se encuentra con él, podrá darle una respuesta más certera.
—Es verdad —frunció el ceño lo que ocasionó la risa de la joven.
—No hay problema, en la habitación 56 se encuentra su amigo.
—Bien, con permiso.
Al girarse encontró a Sanji que los miraba con atención y sonrió encantadoramente a la recepcionista.
—¿Y bien? —preguntó el rubio
—Luffy está en la habitación 56, avisemos a sus hermanos.
—La recepcionista parece agradable.
—No lo sé.
—Estaban riendo juntos —enarcó la rizada ceja.
—Se rio de mi estupidez, no creo que eso parezca agradable
—Mmh —caminaron hasta encontrar al par de hermanos quienes hablaban en voz baja.
—Ya permitieron las visitas —Zoro miró a Sabo quien asintió.
—Pasaremos primero, espero que no les moleste. —replicó el de ondulados cabellos rubios
—Esperaremos aquí.
Sabo y Ace se dirigieron a la habitación del más joven dejando solos al par de amigos, la joven de cabello rosa se recargó contra la barra con una sonrisa.
—¿Son amigos del paciente?
—Si —respondió Zoro en tono seco.
—Que buenos amigos.
El de pelo verde asintió pensando que no era de “buenos amigos” no haber estado el tiempo en que ocurrió el accidente aunque se mantuvo en silencio tomando asiento con los brazos cruzados, levantó la vista hacia el rubio que miraba su celular.
—¿No vas a sentarte?
—Claro —caminó un poco antes de sentarse en una banca a dos espacios del peli verde.
—¿Qué haces?
—Enviando un mensaje a mi padre.
—Me refiero a que te sientes tan lejos.
—Pensé que querrías espacio para hablar con ella —sin mirar a la joven la señaló con un movimiento de cabeza.
—¿Por qué querría hacer eso?
—Parece que ella desea hablar contigo —levantó los hombros.
—Pues yo no.
—Qué maleducado, tan encantadora que luce.
—En ese caso deberías hablar tú con ella.
—Oh no, no podría.
—¿Por qué? ¿Por qué tienes novia? —replicó en tono ácido.
El rubio suspiró sin decir palabra, se mantuvieron en silencio hasta que Sabo apareció de nuevo con una sonrisa.
—Pueden pasar, Luffy está mejor.
El par de amigos siguió al joven hasta la habitación indicada la cuál se hallaba con suficientes personas, Zoro miró a Law quien hacía anotaciones sin levantar la vista.
—¡Chicos! —exclamó el monito con una enorme sonrisa, junto a el estaba Ace quien no dejaba de mirar con recelo al joven doctor.
—Que susto nos diste —Sanji se adelantó y palmeó el hombro de Trafalgar —gracias por tu ayuda.
—En realidad no he hecho mucho, pero me encargaré de cuidarlo —el moreno asintió y salió de la habitación, no sin antes mirar de nuevo a su amigo —iré a verificar tus alimentos.
—Muero de hambre —haciendo un puchero Luffy miró a su encargado.
—¿Por qué él debe encargarse de Luffy? —Ace se cruzó de brazos.
—Porque hace aquí sus prácticas y le será más fácil ayudar a la recuperación de Lu —Sabo masajeó su cuello —No hagas una escena de esto
—No hago una escena, es solo que…
—Descuida, Torao es novio de Zoro, ¿Verdad? —soltó descuidadamente Luffy
La habitación quedó en silencio en que todos miraban al joven de cabello verde
—¿Es verdad? —murmuró Sanji entornando los ojos
—No, no lo es, Trafalgar y yo somos amigos, entrenamos juntos, ¿De dónde diablos sacaste eso?
—Le pregunté a Torao —respondió el monito
—¡¿Dijo que somos novios?!
—Dijo que no me importaba
—Eres un cabezota —Zoro negó con la cabeza y antes de que pudiese decir más entraron un par de chicas, que corrieron a abrazar a Luffy.
—¡Idiota! Todo por tu insensatez —lloró Nami
—Nos preocupaste tanto, pero es bueno que estés bien —Robin acarició el cabello oscuro del herido quien sonreía con culpa
—Me parece que esta habitación está bastante llena —el doctor de rubios cabellos tocó la puerta mirando a todos quienes se hallaban dentro.
—Será mejor retirarnos —Zoro se adelantó a chocar puños con Luffy —mañana vendré a verte, trata de dormir ¿Bien?
—Lo haré —sonrió el moreno devolviendo el choque
—Zoro me ha traído así que me iré con él —Sanji colocó la mano sobre la del paciente antes de susurrar —te traeré comida sin que lo noten
—Sanji, eres el mejor —haciendo un puchero conmovido, asintió.
Dejaron la habitación a paso lento, uno tras otro pues uno de ellos tendía a perderse, a lo largo del camino el rubio habló.
—Así que son pareja.
—No, no lo somos.
—Pero Luffy dijo… —comenzó dudoso
—Lo que dijo Luffy fue de su propia boca, ni siquiera Trafalgar se lo aseguró, no se hagan ideas.
—Lo lamento, por un momento creí que sería verdad. —bajó la vista apenado; siguieron caminando hasta llegar al estacionamiento, Zoro comprobó que todo estuviese en orden antes de acceder a que el rubio subiera, dándole su casco
—No podría estar con nadie más si sigo enamorado de ti —respondió dejando que el sonido de la motocicleta amortiguara su voz.
—¿Qué? —Sanji acomodó el casco mientras subía a la moto
—Que te agarres fuerte —giró el rostro quedando cerca del rubio y le miró atentamente, grabando, como siempre esos dulces rasgos que no podía más que admirar a distancia, saliendo del estacionamiento con la imagen del rubio con los azules ojos confundidos y los labios rosados entreabiertos preguntándose que pasaba por la mente del marimo.
—Es bueno que esté bien —comentó el rubio cerca del oído de Zoro
—Seguro querrá irse mañana del hospital —el de cabello verde negó con la cabeza sonriendo
—No si le prometo comida mientras está acostado, será feliz
—Lo sé
—A la derecha, marimo
—Oh es verdad, lo olvidé
—¿Querías llevarme a tu casa? Que desconsiderado, tendría que regresar a casa a pie
—Indícame que calle debo tomar —el moreno pensó repentinamente que si llevase al rubio a su casa, seguramente no lo dejaría ir con excusas baratas como que no tenía que comer con tal de pasar más tiempo a su lado, agitó la cabeza.
—Cuando pases el siguiente semáforo gira a la derecha nuevamente y ve directo, llegarás frente al restaurant, es sencillo.
—Mmh —tan pronto pronunció el rubio las palabras ya había olvidado que era lo que dijo, no hizo más que asentir. Atentamente le repitieron las indicaciones hasta llegar al lugar de trabajo donde Zeff colocaba un par de bolsas negras en el contenedor de basura.
—Parece que te gusta hacer méritos —el hombre del bigote observó al moreno ayudar a su amigo notando también el detalle del casco.
—Algún día me van a servir —Zoro se acercó y señaló a Sanji con la palma —Sano, salvo y a buena hora.
—Gracias por traer a mi pequeña berenjena, seguro querrá contarme porque no asistió hoy a clase —dicho comentario sorprendió al rubio.
—Gracias por traerme, nos vemos mañana, marimo
—Seguro, que pasen buenas noches. —subió a su moto y se fue, era de los pocos caminos que conocía tan bien que podría ir con los ojos cerrados, llegando así a su casa y encontrándose con su padre quien calentaba la comida preparada por el rubio.
—¿Hemos tenido visitas?
—Padre —Zoro colgó las llaves en el pequeño perchero
—¿Cómo se encuentra tu amigo?
—Mejor, mucho mejor
—¿Ha venido tu amigo?
—Si, preparó la cena y nos fuimos al hospital.
—En ese caso cenemos, en un momento bajará tu hermana, prepara la mesa
—Seguro —por alguna razón se sintió un poco apenado, no era la primera vez que Sanji les preparaba comida o que acudía a su casa sin que hubiese nadie en ella pero en esta ocasión le hacía sentir culpa por haber hablado con más interés e incluso abrazar al rubio en el lugar donde se hallaba su padre.
Cenaron los tres intercambiando algunas palabras sobre lo que habían hecho durante el día, lo deliciosos que estaban los alimentos y el estado de Luffy, disipando así las preocupaciones del moreno por el amor no correspondido que experimentaba, no era el fin del mundo ni mucho menos de su amistad con Sanji, sabía que no tenía una esperanza u oportunidad menos si un matrimonio se hallaba de por medio, le causaba un dolor agridulce saber que no podía apagar esos sentimientos y que los olvidaba cuando se encontraba en compañía de Law, lo cual lo hacía sentir como un cobarde, huir de la persona que lo veía como un amigo a los brazos de otro pobre rechazado.
Se fue a dormir sintiéndose como al principio, vacío.
A algunas calles de ahí, en una cocina que no tenía más que una lámpara encendida sobre una encimera y dos tazas sobre la mesa había dos figuras rubias hablando del porqué uno de ellos había faltado a clases, de ese plan de matrimonio y el posible riesgo al restaurant que llevaba, Reiju se había encargado de llamar a Zeff para avisarle de lo sucedido y de las pérdidas qué habría en caso de que Sanji accediera a casarse, una de ellas era la posibilidad de la apropiación del Baratie pues este era la herencia del rubio.
—¿Qué piensas? —el hombre de los bigotes trenzados se recargó contra el respaldo de la silla
—Pienso que a Reiju le encantará ser la nueva heredera de los Charlotte —dio un sorbo a su taza —es mejor que el último recurso en el que prefieren no pensar
—Sabes que ella vela por tu bien
—Si si, lo tengo en cuenta
—¿Te casarás? —terminó el café y colocó la taza en el fregadero, se dirigió a la puerta que daba al interior de la casa.
—Tengo que pensarlo —tomó uno de los cigarrillos que Zoro le compró y lo encendió.
—Ve a fumar esa mierda afuera, si apestas mi cocina vas a limpiar con la lengua, idiota —vociferó el padre del joven ocasionando su risa. Tomó la cajetilla entre sus dedos y pensó en ese gesto amable del marimo, sonrió genuinamente, le hacía sentir en casa.
~~

ESTÁS LEYENDO
Obsoleto
FanfictionHay mucha tristeza en esos ojos y no sé cómo quitarla de ahí, si te mostrara la oscuridad ¿Me abrazarías esta noche? Portada, un bello arte de @Yuu Shishio Hice esta pequeña historia con la intención de dar un poco de drama uwu Todos los personajes...